Música

Hit de Ayer: Pete Drake popularizó con ‘Forever’ (1964) a un primo lejano de vocoder y autotune

La reciente muerte del inventor del fuzz ha vuelto a poner de relieve que la a priori tradicional y acomodaticia música country estuvo una vez a la vanguardia de los nuevos sonidos en el panorama del pop. Eran los años 60, y dicho efecto sonoro (acaecido durante un accidente técnico durante una grabación) se extendió enseguida por un género en pleno esplendor comercial, y que estaba ansioso de adornar sus superventas con elementos novedosos. Y tal y como la música pop de la actualidad se empeña en seguir corroborando, de entre todos los recursos más o menos “novelty” uno de los más persuasivos ha sido siempre el de manipular las voces de una canción. El ubicuo autotune actual tiene como antepasado al de sobra conocido vocoder, un efecto de síntesis de voz que proliferó en los 70 y 80 pero que provenía, sorprendentemente, de un sistema de codificación de voz que databa de los años 30 y cuya primera aplicación fue en transmisiones secretas durante la II Guerra Mundial.

Pero entre el vocoder y el autotune existió un primo lejano, un invento no electrónico que durante un breve periodo de tiempo estuvo muy en boga, y conoció su máximo esplendor en los 70, en manos (o más bien boca) de guitarristas como Peter Frampton, Todd Rundgren o Joe Walsh: era la menos conocida “talk box”, un mecanismo que llevaba el sonido de un instrumento (generalmente una guitarra) a través de un tubo hasta la boca, donde el músico podía modularlo y, recogido de vuelta con un pequeño micrófono, fundirlo con el sonido original. El resultado era totalmente alienígena y fascinó a muchos.

El primer músico en utilizarlo fue el americano Alvino Rey, en combinación con su guitarra pedal steel (habitual de la música country) pero sería Pete Drake quien -con el mismo instrumento- la desarrollaría en todo su esplendor durante los años 60. Tan extravagante propuesta tuvo una enorme aceptación, lo que le llevaría a grabar una avalancha de álbumes de versiones de grandes éxitos interpretados en dicho formato (hasta tres elepés publicaría durante 1964), convirtiéndole en un habitual de shows televisivos como el del siguiente vídeo, que le invitaban fascinados por su metálica talk box y sus sonidos de otro mundo. El hecho de que el clip en cuestión sea además uno de los más brillantes ejemplos de “estetica pre-lynchiana” lo convierte en todavía más fascinante:

La canción es preciosa, pero contemplar 50 años más tarde cómo es interpretada entre estatuas de cera vivientes de espeluznantes sonrisas, con una voz semirrobotizada y en un decorado de technicolor degradado puede resultar abrumador. Confunde, y hasta podría parecer un colosal y maravilloso fake, como una escena de película pensada para crear inquietud y sudores fríos, o una broma de alto presupuesto para fundir a Daft Punk con el country de los 60. Sin embargo, todos sabemos que escarbando en el pasado lo bizarro y lo sublime se encuentran con frecuencia de la mano.

Peter Drake explotó su “gimmick” hasta agotarlo sin remordimientos, porque nunca había dejado de lado su exitosa carrera de músico de sesiones, tocando el pedal steel para los mejores: Tammy Wynette, Elvis, Don Gibson o Bob Dylan. Precisamente en una de esas lucrativas sesiones, ya en 1970, durante la grabación del ‘All Things Must Pass’ de George Harrison, acabaría regalando su “talk box” a un joven Peter Frampton, quien revitalizaría la popularidad del efecto durante el resto de la década.

Para mediados de los 80, cuando Richie Sambora lo utilizó en la introducción de ‘Livin’ on a Prayer’ de Bon Jovi, el efecto estaba ya en franca decadencia. Y hasta 1998 no llegaría el siguiente avance en manipulación vocal -el autotune de Antares- que Cher convirtió en legendario con su canción ‘Believe’. Que por cierto tardaría -en un curioso paralelo con el caso de la “talk box” y Pete Drake- más o menos una década en empezar a extenderse por el panorama del pop.

‘Forever’ de Pete Drake, que falleció hace hoy justo 30 años, suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, un especial dedicado a efectos inusuales y anacrónicos en la historia de la música. Está disponible en este enlace.

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Publicado por
Jaime Cristóbal
Tags: pete drake