Música

Ni Kase.O ni C. Tangana logran reinar en la segunda jornada de Santander Music

La segunda jornada de Santander Music se abría con el concierto de Luis Brea (y El Miedo), quien vino como Arizona Baby, que abrían el día anterior, bien cargado de humor. Bromeó sobre meter «un bombo a lo C. Tangana» en una de las canciones, jaleó «¿Quién trabaja para mí? ¡Yung Beef!» en referencia al «diss track» ‘Forfrí‘, advirtió que el madrileño venía «pisando fuerte» quizá después de haber presenciado una prueba de sonido, y cuando fue el turno de interpretar ‘Nueva generación’, su composición que busca a la «nueva reina del pop» y alguien entre el público propuso a Rosalía, respondió que «está muy bien, pero es muy joven todavía». Lo que es más importante, a este petardazo de canción se sumaron más interesantes en su repertorio como la melódica ‘Dicen por ahí’, siempre tan Julio Iglesias, o la coreada ‘Automáticamente’, que ejerció de cierre. Un buen show en el que Luis Brea logró conectar con el público congregado gracias a su empeño en la interactuación.

Monterrosa no pasaron precisamente desapercibidos como dj’s entre concierto y concierto. El dúo formado por Rocío de Las Chillers y Esnórquel DJ realizó una sesión muy particular que decidía arrancar con OBK para luego derivar lo mismo hacia Melody que a La Casa Azul, lo mismo hacia Beth que hacia Depeche Mode, todo ello sin casi nunca llegar a la segunda estrofa de cada canción. El factor kitsch ‘Yo fui a EGB’ lo pusieron sintonías como la de Informe Semanal o Qué apostamos, esta última incluso con su parte «sing along» y sin que fueran las 3 de la mañana sino las diez de la noche. La verdad, no me habría gustado ser Rufus T Firefly y tener que salir al escenario justo después de la sintonía de Qué apostamos, como pasó.

Rufus T Firefly se mueven en directo entre los sintetizadores mágicos de los 80 y la psicodelia de los 60, sin dejar de sonar actuales ni poperos, llevando a las masas (ya han sido top 15 de ventas en España) los sonidos de la banda sonora de ‘Stranger Things’ (‘Demogorgon’) o la discografía de John Maus (‘El halcón milenario’). Aunque cuentan con canciones que pueden sonar a electrónica rockera noventera medio decadente (‘Druyan & Sagan’) o a Sidonie (‘Río Wolf’), hay partes algo planas en su setlist, lo cual es bastante paradójico, pues su sonido no puede ser más orgánico, estar más trabajado ni dar más volantazos interesantes. De hecho su líder dio la clave cuando faltaban unos quince minutos para acabar: «espero que hayáis tenido un buen viaje». Y no, no se refería a los que veníamos de fuera.

Kase.O, uno de los cabezas de cartel, preguntó en un momento dado de su concierto quién en Santander Music le estaba viendo por primera vez. Miles de manos se levantaron, casi todas. El rapero congregó a un público muy voluminoso que recibió muy bien tanto su repertorio, con temas como ‘Esto no para’ o ‘Mazas y catapultas’, como el de Violadores del Verso, sin que faltara ‘Cantando’; aunque faltó algo de dinamismo, algo de sensación de «hit after hit» desde que el concierto decidió retrasarse un cuarto de hora. Tampoco ayudaron los comentarios sociales contra la manada, sobre Siria, a favor de «las mujeres fuertes e inteligentes»… «No es populismo», insistía Kase.O, que puede presumir de haber publicado ‘Ninguna chavala tiene dueño’ hace mucho, mucho tiempo. ¿Pero seguro que no hubo un poquito de populismo en todas esas llamadas? Pese a que el rapero no arrasó como esperaba, hay que agradecer la variedad de su repertorio, con temas disco como ‘No sé qué voy a hacer’ o los pregrabados de Najwa de ‘Mitad y mitad’; y también su dosis de buen rollo en un mundo de beefs que a veces tienen su razón de ser pero otras es puro eye rolling. «Cuanto más amor das, mejor estás», terminó cantando en ‘Outro’ antes de introducir a C. Tangana dejando claro que no había ninguna rivalidad sobre quién lo iba a petar más.

C. Tangana salió demasiado confiado en su presencia escénica, que es imponente, y en su repertorio, que es incontestable y no deja de sumar hits. Desde la última vez que le vi hace muy pocos meses han salido y sonaron anoche ‘Bien duro’, ‘Traicionero’ y ‘Forfrí’, dedicada a Yung Beef. Antón suele llevar una base de voces pregrabadas sobre las que va cantando por encima, pero anoche se le apeteció cantar más bien poco, marcándose un tedioso playback incluso en alguna parte de ‘Guerrera’ que en verdad corresponde a Dellafuente. Podemos culpar a esas estrellas internacionales tamaño Rihanna que llenan estadios abusando de la segunda línea de pregrabados, pero alguien debería decirles que sí, que está OK llevar una base de voces si no eres Adele y no vas a parar de dar botes en el escenario, pero que un concierto entero de lata no desprende ni el 50% de fuerza o energía que si cantas en directo, aunque lo hagas tan mal como una hiena, que además no es el caso. A su favor hay que decir que su comportamiento, bailes y poses sobre el escenario ya son de estrella absoluta (por supuesto hubo «speech» sobre cómo montó AGZ y se ha hecho un camino en la industria); y que el repertorio de éxitos es quizá el mejor que hay ahora mismo en este país: ‘De pie’, ‘No te pegas’, ‘Pa que brille’, ‘Persiguiéndonos’ con las strippers, ‘Inditex’, ‘Cuando me miras así’, ‘Still Rapping’, ‘Mala mujer’, la versión extended de ‘Llorando en la limo’… una colección de éxitos de no dar, mientras parte del público le sigue haciendo de menos por razones desconocidas. Hubo gritos a favor de Yung Beef y mucha gente vitoreando a Kase.O en clave de humor… pero de repente empezaba ‘Mala mujer’ o ‘Llorando en la limo’ y bien que se las cantaban y bailaban.

Antes de que la noche se cerrase con Instituto Mexicano del Sonido, hubo un concierto de Las Chillers en el escenario pequeño del DJ set. El grupo se mostró muy agradecido por la buena recepción de un show en el que siguen cabiendo versiones de ‘Duro de pelar’, Gala, ‘Atrévete’ o ‘Como yo te amo’, apelando al fin de los prejuicios en el «indie». La viveza de su batería, por cierto, no le habría venido nada mal ni al show de C. Tangana ni tampoco al de Kase.O. Embutidos en monos naranja, los miembros de Instituto Mexicano del Sonido sí ofrecieron un buen fin de fiesta lo mismo tirando de sonidos latinos, que de DFA, el rap, la cumbia o los sintetizadores a lo Kraftwerk/Aviador Dro, logrando que el público se arrancase a cantar incluso canciones que no conocía, como fue el caso de su hit ‘México (ra-ra-ra)’. Por cierto, ¿en un momento dado dentro de una canción cantaron «hagamos una banda que suene a C. Tangana» o fueron ideas mías?

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Publicado por
Sebas E. Alonso