En ella Valenzuela apuesta por un sonido que, aún perfectamente contemporáneo, condensa influencias de la edad dorada de Prince (es palpable cierto deje ‘Kiss’) y también recurre a la tradición latinoamericana (algo hay de ella en los “uy ayayay” algo asincopados del estribillo, como si cierto espíritu cumbiero se entrelazara en su funk pop. Casi igual de llamativa que lo musical es, en este caso, lo lírico, que juguetea con ese “tómame” (aquí en España lo entendemos como “bébeme”) que podía leerse en los frascos que Alicia encontraba en la madriguera del conejo.
Sólo que en este caso la que desea ser bebida y tomada (sí, ambas cosas) es la propia artista, en una sucesión de imágenes ultrasexuales, unas más poéticas (“quiero ser el espacio entre tu piel y tu ropa”) y otras que se andan mucho menos por las ramas (“(quiero) que me tires del pelo y que me chupes las tetas”). Esta auténtica chuchería pop está redondeada por un estupendo y colorido vídeo que, al margen de algún recurso demasiado recurrente (la papaya como metáfora visual y frutal del coño), es una auténtica delicia. ‘Tómame’ supone el regreso de Valenzuela al pop tras sorprender muy gratamente con la sofisticación de ‘Tajo abierto’, un disco que contaba con varias colaboraciones de David Sitek (Yeah Yeah Yeahs, TV On The Radio) en temas como ‘Almost Superstars‘.