El resultado final del estudio es como poco confuso, comenzando porque esa valencia no es del todo determinante, puesto que hay que considerar la energía rítmica como un factor determinante. Quick comprobó que había canciones próximas a valencia 0 que eran rápidas en cuanto a ritmo, debido a un factor: la ira. Así, ‘Lose Yourself’ tiene una de las valencias más bajas, pero no es lenta. Y es a causa de lo enfadado que suena en ella Eminem. Así las cosas, Quick estableció un curioso diagrama considerando valencia y energía, dando lugar a un gráfico muy curioso, en los que las esquinas opuestas serían lo más extremo en cuanto a “tristeza/felicidad”, en una diagonal, e “ira/calma”, en la otra.
Así, las canciones más próximas a la esquina “tristeza” son estas cinco, en este orden:
1. ‘The First Time Ever I Saw Your Face’, de Roberta Flack (#1 en 1972)
2. ‘Three Times a Lady’, de Commodores (1978)
3. ‘Are You Lonesome Tonight?’, de Elvis Presley (1960)
4. ‘Mr Custer’, de Larry Verne (1960)
5. ‘Still’, de Commodores (1979)
Como explica Quick, sólo las canciones de Elvis y ‘Still’ de Commodores podrían encajar en lo que podemos entender como “canciones tristes», melancólicas, puesto que la canción de Roberta Flack y ‘Three Times A Lady’ de Commodores (hay que ver lo bien que trabajaba la valencia Lionel Ritchie) son en realidad baladones románticos. Y ‘Mr. Custer’ es una especie de broma de cowboys que se apropia del gospel y la música de los nativos norteamericanos. Entonces, ¿dónde nos lleva esto?
Quick determina que, por fortuna, el big data pasa por alto dos detalles: las letras de las canciones y el vínculo personal con ellas. Es evidente que el fondo lírico de cada canción influye en nuestra mente de manera drástica para llevarnos a emocionarnos, como también lo hace los recuerdos que genere en nosotros. Y el algortimo de Spotify no sabe aún apreciarlo, como confiesa el Alquimista de Datos (es el nombre real de su cargo, aseguran) de la multinacional sueca, Glenn McDonald. “Cuando una máquina “mira” a una canción, sólo lee una forma de onda”, dice, por lo que es incapaz de interpretar el factor sentimental que tenga para nosotros. Podemos respirar, pues, porque las máquinas no saben tanto de nosotros… de momento: Quick habla también sobre los sistemas MER (Reconocimiento de Emoción Musical), que aunque aún son muy básicos, mejoran día a día.