‘Brushes with Happiness’ se grabó en una sola noche, mientras el grupo estaba algo borracho, y sus canciones suenan en la primera escucha como algo con lo que abrirte las venas, sin que termines de adivinar qué tipo de desgracia les ha ocurrido para entregarse aquí al sonido slowcore de los Low más trágicos, los Mogwai más tranquilos, Come o Thalia Zedek. Es un álbum impregnado de blues, pero raro es el momento uptempo del álbum, dejando la breve ‘Jim’, entre referencias a maldiciones, vinilos y armónicas, como una solitaria excepción.
Aunque lo que suena a soledad es el disco en sí, lleno de momentos realmente hermosos aunque desolados, como la inicial ‘The Red Suitcase’. Como si la absoluta nada rodeara al estudio de grabación aquella noche que grabaron el álbum a correprisa. Aseguran que se presentaron teniendo solo las letras de David Tattersall y estas parecen influidas por la cercanía del fin del mundo. Hay un tema llamado ‘Rise Up’, pero no tiene nada que te «eleve». Al contrario, su afirmación de que «a medida que la tierra se hace pequeña, el sol se mantiene grande» suena angustiosa como una condena. La pista final, ‘Volcano’, dice algo parecido: «pronto seremos dinamitados hacia el espacio y no hay salida posible del planeta Tierra». Esa referencia al final del mundo hace sonar el recurrente «she is alive» del desgarrado tema titular hasta irónico por mucho que intente contener un mensaje de ánimo: si «ella sigue viva» no parece que le quede mucho tiempo. Y también es desoladora ‘Crow Jane’, un título que parece de Marianne Faithful, e incorpora coros fantasmales a lo Leonard Cohen.
Sin embargo, ‘Brushes with Happiness’ tampoco es un disco tan trágico, o como mínimo contiene sus puntos de luz aunque sea en forma de surrealismo. ‘The Burnt Match’ recuerda por melodía y coros a la PJ Harvey más accesible, y su percusión es bien luminosa; mientras ‘The Little Window’ parte de una cosa tan tonta como la pérdida de 500 euros en efectivo (en serio, The Wave Pictures, ¿así os pagan los bolos?), termina con un mensaje de aprovechar el momento, contiene un gran y optimista estribillo («I love walking in this city») y una gran voz femenina acompañando (hacen coros en el largo Holly Holden y Nina Garthwaite, entre otros). La sinuosa ‘Laces’, con esa cadencia medio funk, nos lo deja claro: antes por unas razones, ahora por otras, si no tienen el seguimiento de Arctic Monkeys, no es porque no lo merezcan.
The Wave Pictures realizan estos días una larguísima gira de 12 fechas por nuestro país. Detalles, en Houston Party. Entradas para Madrid y Sevilla, en Ticketea.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘The Little Window’, ‘Crow Jane’, ‘The Red Suitcase’
Te gustará si te gustan: Thalia Zedek, Come, Low, el último de Arctic Monkeys, Nick Cave, Migala
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