Música

10 razones por las que ‘Without You I’m Nothing’ de Placebo sí está entre lo mejor de los 90

Hoy se cumplen 20 años de la edición del segundo disco de Placebo, el mejor de su discografía. El grupo no tuvo el respaldo de la crítica pero sí marcó a una generación muy especialmente en algunos países europeos como Francia, Reino Unido o España, donde ha sido muy habitual verlos de gira. La banda tenía unos tics muy marcados, siendo conscientes de algunos de ellos, pero a día de hoy no cabe duda que Placebo y en concreto ‘Without You I’m Nothing’ han pasado a la historia con más decisión que muchos otros discos que sí estaban en las listas de lo mejor de 1998 o de los 90 y nadie recuerda.

La inestabilidad como lema

«No somos muy estables en el sentido de que cuando nos sentimos bien, estamos bien arriba, y cuando nos sentimos mal, estamos bien abajo. No hay punto intermedio, así que es natural que la música nos salga de esta manera». Son palabras de Brian Molko durante una entrevista promocional de ‘Without You I’m Nothing’ cuando le preguntan por el paso de algo como ‘Summer’s Gone’ a ‘Scared of Girls’. «Siempre hemos intentado dar continuación a una emoción extrema con el otro extremo con el objeto de captar la atención y llevarte a una montaña rusa emocional, que también refleja cómo somos como personas», decía. Y eso es precisamente ‘Without You I’m Nothing’: una montaña rusa de «altibajos» que pasa de la energía de ‘Every You Every Me’ a la delicadeza de ‘My Sweet Prince’; del single ‘You Don’t Care About Us’ a la balada ‘Ask for Answers’ o del tema titular a «Allergic».

La mejor muestra de un sonido propio

Placebo no eran el típico grupo de Brit Pop. Procedían de diversos lugares como Suecia y Bélgica (Brian nació en Bruselas de madre escocesa y padre americano de ascendencia italiana) y en muchos sentidos estaban más en la onda de grupos americanos como Garbage y Smashing Pumpkins, solo que ellos nunca llamaron a Butch Vig para producirles un disco. De alguna manera tuvieron cierto sonido propio desde el principio, y la cumbre de su carrera era este segundo álbum. Una de las razones por las que la banda suena tan peculiar es porque solían tocar con la guitarra eléctrica afinada de una manera alternativa. Lo normal es tocar con una afinación de las seis cuerdas en E A D G B E (mi, la, re, sol, si, mi), pero ellos suelen afinar su guitarra medio tono más alto con la excepción de la última cuerda (F A# D# G# C C). Su idea condiciona el sonido de los acordes estándar y ha sido muy comentada en Gibson.com en varios artículos sobre «afinaciones alternativas», donde hablan también de grupos como Metallica, Muse, Evanescence o Radiohead. En general, como veis, bandas oscuras.

La llamada de David Bowie

Gibson.com menciona como ejemplo del sonido de esa afinación especial la canción propiamente llamada ‘Without You I’m Nothing’ y lo cierto es que su rasgueo tiene un sonido diferente desde el principio, que se vuelve escalofriante cuando la guitarra se va aproximando a los últimos trastes (minuto 2.20) o suenan los arpegios sobre la frase titular (minuto 3.00). A David Bowie le encantó la canción y llamó al grupo porque quería cantarla. Es verdad que estaba en horas bajas de popularidad: en aquellos tiempos de manera humillante tuvo que cambiar un concierto en Las Ventas para 16.000 personas por uno en Aqualung para 2.000. Y también es verdad que no aportó muchísimo a lo que ya teníamos en la canción. ¿Pero quién puede presumir de un featuring de Bowie en el que él, además, no ha escrito nada? Brett Anderson de Suede tuvo que conformarse con un reportaje fotográfico, filmado por Anton Corbijn, eso sí.

La ambigüedad sexual y las drogas: el rastro glam

Hablando de glam, la cara B de ‘You Don’t Care About Us’ era una versión de T-Rex. Igualmente, veníamos de una canción de Placebo del primer disco que reivindicaba la androginia, como era el caso de ‘Nancy Boy’, y aquí vuelve a aparecer el mismo tema. Si ‘Scared of Girls’ plantea «soy un hombre, soy un mentiroso, tengo garantizada tu cama» es solo para cuestionar los roles de macho, y ‘My Sweet Prince’ era para muchos una canción de amor hacia un chico. Sin duda, una de las favoritas del grupo y de sus seguidores. El estribillo era bastante explícito («mi dulce príncipe, eres lo único») y la letra parecía reflejar una lucha común o una consolación entre dos chicos. Pero parece que nada que ver. Circula por Tumblr una declaración de Brian Molko sin origen conocido en la que dice que esta es «la peor canción para hacer el amor», pues habla en verdad del consumo de «heroína y suicidio». La referencia a otro personaje ambiguo, pero a la postre hetero, y que cantaba sobre «heroína», como Lou Reed, es clara, y la letra permite el enfoque de estar hecha desde el punto de vista de un adicto, pero también desde la propia sustancia.

La muerte, el terror, el fantasma, PJ Harvey

Hay canciones realmente agresivas en el disco como ‘Scared of Girls’ o ‘Brick Shithouse’, que se acerca a los terrenos de Marilyn Manson como mínimo en lo lírico. La canción está cantada desde el punto de vista de un asesinado que ve a su novia acostándose con otra persona: «I’ll be watching» suena, ahogado en ruido, amenazante y desesperado. La temática no solo es imaginativa, sino que Placebo parecen estar referenciando ‘Rid of Me’ de PJ Harvey en los «don’t you wish you never met her», pues Brian Molko ha declarado en multitud de ocasiones que es muy fan.

Algo nuevo y algo prestado: las frases universales

Los puntos de vista podían ser un poco retorcidos (‘You Don’t Care About Us’ está escrita desde el punto de vista de alguien que se dirige a Brian Molko) y también las temáticas, como hemos visto, pero por supuesto a veces las frases son universales. Es el caso del eufórico single ‘Every You Every Me’, su canción más tocada en vivo. Algunos de sus mensajes son indescifrables, pero es meritorio cómo Molko encajó una referencia a las bodas («Something Old, Something New, Something Borrowed, Something Blue») para hablar de relaciones, algunas de las cuales se retratan como «una mierda» o «abusivas». Placebo usan «sucker love» o «something borrowed, something blue» como sonoros ganchos que llaman la atención a la primera escucha, si bien dejando, de nuevo, mensajes contradictorios, inestables.

Pure «Boring»: Placebo se ríen de sí mismos

El disco se abre con una nota repetida hasta la saciedad que es solo uno de los múltiples ganchos en ‘Pure Morning’, una canción sobre volver a casa de fiesta por la mañana y encontrarte totalmente desubicado viendo cómo la gente se va al trabajo mientras tú te tienes que ir a dormir la mona. El tema está lleno de ripios como «A friend with weed is better» o «My Japanese is better», pero hay que decir que Placebo es un grupo que sabe reírse más o menos de sí mismo: solían llamar «Pure Boring» a ‘Pure Morning’ porque terminaron más hartos de tocarla que de tocar ‘Nancy Boy’. De hecho, aunque ahora se han reconciliado con ella, durante casi una década no la incluyeron en su repertorio. Y lo cierto es que saber que el grupo la ha llamado de esta manera no hace sino ver aumentado su atractivo, porque ciertamente no puede ser más monótona, pero para bien.

‘Burger Queen’: la ñoñería como algo subversivo

Pasando desde el principio del disco al final del disco (canción fantasma o bonus track aparte), otra canción con rimas cuestionables es la delicada ‘Burger Queen’, en la que aparte de las manidas rimas en «-ection», se termina en un ‘Burger Queen’ que se transforma en ‘Luxemburger Queen’… porque Brian Molko había vivido en Luxemburgo. Aunque parece un poco cogido por los pelos, Molko explicó que la razón de ser de la canción es usar rimas ñoñas para palabras incómodas como «infección» o «erección», con la intención de hacer «de la ñoñería algo subversivo». Puede que no pase a la historia de la literatura, pero al menos había una idea detrás y la melodía y la producción son una monada.

Sólo hay una canción que no mola

‘Without You I’m Nothing’ está lleno de singles clarísimos y temas que no podían ser singles pero tienen tanto encanto como ‘My Sweet Prince’, ‘The Crawl’ -con ese piano que va emergiendo- o ‘Allergic’, que hablaba sobre el modo en que a la Iglesia le da igual el medio ambiente y la Tierra porque ellos «van a ir al cielo». Realmente solo había una canción que no enganchaba, ‘Ask for Answers’: ni el aburrimiento de no disponer de Spotify para acceder a toda la música de la historia logró que le cogiera el punto a finales de los años 90. Pero tampoco era dantesca, ¿y de cuántos discos de 12 pistas te sabes hasta 11 canciones?

La reivindicación de la decadencia y la diferencia

Muchos de estos temas, la ambigüedad sexual, el terror, la crítica a la Iglesia, ese «romper el molde antes de morir» a que apela ‘Summer’s Gone’, de precioso teclado, atrajeron a un público que se sentía tan diferente y alienado como el de en aquellos años Marilyn Manson o Radiohead. Ir a un concierto de Placebo significaba encontrarte a público gótico, indie y malasañero junto a hordas de público gay. Como el Michael Stipe más maquillado, Brian Molko y Stefan Olsdal, que además tuvo o tiene un novio español y vivió en nuestro país, desarrollando el proyecto Hotel Persona, congregaron a un público fiel que los veía como ídolos pero a la vez como alguien muy cercano con el que podían identificarse.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: placebo