En principio, habíamos interpretado esta canción, de melodía casi alegre y muy Klaus&Kinski, como una reivindicación del patetismo y del derecho a quejarse, a raíz de frases como «yo ya sé que doy lástima / es lo que hay». ¿Es así o tiene una vuelta de tuerca y es una parodia de alguien ajeno? «Es así y del otro modo también, pues esto al fin y al cabo es una forma de hacer (pequeña) literatura y los sentidos unívocos restan un poco de magia al asunto (aunque me escuche un poco futbolista respondiendo estas cosas, porque me suenan a obviedades de la profesión). El sarcasmo, la parodia, la franqueza o el sentimentalismo son artificios literarios. Evidentemente, puedo conocer gente que haga de la queja y el victimismo su bandera, pero por otro lado, ¿quién no se ha recreado en la mugre nunca?».
Alejandro escribió esta canción «hace unos años, y como casi siempre, teniendo una música previa a la que le probaba distintos textos». Sin embargo, se ha retrasado: «Si no tengo un disco a la vista, o sea un proyecto concreto que sabes vas a hacer, no acabo terminando las cosas y se pueden quedar ahí un tiempo. Supongo que me haría gracia la idea morbosa de dar pena y recrearte en ello como una especie de retorcido orgullo patético».
En cuanto a producción, le ha añadido elementos comunes con otros temas del disco, según nos indica, «el bajo sinte (ms20), juno y polysix por ahí, el tipo de reverb, el sonido de guitarra y batería». «Hace tiempo hice una maqueta más guitarrera y convencional que estaría aún más lejos que esto, pero no tenía mucho que ver con lo que después me apetecía hacer, así que acabé rehaciéndola casi por completo».
Finalmente, le preguntamos por la frase «viva el fracaso». ¿Hay algo de crítica al sentido de competitividad del capitalismo? «Un poco, pues eso, bienaventurados los pobres de currículum. En fin, en realidad el concepto de fracaso social me es muy ajeno. Sería tedioso explicar mi forma de pensar. Supongo que he elegido mi estilo de vida siguiendo otros criterios».