Cine

4 razones para ver ‘Bohemian Rhapsody’ y 3 cosas bastante mejorables

El biopic de Queen, centrado en la figura de Freddie Mercury y con la aprobación de los miembros restantes de la banda, no llega a las salas exento de polémica. Sacha Baron Cohen fue descartado como protagonista en los primeros años de pre-producción, y el director Bryan Singer fue despedido a los dos tercios de rodaje por ausentarse del mismo, teniendo que ser su trabajo rematado por Dexter Fletcher, si bien es Singer finalmente quien aparece como director. Sumando que el grupo no ha querido oficialmente «dañar el legado de Mercury» y sí ofrecer «una película apta para toda la familia», ¿estamos ante el predecible y aburrido film biográfico que solo sirve para ensalzar a los protagonistas? No exactamente. En este artículo apuntamos 4 razones para ver la película y 3 cosas que se podrían haber mejorado sin «ensuciar» la imagen del artista.

Razones para ver ‘Bohemian Rhapsody’

1.-Queen fue un grupo de masas y su biopic tenía que ser apto para las masas
Uno de los aspectos más criticables de ‘Bohemian Rhapsody’ es cómo su guión está amoldado para las masas. Sin embargo, Queen, por mucho que editasen un single de 6 minutos (el que da nombre a la película) cuando su sello no les dejaba, era un grupo destinado a las masas, que componía himnos a sabiendas de que decenas de miles de personas iban a corearlos en grandes estadios (se ve muy claro en la creación de ‘We Will Rock You’) y, por lo tanto, no habría tenido mucho sentido presentar un biopic de ínfulas underground y experimentales que viera tan poca gente como ‘Last Days’, la peli que hizo Gus Van Sant sobre Kurt Cobain. Era pertinente la realización de una cinta apta para el gran público que acude masivamente a ver musicales o giras actuales de Queen y ‘Bohemian Rhapsody’ sí logra, en ese sentido, su objetivo de tocar la patata. La cinta refleja la soledad que sentía Mercury (esa escena encendiendo y apagando tristemente una lámpara), su vulnerabilidad, pero también por supuesto su fuerza escénica y su carisma. Su relación con los miembros de Queen, a través de su intento de carrera en solitario, deja también algunos de los momentos más divertidos y emotivos de la cinta. Manipulados o no, para bien o para mal, muestran al espectador cómo tus compañeros de grupo pasan a ser tu verdadera familia.

2.-La recreación de Live Aid 1985
La cinta parte y desemboca en la realización de Live Aid, un concierto benéfico en favor de África que tuvo lugar en 1985 y sobre el que se han escrito ríos de tinta. Se celebró simultáneamente en Londres y Filadelfia (Queen estuvieron en el show del estadio de Wembley) y la lista de artistas incluyó a David Bowie, Bob Dylan, Paul McCartney, U2, The Who, Dire Straits, Mick Jagger o Elton John, solo por mencionar a unos pocos. Sí, aquello fue un campo de nabos (bueno, también estuvieron Tina Turner o Madonna, que recibe una mención muy «Madonna, tú antes molabas» en el guión), pero aquello fue un momento realmente histórico para la música que es una gozada ver recreado en la gran pantalla. Igual se ha escatimado algo en cromas, extras o efectos especiales creados por ordenador, pero desde luego no en minutaje. La actuación de Queen en Live Aid duró poco más de 20 minutos y ocupa aquí casi lo mismo sin aburrir ni remotamente al espectador. Al contrario: a través de una medida actuación de Rami Malek es imposible no percibir cómo Freddie Mercury ha influido de manera salvaje como performer a una generación de músicos, de Brandon Flowers a Lady Gaga, pasando por Robbie Williams o Matt Bellamy.

3.-La homosexualidad de Freddie no se ha escondido
Otro de los puntos más criticados de la película es cómo se ha velado la homosexualidad de Freddie Mercury. Aunque es verdad que el tratamiento del personaje de Paul Prenter, mánager y pareja del artista durante unos años, huele a homofobia por los cuatro costados (ojo, la Queenpedia en español le define directamente como «el asesino de Freddie Mercury»), el guión no esquiva su atracción hacia el cruising, el travestismo, lo que emulaba su bigote, lo que supuso el vídeo de ‘I Want to Break Free’ ni el hombre con el que decidió terminar sus días. Está documentado que Mercury evitaba aparecer en público con Jim Hutton y que dejó en herencia su casa de Londres a Mary Austin, la destinataria de ‘Love of My Life’ y no a él, por lo que dar otro tratamiento a la homosexualidad del artista igual habría sido traicionar lo que fue su vida en una década como la de los 80. ¿Ya nos hemos olvidado de que Elton John se casó con una mujer en 1984? La cinta no evita lo que significaba tratar con la homofobia de medios y público, o lo que suponía decirle a tus compañeros de grupo heterosexuales que habías contraído el sida. En ese sentido, probablemente sea respetuosa con lo que el artista habría querido, dándole a su sexualidad una importancia equilibrada en una época llena de tabúes. «Freddie, eres gay (no bisexual)», le dice uno de los personajes en un momento fundamental. Esto no es lo que yo entiendo por velar la homosexualidad de alguien en un guión. Es más, la película termina reflejando cómo fue un artista gay quien interpretó algunos de los himnos futboleros más coreados de todos los tiempos, como ‘We Are the Champions’ o ‘We Will Rock You’.

4.-¡Si te gustan Queen!
No por obvio podemos pasar por alto el último punto. Queen, incluso en la era streaming, tienen una audiencia multimillonaria, muy superior a la de los Beatles según muestra Spotify. Sus fans se cuentan por decenas de millones y si bien a los más documentados les van a rechinar un par de datos, el 99% restante va a disfrutar de lo lindo de ver recreados los momentos en que se gestó ‘A Night at the Opera’ desafiando a la industria musical de la época, o nacieron algunos de sus mayores hits, como ‘Another One Bites the Dust’, ‘We Will Rock You’ y sobre todo ‘Bohemian Rhapsody’ (“¡tengo los huevos en el pecho!”).

3 cosas bastante mejorables

El maniqueísmo
Paul Prenter como villano, Mary Austin como ángel llegado del cielo, el padre como un sufrido emigrante que no hace más que repetir la misma frase sobre principios éticos, la madre como una bondadosa mujer de su casa a quien tirar un besito desde un concierto benéfico… El retrato de todos los secundarios de la película es el que haría un principiante: carece por completo de matices. Los mismos Queen se presentan como personajes inocuos, siempre puntuales en el estudio, como ejemplares padres de familia y con cara de no haber roto un plato en su vida. ¿Son los mismos Queen a los que supuestamente no les preocupan los éxitos comerciales y que tanto quieren a Freddie, los mismos Queen que siguen haciendo giras casi 30 años después de la muerte de su cantante, con Adam Lambert como sustituto?

La dramatización hasta el error biográfico
En su intento por «respetar el legado de Mercury» o de Queen, más bien, hay un par de tics que no habría costado mucho corregir o reparar aun siendo respetuoso con el cantante. La pedazo de tormenta en una de las escenas con Paul Prenter es más de caspa cinematográfica que de agua y hay errores biográficos graves. Según Jim Hutton, Freddie supo que había desarrollado sida en abril de 1987 y en la película aparece anunciándolo antes de Live Aid (1985), condicionando la actuación, cuando no pudo hacerlo. El guión ha ido un pelín más allá del recurso narrativo comprensible.

El exceso de prótesis dental
Freddie Mercury tenía dientes de más. Gracias, nos hemos enterado. Esta malformación pudo marcar la carrera del cantante, al servir para aumentar su capacidad vocal, pero con algún plano exagerado y un par de menciones habría sido suficiente. Malek ha hecho un gran trabajo recreando a Freddie Mercury y sus gestos. Por eso es una pena que en algunos de los planos su caracterización esté tan sumamente exagerada que no eres capaz de ver nada más. No era necesario y, sobre todo, ver a Mercury en televisión en los años 80, no era esto. Ver en pantalla a Brian May y el resto de integrantes de Queen termina siendo más fidedigno: se nota que han sido ellos quienes han aprobado la película. 6.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Sebas E. Alonso