Música

Villagers también huyen del folk clásico en su directo de 2018

Villagers se han hecho su camino en la música popular con canciones de tintes folkies como ‘Dawning On Me’ o ‘Everything I Am Is Yours’. Sin embargo, en las fotos promocionales de su último disco, ‘The Art of Pretending to Swim‘, el líder y compositor Conor O’Brien aparece flotando en el aire en medio de una carrera. Por el sonido del disco, parece que estuviera huyendo de ese carácter acústico de la canción de hoguera tradicional, y así, el álbum está lleno de sintetizadores psicodélicos y excitantes, que llevan las canciones a otro lugar.

Lo mismo puede decirse del disco en directo, que suena enterito durante la hora y media que dura el concierto, comenzando con dos de los mejores temas, ‘Sweet Saviour’ y la poderosa ‘Again’. En formato quinteto, Villagers dan tanta importancia a la producción del disco que vemos hasta a dos teclistas, una más tradicional y otro más concentrado en efectos y samplers. El espíritu del álbum quiere impregnar tanto todo que vemos el diseño de la portada esparcido por el fondo del escenario y hasta por el suelo.

Hay partes de algunas canciones que suenan algo desnudas, como la primera estrofa de ‘A Trick of the Light‘, pero lo normal es que en los finales se busque la catarsis, como se apreció en la reinventada ‘I Saw the Dead’. En ‘Love Came With All That It Brings’, dos trompetas jazzies emergen de la nada para realzar también el final de la canción, con el teclista y el baterista convertidos en multi-instrumentistas por momentos.

Conor, que aprovechó uno de los pocos momentos en que no estuvo pegado a su guitarra acústica, ‘Long Time Waiting’, para acompañarse de una pequeña copa de vino tinto, estuvo muy entregado al público, lo que se apreciaba en su gesticulación, en sus curiosos bailes que imitaban carreras o en su voz. Una correcta actuación vocal que, no obstante, solo se apreciaba del todo en los momentos más acústicos, siendo ahogada por el bombo por ejemplo en ‘Real-Go Getter’.

El show estuvo, a pesar de ello, bien sembrado de momentos mágicos, como los coros intimistas de ‘Hold Me Down’; ese en el que Conor explicaba que ‘Ada’ iba para la primera programadora en el siglo XIX, y de repente se encontró con que alguien le estaba filmando y decidió saludar a Youtube (el disco habla también de la adicción a internet); o los bises con ‘Twenty-Seven Strangers’, la popular ‘Courage’ o su hit acústico (gracias a una playlist de Spotify) ‘Nothing Arrived’. Y si el público había improvisado unas palmas en ‘A Trick of the Light’, aquí se arrancó con unos bonitos coros en la parte de «I guess I was busy». Nada mal para un lunes por la noche, en una casi llena Sala Changó. 7.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: villagers