Música

John Grant / Love Is Magic

Parece que las cosas le siguen yendo bien a John Grant. Y nos alegramos. En Islandia parece que ha encontrado la paz interior y, por ello mismamente, se puede permitir el lujo a estas alturas de poder contar lo que le da la real gana sin filtros después de haber presenciado los infiernos como pocos. Si a eso le sumamos que también desde hace años está limpio de adicciones y que tiene una pareja estable a su lado, sin duda, más que nunca ahora (mucho más si cabe que en ‘Grey Tickles, Black Pressure’) Grant se vale del humor y la ironía para hilar un álbum en el que dispara a bocajarro sobre temas tan dispares como el amor y sus consecuencias, Trump, la situación actual de Estados Unidos o la propia Chelsea Manning, a quien dedica ese bonito cierre que responde a ‘Touch and Go’.

Los trabajos en solitario previos del ex The Czars se vertebraban en dos tipos de temas: los de corte más clásico y otros en los que daba rienda suelta a la experimentación electrónica. Pues bien, salvo en el tramo final del disco formado por ‘Is He Strange’, ‘The Common Snipe’ y la ya citada ‘Touch and Go’ (que podrían haber formado parte perfectamente de ‘Queen of Denmark’), lo que nos encontramos en ‘Love Is Magic’ es su largo más electrónico hasta la fecha. Aunque para nada hablamos de un disco de baile propiamente dicho porque, más allá de esa gamberra ‘Preppy Boy’ en la que nos cuenta que se lo montaría con uno de los pijos que le hacían bullying en el instituto, o ‘He’s Got His Mother’s Hips’, con ese manto de sintes, el LP tira por derroteros mucho más oscuros y menos accesibles.

Producido por el propio Grant, Benge (detrás de quien se esconde Ben Edwards, con quien ya trabajó este mismo año en el disco de Creep Show ‘Mr. Dynamite’) y el Midlake Paul Alexander, el cuarto trabajo del estadounidense cuenta con idas de olla sonoras como esa ‘Metamorphosis’ que rompe el hielo metiendo en el mismo saco menciones al ISIS, Kant o Marvin Gaye; así como esa incendiaria ‘Diet Gum’ en la que durante siete minutos y medio vomita todo su odio a uno de esos ex que le hicieron trizas el corazón. El amor puede ser muy jodido y difícil de gestionar por momentos, sí, pero eso no quita que para Grant valga la pena porque de todo, de lo bueno y lo malo, se pueden aprender lecciones muy valiosas.

Del mismo modo, dos de los momentos más destacables corresponden a dos de las canciones más oscuras del lote. Por un lado, tenemos esa ‘Tempest’ que podría venir firmada por los The Human League más darks con esa tormenta de 8 bits que explota en sus segundos finales y, por el otro, una ‘Smug Cunt’ que, aunque inicialmente tenía que ir dedicada a Putin, finalmente tiene a Trump como objeto de su diana. No le menciona explícitamente en ningún instante, pero eso no quita que la gente con medio dedo de frente pueda percatarse de que versos tan incendiarios como que “se masturba con juguetes caros” van dedicados al actual inquilino de la Casa Blanca. Grant, sin pelos en la lengua, aquí no decepciona.

Pese a las buenas intenciones, ‘Love Is Magic’ acaba siendo su disco menos notable hasta ahora. A las letras pocas pegas se le pueden poner (y más si uno disfruta del humor negro), pero musicalmente hablando estas canciones resultan menos memorables que muchas de las que nos ha traído a lo largo de los últimos años. Para la próxima, un poco del esmero en los textos para las propias composiciones en sí.

Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Tempest’, ‘Preppy Boy’, ‘He’s Got His Mother’s Hips’, ‘Touch and Go’
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Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sergio del Amo
Tags: john grant