Lo presentaban este fin de semana en la Sala El Sol de Madrid y lo hicieron en formato dúo solo a guitarra y voz, sin los teclados que inundan algunas de sus nuevas grabaciones. El dúo arrasó a juzgar por los vítores con que la gente, ya casi llenando el local al término del concierto, exigió un bis, pero técnicamente está claro que se habían exigido demasiado. En lugar de interpretar sus mejores temas, a razón de más o menos 2 minutos por cada uno, establecieron un set por bloques temáticos o armónicos, sin descanso entre canción y canción. En cada uno de ellos alternaban el repertorio propio con versiones de canciones que les encajaban, lo que permitió por ejemplo que ‘El papel’ sonara pegada a ‘De momento abril’ de La Bien Querida. También hubo espacio para fragmentos de ‘Un beso y una flor’ o para ‘Woman del Callao’ de Juan Luis Guerra. Y Tronco tienen mucho «haunt», y tienen mucho «tempo», pero el dúo no tenía bien controlado ni los acordes ni las letras de las versiones, y ni con la ayuda de un smartphone en manos de Conxita, se lucieron en ese plano. Fermí directamente resopló en una ocasión cuando vio lo que le tocaba tocar.
El humor, la espontaneidad y las equivocaciones de Tronco forman parte de su concierto, y el público fue viniéndose arriba no matter what a medida que iban sonando temas escritos por Conxita como ‘La gran barra de coral’, sobre todo ‘La la land’ y una delirante interpretación de la alocada ‘Fiesta’ que aparece en el último tramo de su segundo disco. Lo que terminó de dejar un sabor agridulce, más que los errores de los acordes o ese afán por leer algunas letras en un móvil, fue lo caprichoso de un repertorio que excluyó todo hit del primer disco
, cuando no han pasado ni dos años desde el mismo. Así, cuando el público lo tenía todo preparado para vivir un subidón final con ‘Pez en bicicleta’, «Abducida» o ‘Ni una gota de luz’, resulta que nada de eso sonó, y que el concierto se acabó. No sé si se sigue usando la etiqueta anti-folk que conocimos a finales del siglo pasado, pero encaja bastante en lo que hacen Tronco. Si asumimos que el anti-folk combate la seriedad y la pretenciosidad de la música mainstream, aunque su propuesta no sea tan «pro», eso es lo que hicieron. Y si una de sus máximas era no seguir nunca las reglas de la industria o directamente romperlas, eso es lo que hicieron de nuevo. 7.
Los protagonistas de la noche eran en verdad Neleonard, que han publicado su segundo disco también en Elefant (de hecho Luis Calvo ejercicio de dj antes y después de cada concierto). En formato sexteto pero obviamente sin poder trasladar al directo los riquísimos arreglos de cuerda y metal de ‘Un lugar imaginado’ (La Buena Vida o incluso Los Planetas pudieron o han podido tocar en este caro formato en contadísimas ocasiones), el grupo de Nele Navío se mostró en todo momento ilusionado por presentar sus canciones en Madrid.
Comenzando, como su disco, con ‘El mismo’, y con bastante protagonismo de nuevo de la voz de Laura Alonso, el grupo fue desgranando nuevos y viejos temas cada vez con mejor sonido y más protagonismo de las letras. Tras quejarse de un problema en las voces y resolver inmediatamente después un par de acoples, la banda fue haciendo alarde de su profesionalidad con temas como ‘El bufón’ o ‘Podemos’. Fermí de Tronco, que hace unos coros en el álbum, en concreto en ‘Por no hablar’, subió a escena para ejercer su papel, redondeando un show al margen de modas y tendencias, muy apto para el cartel de Madrid Popfest o Indietracks. 7.