«Katy Perry ha vuelto con una canción que puede considerarse la segunda parte de ‘Chained to the Rhythm’. Esta vez ‘365’ es mucho más caribeña que disco, incluso contiene un punto ibicenco no tan sutil, pero la melodía es explosiva a la par que repetitiva en el mejor de los sentidos, como lo era la del single principal de ‘Witness’. De hecho, el estribillo de ‘365’ es tan lineal que parece programado para un robot, con esas subidas tan marcadas (“365, all the time”). Lo cual nos lleva a la portada del single, tan ‘All is Full of Love’, y a su videoclip, que retrata la relación entre un ser humano (Zedd) y un androide (Katy). ‘365’ no es la canción más “artificial” ni futurista que pueda venirle a alguien a la mente aunque su producción busque ese elemento, pero sí equilibra varias sonoridades reconocibles (la moda tropical, el pop de Katy) del pop actual en una canción pegadiza y efectiva, que reafirma la dirección de ‘Witness’ a la par que puede dar a Katy y a Zedd otro éxito este verano». Jordi Bardají
«¿De verdad que esta canción es –entre otros muchos, claro– del mismo autor de ‘The Middle’ o ‘Stay’? Nadie lo diría, y eso no es ni malo –porque la canción está ok, es muy pegadiza, con arreglos interesantes– ni bueno –¿dónde queda la personalidad de Zedd… si es que alguna vez se caracterizó por tal cosa?–. La cuestión es que, a día de hoy, el productor ruso es simplemente uno más de esa generación post-Guetta cuyo principal objeto es sonar por todas partes. Si hay que sonar a EDM machacón, se suena; si hay que imitar la «originalidad» de The Chainsmokers, se imita; si hay que fusilar a Major Lazer, se fusila. Así, ‘365’ es un buen tema pop que parece pensado para haber estado dentro de ‘Witness’ de Katy Perry… pero que, a su vez, podría haber sido cantado por una intérprete cualquiera, da igual si Maren Morris, Alessia Cara o Foxes, como ocurriera con antiguos éxitos de Anton Zaslavski. Así de aséptico, o desalmado, es una parte del pop masivo de nuestros tiempos». Raúl Guillén
.«La nueva canción de Katy Perry puede dejar frío de primeras, pero enseguida engancha y mucho. La principal razón es un estribillo como el de ‘Chained to the Rhythm’, largo y casi difícil de aprender de memoria, pero fácil de tararear con esa caída melódica al final; también son destacables los post-estribillo y puente, pero sobre todo contribuye la acertada producción. Es lo suficientemente electrónica como para vincularla con ‘Witness’, pero lo suficientemente diferente como para pasar página. Zedd, que nunca ha sido precisamente un productor de música avanzada, es el otro artista que co-lidera, si bien esa base tan chula que recuerda un poquito a ‘Slow’ de Kylie -aquí sustentada en un ritmo un tanto reggaetón- bien podría ser obra de otro de los co-productores. Cutfather, por ejemplo, ya estuvo detrás de los créditos de ‘Like a Drug’ o ‘Get Outta My Way’ de la australiana. En todo caso, un paso en la dirección correcta para ambos». Sebas E. Alonso.