Seis años después de ‘Sólo muerdo por ti’ y una vez superado su miedo escénico, Mai Meneses ha vuelto a la actualidad con un nuevo disco de Nena Daconte llamado ‘Suerte’, encabezado por un single tan sólido como ‘Mi mala suerte’. La cantante se ha mudado de manera temporal a Dallas junto a su marido y sus dos hijos, pero pasa por Madrid para promocionar este álbum, antes de volver definitivamente a nuestro país el próximo mes de septiembre. Hablamos con ella sobre este disco que la muestra en plena forma como compositora, sobre sus controvertidas declaraciones sobre religión o sobre cuánto ha cambiado la industria en estos 6 años, y eso incluye tanto los festivales indies como OT. Foto: Sara Costa.
Me han dicho que esta entrevista tenía que ser hoy porque estás viviendo en Dallas, ¿y eso?
Estoy a caballo entre Madrid y Dallas. Para nosotros es una oportunidad de aprender inglés, de vivir la experiencia… pero no nos vamos a quedar allí. Yo más o menos me defiendo en inglés, pero he descubierto la barrera del idioma, hay mucho lenguaje no verbal que está en español y no me entiendo la gente. Para todas las cosas de papeleo, me bloqueo un poquillo.
¿Cuando dices «oportunidad» te refieres a que le ha salido algo a tu marido?
A los dos. Para mí está siendo una experiencia creativa, para pintar, hacer relatos cortos… cosas que no me daba tiempo a hacer normalmente.
¿Cómo es Dallas?
No vivimos en la ciudad. No es como Nueva York, tiene algunos rascacielos, hay algún barrio chulo como Design District, otro con tiendas artesanales… pero no me llama mucho.
¿Y musicalmente?
Hay una radio que es todo country y todas las canciones cuentan una historia larguísima. Parecen una peli, yo que soy mucho más escueta, de ideas sueltas… (risas)
¿Pero ponen country tradicional o de ahora?
Gente de ahora sobre todo, pero también antigua.
¿Algún descubrimiento?
No, que yo recuerde el nombre, no. No es mi estilo tampoco.
La gente se va a Nashville a grabar, más bien…
Virginia Maestro, ¿no? Se lo ha tomado súper en serio.
El disco tiene 7 canciones. Has explicado que es tu número favorito, el disco se llama ‘Suerte’, el single ‘Mi mala suerte’… pero son solo 7 canciones. Roza el ser disco o no.
Es un EP casi (risas).
«Quería hacer un disco libre. Como nadie me impone un número de canciones, ni el público ni yo… Quería un disco abierto y dentro de 3 o 6 meses seguir sacando canciones de esta etapa»
Cupido han hecho un disco de 8 canciones, yo tengo un colega que dice que 7 es el mínimo para ser considerado disco, pero está ahí, ahí, entre 7 y 8.
Yo siempre he hecho discos muy cortitos, el primero dura como 40 minutos. Quería hacer un disco libre. Como nadie me impone un número de canciones, ni el público ni yo… Quería un disco abierto y dentro de 3 o 6 meses quería seguir sacando canciones que pertenezcan a una etapa. Ha cambiado todo mucho, casi todo el mundo escucha listas de reproducción. Cada vez menos gente se compra un disco entero.
¿Qué incluiría esa etapa que dices?
Todas estas canciones, las 7, y las que saque luego son de la misma etapa.
¿Entonces ya las tienes escritas?
No sé si las tengo. No, no las tengo (risas). Todavía no están hechas.
¿Cuándo has escrito estas 7 canciones?
Son del último año y medio desde que empecé a componer. A nivel personal estoy en una nueva etapa, ha despertado una nueva yo, más madura… Me conozco mejor, conozco mis miedos, mis debilidades, mis defectos. No soy tan perfeccionista ahora y eso se traduce en una forma de hacer canciones más sencilla.
¿Y por qué crees que ha sido esto?
He aprendido a amar mis errores, mis defectos, intento no ser tan radical conmigo misma. Tan machacona.
¿Pero por qué crees que ha sido?
No lo sé, la edad te vuelve más transigente contigo misma. Si no te quieres tú, ¿quién te va a querer? Vas aprendiendo.
‘Mi mala suerte’ es un poco un regreso a ‘Tenía tanto que darte’.
Me lo ha dicho mucha gente, yo creo que es por la base de instrumentos, por el punch rockero…
… o las voces infantiles.
Son mis sobrinitas, pero no estaba buscado. Salió así, la letra era un poco más dura y quería ponerle el contraste de los niños.
«No soy tan perfeccionista ahora y eso se traduce en una forma de hacer canciones más sencilla (…) De pronto me da miedo hasta subirme a un ascensor»
En ‘Ya no somos niños’ tu voz sigue sonando aniñada, sigue sonando como siempre, es identificativa…
Cuando me enfrenté al micrófono, Paco Salazar, que es espectacular para grabar voces, no se puso a buscar micrófonos como suele hacer un productor. Paco te dice: «sé cómo cantas, este es tu micro». Quería que cantara de manera natural, como si hablara, sin impostar la voz. Como soy yo ahora. Eso ha conectado con mi forma de cantar de siempre. Yo he tenido la misma voz toda la vida y creo que me moriré con esta voz (risas).
Lo cual tiene su gracia porque el proyecto se llama «Nena» Daconte. Aunque me da que tú no te ves tan aniñada…
¿La voz? No… (risas).
Vamos, que no la usas como contraste…
He querido cantar como soy yo sin hacer demasiadas florituras. Fue facilísimo grabar. Se nota que fumo, pero poco más.
¿En qué canción dirías que podemos notar que fumas? Yo no noto nada como si lo noté con el paso de Los Romeos a Lula…
No sé (risas). A veces me pasa y digo: «tendría que fumar menos».
‘La llama’ me ha recordado a Adele, a la que has citado alguna vez.
Bueno, sí, no es mi gran referente, pero con los niños escuchamos a Adele.
Es una balada un poco más anglosajona. He leído cómo querías evitar una macroproducción y en esta canción está muy bien cómo entra el banjo.
El banjo es idea de Paco, siempre identifica mi voz con el banjo, y le gusta ponerlo cuando graba conmigo. A mí lo más bonito de esa canción me parece el acorde flamenco que sale en el estribillo cuando no te lo esperas. La canción se va a un sitio que parece que no tendría que ir ahí. Esa parte es de Paco.
En la canción ‘En otra dimensión’ dices que «Me encantaría ser temeraria», ¿qué quieres decir?
«Y vacía». No lo sé, es una forma de hablar de lo prudentes que nos volvemos cuando somos mayores. Yo era muy loca, no me pensaba las cosas ni media vez. Ahora estoy más reflexiva, hasta al componer. Pienso mucho las frases. Antes tal cual me venía se quedaba. Ahora cambio mucho más y pienso mucho más.
¿Esto por qué es así? Porque hay gente de tu edad que, por el contrario, está viviendo una segunda adolescencia.
Me he vuelto prudente, no me gusta mucho tirar del hecho de ser madre, pero yo siempre soñaba con hacer puenting, y de pronto me da miedo hasta subirme a un ascensor. Me he vuelto miedosa. Es algo como interno, ni siquiera lo piensas.
Has hablado sobre el miedo escénico que has padecido en otras entrevistas, ¿cómo lo identificaste exactamente?
Yo pensaba que todo el mundo me estaba criticando, y hasta lo escuchaba durante el concierto. Como que todo lo haces mal. Es una lucha constante hasta que termina el concierto, intentando que no te afecte. Pero no es real.
¿Y esto cuándo fue?
En la época de más conciertos, yo estaba muy cansada. En la época de más éxito de Nena Daconte, desde 2007.
«Muchas veces no podía ni caminar, no sentía las piernas, no era capaz de caminar por encima del escenario»
Pero entonces hace muchísimo.
Yo tenía que cumplir contratos. La rueda no se puede parar. Hasta que pasaron 3 meses que estuve sin cantar y pensé: «qué alivio, qué bien me siento» y desaparecieron todos los demonios.
Pero entonces en los últimos dos discos, tú no estabas bien.
No… Siempre va a parecer que estoy bien pero la procesión la lleva cada uno por dentro.
¿Ahora cuánto tiempo hace que no te subes a un escenario?
No sé, no lo he calculado, pero una vez que te conoces, que admites que no eres perfecta, que no pasa nada porque la gente te critique… ya no conectas con la crítica ajena. Estoy más feliz y más tranquila.
¿Y cómo has llegado a este punto?
He hecho mucha terapia, he hecho meditación. Ayuda mucho la meditación para verte desde fuera: los problemas se desvanecen.
Te lo pregunto desde la inocencia más absoluta, yo pensé que por ejemplo Pastora Soler no iba a volver…
Son cosas internas, como pensamientos que se hacen muy fuertes que no te dejan disfrutar de la música. Muchas veces no podía ni caminar, no sentía las piernas, no era capaz de caminar por encima del escenario.
Y ese terror nunca se ha reflejado en tus letras.
No, porque yo hablo del amor, del desamor, del paso del tiempo… pero no de problemas concretos.
Te lo pregunto porque tú misma has dicho que sueles componer desde tu peor momento.
Pero tampoco me siento y digo: «voy a componer sobre tal tema». Me viene una idea y me siento. Otra forma de componer es que cojo poesía de otra gente, una novela, sobre todo algún poema, una idea, y pienso cómo lo escribiría yo con otras palabras.
¿Algún autor concreto?
No, pues en general,Cortázar, Salinas, Neruda, los clásicos del cole (risas) No conozco la poesía del siglo XXI, salvo Ajo, la micropoetisa, que me encanta.
Dos de las letras que más me han gustado son ‘En otra dimensión’ y la de ‘Y qué’, ¿pero tú de qué letras estás más orgullosa?
La canción que más feliz y más positiva me hace sentirme es ‘Amanecía’. ‘Ya sé’ me gusta también, tiene un punto surrealista que me hace gracia.
«Quería entender yo el disco, no que tuviera 800.000 capas y que yo misma no percibiera nada»
Has dado con una fórmula de pop-rock… «normal» que resulta que ahora mismo es original porque…
… no se estila. Todo el mundo está haciendo otras cosas. En este tiempo, he tenido mucho tiempo para pensar. Tenía una necesidad de volver a sentir amor por la música, de ilusionarme con el hecho creativo. De hacer un vídeo, con un bombo, ir a Madrid, a Barcelona… sin esperar que nadie lo vaya a ver. A nivel musical, tenía algún pianito, la guitarra y alguna base y le dije a Paco que quería entender yo el disco, no que tuviera 800.000 capas y que yo misma no percibiera nada. Paco hizo el ejercicio de contenerse y yo creo que ha salido muy bien.
¿Cuál es la mayor dificultad a que crees que te enfrentas en esta nueva etapa?
Que llegue la noticia de que he vuelto. Ahora se usan mucho las redes sociales, en aquella época no eran tan fuertes, pero tampoco espero nada. Quería sacarlo y dejarlo ahí. Ahora estoy pensando en los conciertos, pienso cómo voy a hacer para que las canciones que tienen 10 años suenen como me gustaría, introducir una pequeña evolución, y que la gente escuche las canciones de una manera nueva.
«Las opiniones personales en según qué temas deben quedar como opiniones personales y no mezclarlo con lo profesional»
¿Crees que te han perjudicado las declaraciones sobre tus sentimientos religiosos o el famoso titular «Nena Daconte se casa con el community manager del PP»? Sobre todo en el underground.
Yo lo que creo es que las opiniones personales en según qué temas deben quedar como opiniones personales y no mezclarlo con lo profesional. Mis canciones no hablan de esto y es una información que no merece la pena.
¿Pero te arrepientes?
Tampoco me retracto pero no aporta, simplemente.
Volviendo a mi pregunta, ¿crees que te han perjudicado?
Yo creo que no aporta.
Hace poco he hecho una columna defendiendo a Morrissey porque en The Guardian se la han jurado por unas declaraciones apoyando el Brexit y a algunos políticos de derechas.
Yo creo que ya con su edad que diga lo que quiera, se la suda todo… Yo tengo ganas de llegar a ser abuela (risas) Hay una cosa que me gusta de Estados Unidos y es que la gente respeta las ideas de los demás, la religión, las ideas políticas… La gente dice hasta lo que gana. Hay un respeto por los demás, por lo menos en apariencia.
Bueno, en Estados Unidos hay muchos problemas sociales…
Sí, eso es un caos.
No sé cómo será Dallas.
Es bastante América profunda, pero depende del ambiente en el que te muevas.
«Independiente es el que se edita a sí mismo, no es el tipo de música que haces»
En 2008, cuando ‘Tenía tanto que darte’, salían Vetusta Morla, comenzaba lo que se puede llamar indiemainstream… Todo este debate se ha perdido y el colmo ha sido OT, que ganara Amaia, una persona que va a actuar en un sinfín de festivales indies. Parece que se han derribado barreras…
Me parece perfecto, no hay diferencias de que el indie se supone que es lo bueno y lo comercial lo malo. En otros países no hay esa diferencia. Independiente es el que se edita a sí mismo, no es el tipo de música que haces.
¿Tú te ves beneficiada por esta nueva coyuntura ahora que en festivales como Dcode, Río Babel o Sonorama actúan Bunbury, Bebe…
Raphael fue el que rompió las barreras, ¿no? Sí, por qué no.
¿Tienes un mánager que te está haciendo un «push» para ese sector?
Todavía no hemos pensado dónde vamos a ir, lo decidiremos poco a poco. Lo primero no van a ser 10.000 personas. Primero tengo que coger soltura con cosas pequeñitas.
¿Tienes la banda formada?
No, todavía no.
Porque a Madrid vuelves en septiembre.
Sí, te lo has estudiado bien…
Supongo que no has visto OT al no estar aquí…
No, estaba en Dallas. ¡Yo no he visto OT en mi vida! (risas)
«Mi primer disco en 2003 (se supone que) era «malísimo», y luego se llevó premios y fue número 1 en las radios. Eso me enseñó cómo es la industria»
Pero da igual, ¿qué te parece que antes fuera OT como lo peor y ahora sea un poco como «qué guay»?
Yo creo que todo son modas. Mi primer disco lo autoedité en 2005, en 2003 lo escucharon todas las discográficas y era «malísimo», y luego se llevó premios y fue número 1 en las radios. Eso me enseñó cómo es la industria.
¿Crees que te puede pasar algo así ahora, que este disco pase desapercibido y luego se reivindique?
Me encantaría, pero no, no creo… No lo sé. Las cosas han cambiado, la intención era reenganchar a la gente a la que le gustaba Nena Daconte, no ‘Tenía tanto que darte’, que es superguay, pero también las otras canciones, la gente más de base, ese público más pequeñito. Este disco es para ellos.
Es difícil porque ha pasado una eternidad de años para lo que es el mundo del pop…
Yo empiezo de cero y más mayor. Es todo más difícil, pero yo creo que el disco está muy guay, estoy supercontenta.
¿Has escuchado las producciones de Kim Fanlo?
Sí, hay cosas que he escuchado. Es un gran productor.
Pero tampoco te ves en lo que hace…
No, yo creo que ha tirado a algo más superproducido. Pero no por eso voy a dejar de pensar que es un gran productor.
No sabes lo que le ha parecido lo que has hecho ahora.
No.
Como instrumentista, en estos años, ¿has cambiado tu manera de componer?
A nivel composición, siempre he sido guitarra y piano y he seguido igual, no he aprendido a tocar el chelo (risas).
Lo digo por si no te has mudado con el piano a Dallas…
Este disco está más hecho en guitarra, pero había canciones ya hechas aquí. Compongo igual, ahora conozco más acordes, me he puesto las pilas. El piano lo conozco entero pero la guitarra no. Ahora al papel en blanco me enfrento de manera más reflexiva, como te decía, pienso cada frase y hasta intento que algunas cosas rimen (risas).
¿En qué canciones podemos percibir esos otros acordes que antes no manejabas?
En ‘Amanecí’ no, ‘Ya sé’ no, ‘En otra dimensión’ no… (risas) ¡Es en lo nuevo que estoy haciendo! (risas)