Durante el programa Kermode -que es un enorme fan de la película- alababa la obra de Anders y juntos departían sobre cómo se originó la idea y cómo se planteó quizá el elemento más crucial de la misma: la música. Anders explicaba cómo desde el principio quiso juntar a artistas contemporáneos de los 90 con compositores de éxitos de los 60 y que colaborasen componiendo. Así, Burt Bacharach, Joni Mitchell, Gerry Goffin o Lesley Gore se acabaron codeando -literal o metafóricamente según el caso- con Elvis Costello, J Mascis de Dinosaur Jr, Shawn Colvin, Dave Stewart de Eurythmics o Los Lobos. Las canciones, que recreaban los sonidos de la época bastante respetuosamente, se grabaron en el estudio B de Capitol Records en Nueva York -uno de los pocos que en los noventa mantenía su configuración y equipo originales- con la ayuda de gente como el arreglista Jimmy Haskell (The Everly Brothers, The Beach Boys) o el legendario bajista Chuck Berhofer (el de ‘These Boots Are Made For Walking’).
El sonido de la banda sonora va a la par con la calidad de recreación visual: la fotografía, ambientación y vestuario de ‘Grace of my Heart’ eran impecables, y vista veinte años después está a la altura de obras maestras de la resurrección visual más recientes como ‘Mad Men’ o la película ‘Love & Mercy’. Pero no es el único aspecto en el que film y banda sonora van parejos. Ambos comparten una constante que se resume en la palabra “emoción”. Si la historia de Edna Buxton de constante lucha (vital, sentimental, de género) está llena de triunfos y decepciones que llegan directamente al corazón, las canciones tienen una magia extraña que potencia todo ese caudal de sentimientos. Lo mismo ocurre con la trayectoria del personaje Jay Phillips (inspirado en parte en Brian Wilson) y las canciones que le rodean.
Los temas que elevan a los cielos a la película son varias, y de enorme calidad: desde los caprichos de pop recreado (‘Born To Love That Boy’) a la extraña-mezcla-que-sin-embargo-funciona de pop de guitarras 90s mirando a los 60 (las extraordinarias ‘Take A Run At The Sun’ y ‘Don’t You Think Is Time’ de J Mascis). Pero son las de corte más emocional las que coronan esta banda sonora, y a ‘Grace of my Heart’ por extensión: mención especial para la canción sobre amor lésbico en la sombra que Lesley Gore no pudo escribir en los 60 pero sí en los 90: ‘My Secret Love’, además de ser parte de una de las mejores escenas de ‘Grace of my Heart’, es un monumental himno y una composición que debería citarse más a menudo como una de las mejores de su obra.
Y sin embargo nuestro ‘Hit’ de esta quincena va dedicado a otra canción, interpretada por Kristen Vigard. Aunque no muy conocida, se trataba de una actriz y cantante que había debutado de niña en 1976 como la primera ‘Annie’ de la historia de Broadway y ya de adulta editó un único disco en solitario (‘Kirsten Vigard’, 1990) sin demasiado éxito (aunque incluso en España se vio bastante el vídeo de ‘Paint My Head’ en los canales satélite). A mediados de lo 90, mientras se estaba replanteando sus dos carreras, fue fichada para poner voz al personaje Edna Buxton en las escenas cantadas de ‘Grace of my Heart’. Tres son los temas que interpreta Vigard a voz y piano, y los tres son espectaculares. ‘A Boat on the Sea’, de Larry Klein, es de una melancolía difícil de explicar. La canción escrita por Joni Mitchell, ‘Man from Mars
’, es estremecedoramente bonita también… y habría conseguido más fama de no ser por el impacto que deparó ‘God Give me Strength’, la colaboración entre Costello y Bacharach. Dos músicos que se juntaron simplemente para llevar a cabo el experimento propuesto por Allison Anders pero que para sorpresa de todos compusieron una canción tan exquisita, tan desarmante, tan colosal, que acabaron componiendo un álbum entero (‘Painted from Memory’, 1998).Quizá por esa razón cuando se publicó la banda sonora la discográfica maniobró para que la versión que apareciese de ‘God Give Me Strength’ fuese la que grabaron ellos, una versión con gran pompa orquestal y sin duda excelente, pero que dejaba fuera del disco la interpretación más íntima e impactante: la de la película. En una de sus escenas más icónicas, Edna se la canta a Jay, quien va a producir su primer disco en solitario. Representa un momento de meta alcanzada, de etapa cumplida y también de expresión de dolor por un desamor que la canción expresaba magistralmente, en la doble interpretación de Illeana Douglas y Kristen Vigard:
“Ahora no tengo nada, así que Dios dame fuerza / Porque me siento débil después de su partida / Y aunque esté fuerte aún podría romperme (…) / Esa canción ya la hemos acabado / el sonido de esa campana ya se ha agotado / Él fue la luz que yo bendecía / Y se llevó mi última oportunidad de ser feliz”.
Conforme Kristen desgrana tan tristes versos con su voz cristalina, la canción va ascendiendo en una progresión de acordes y melodía a lo largo de unas estrofas, post-estrofas, pre-estribillos y estribillos que compiten entre sí en elegancia y emoción, con matices y detalles de los que hicieron de Bacharach el genio que en los 60 no sólo cambió el pop para adultos sino que influenció a figuras del pop futuro como Brian Wilson. Para cuando llegan el puente y el post-puente la tensión es máxima, extática. Y en ellos las letras de Costello son pura poesía sobre la necesidad del duelo cuando el amor muere:
“Aunque también podría borrarle de mi memoria / Romper el hechizo, mientras se vuelve mi enemigo / Quizá desaparecí como se borra una marca de labios en su camisa / Verás, soy de carne y hueso, y quiero que él duela / Quiero que él duela”.
¿Es hiperbólico declarar ‘God Give Me Strength’ la canción la más bella, compleja y emocionante de todos los 90? ¿O añadir que pertenece a la mejor película musical de la historia? Pues en ‘Hit de ayer’ lo afirmamos.
La ausencia de esta versión en la banda sonora decepcionó a muchos fans del film, hasta el punto de que a finales de 1996 Allison Anders acabó yendo al legendario programa de música de Los Angeles ‘Morning Becomes Eclectic’ (todavía en antena en la actualidad) para ser entrevistada y regalarles un DAT con la canción, que en la emisora se radiaba a menudo a petición de los oyentes. Un lustro después, la canción era una búsqueda habitual en Audiogalaxy, eMule, Soulseek y demás por parte de sus fans. Gracias a la llegada de Youtube, desde hace casi una década se ha podido ya acceder de manera normalizada a ‘God Give Me Strength’ (incluso la versión completa y en estéreo, aunque siempre gracias a canales no oficiales de los que afortunadamente la plataforma de momento tolera. Pero sigue siendo bastante inaudito que ni siquiera a día de hoy se pueda escuchar la canción (o la banda sonora) en Spotify ni plataformas similares. O ver la película en streaming. Quizá el destino de esta maravilla era simplemente ser un tesoro escondido, uno verdaderamente bello.
‘God Give Me Strength’ suena en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace.