CYN explicaba a Billboard en 2017 que, tras acudir a un concierto de la gira ‘California Dreams’, logró contactar con el DJ que amenizaba los conciertos de ese tour de Perry. A él le gustó la voz y el estilo que mostraba en singles como ‘Something’ y mantuvieron el contacto, invitándola por fin a visitarle en Los Ángeles, donde por fin conoció a Katy y tocó el piano y cantó para ella en su casa. Quedó prendada enseguida de ella e inmediatamente la propuso formar parte de Unsub, que en 2017 publicó ‘Together‘ y ‘Only With You’, dos piezas de pop contemporáneo en las que ya destacaba el peculiar vibrato en la voz de Nabozny.
Pero su consolidación llegó en 2018, cuando, además de su papel como telonera de Years & Years, BØRNS, Sigrid o la propia Katy Perry, publicó un tríptico de singles bastante más enfocados: ‘Alright
‘, producida por Sam de Jong (Thirty Seconds To Mars, Muse, Little Mix), la brillante ‘Believer’ y sobre todo ‘I’ll Still Have Me’, una honesta balada de confianza en sí misma que obtuvo loas de personajes tan populares como Lena Dunham y, en consecuencia, fue un exitillo en Youtube con su emotivo vídeo protagonizado por abuelitos. CYN parece haber hecho buenas migas con Matias Mora, productor de aquella, puesto que este año participa en los dos singles que ha publicado. Semanas atrás mostraba una ‘Terrible Ideas’ que, sobre una seductora base minimalista, juguetea con el pop noventero que coqueteaba con las guitarras distorsionadas.Y, esta misma semana, llegaba ‘Holy Roller’ y que, con un patrón similar a su predecesora, parece concretar la personalidad artística de CYN. De nuevo ese minimalismo puesto en contraste con estribillos explosivos a base de guitarras afiladas y percusiones poderosas, pero siempre con un buen gancho melódico por delante. En este caso, el single ha sido presentado con un lyric-video en el que, bordada en la parte trasera de las chaquetas de unas jugadoras de bolos, podemos leer su letra sobre cómo alguien le hace sentir como una devota, enganchada a él/ella como una fanática religiosa que forma parte de «algún tipo de secta». Una dualidad estética –la de los bolos y la religiosa– que van de la mano en su vídeo oficial. Con canciones como estas, Cynthia Nabozny parece ir encontrando su voz propia en el pop, así que no dejaremos de seguirla en adelante.