Conciertos

Robyn brilla con su contagiosa fiesta pop en el viernes de Primavera Sound

A las 4:45 de la tarde en el escenario Ray Ban aparecía Lucy Dacus con su banda. La cantante tuvo un gran año pasado gracias a las buenas críticas recibidas por ‘Historian’, su segundo álbum, y por ‘Boygenius’, un supergrupo formado junto a Phoebe Bridgers y Julien Baker. Tras abrir con ‘Addictions’, Dacus agradeció al público estar allí tan pronto y expresó que no podía esperar para ver cómo todo el mundo se quemaba por culpa del sol. En su set hubo espacio para la cover que sacó recientemente de ‘La vie en rose’, que servía como interludio entre el enérgico final de ‘Nonbeliever’ y ‘Yours & Mine’, canción que habla de lo mucho que odia a veces su Virginia natal pese a tenerle cariño. También se escuchó ‘My Mother & I’, último single que lanzó por el día de la madre, y una sentida balada para cerrar el concierto, aún inédita, que pidió que por favor no grabásemos (podría llamarse ‘I Would Kill Him’ o algo parecido). La calidez de la voz de Dacus junto al componente rock característico de su música vivió su momento de gloria con la excelente ‘Night Shift’, con la que el público lo dio todo. Foto: Sergio Albert

Acto seguido la jovencísima Snail Mail, quien viene de publicar uno de los discos más celebrados del año pasado, comenzó con mal pie debido a problemas técnicos y guitarras mal afinadas durante todo lo que duró ‘Heat Wave’. Después de la canción intentaron solucionarlo pero ella no parecía del todo conforme con el sonido en ningún momento hasta que llegó, ya casi al final, ‘Pristine’, con la que tenía pensado cerrar hasta que se dio cuenta de que aún le quedaban diez minutos de set. Finalmente tocó ‘Deep Sea’ y una cover –sin su banda en el escenario- de ‘Second Most Beautiful Girl in the World’ de Courtney Love. El concierto, pese a no ser en un desastre en absoluto, se vio lastrado por esa aparente falta de preparación. Los temas de ‘Lush’ no brillaron con la misma fuerza que en estudio.

Primavera Sound además de traer siempre lo más aclamado de la temporada, siempre sirve para descubrir artistas. En OCB Sessions, un nuevo y diminuto escenario rodeado por el mar situado cerca de los principales, las japonesas Chai

fueron una bienvenida dosis de aire fresco. Fue un mini concierto (no llegó a la media hora) muy divertido en el que tanto ellas como el público disfrutaban de su “rock kawaii”. La banda, formada por cuatro chicas, tocaba otra vez con un set más largo por la noche en el escenario Adidas (aunque ahí ya no se pudo ir a verlas).

Ya por la noche, cerca de las dos de la mañana, el esperado concierto de Robyn -vestida de blanco y con una sugerente puesta escena- se inauguraba con ‘Send to Robin Inmediately’ y ‘Honey’ de su último álbum. El concierto fue todo un despliegue de hits que, pese a las horas y el cansancio acumulado de todo el día, hizo bailar a todo aquel que estuviese por allí. Su presencia llenaba en el escenario mientras cantaba y bailaba sin que le temblase mínimamente la voz. Hubo un momento en el que abandonó el escenario y dejó a un bailarín que llevaba puestas unas alas de ángel mientras ella se cambiaba de ropa y peinado. Volvía, ahora vestida de rojo, contrastando con el blanco del escenario para encadenar el punto chill out de ‘Because it’s in the Music’ y ‘Between the Lines’ con las electrónicas ‘Love Is Free’ y ‘Don’t Fucking Tell Me What To Do’. Tras esto, llegó uno de los mejores momentos de todo el festival: su himno por excelencia, ‘Dancing On My Own’, donde Robyn dejó que la primera vez que suena el estribillo lo cantase al completo el público. Después de otro de sus grandes éxitos, ‘Call Your Girlfriend’, abandonó el escenario. Desgraciadamente solo hubo tiempo para una canción en el bis, y la elegida fue ‘With Every Heartbeat’. El concierto se pasó volando y dejó con ganas de más. Hubiese sido un puntazo que cantase ‘Hang with Me’, que además encajaba a la perfección en su set, pero ya sabemos que todo no se puede.

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Publicado por
Fernando García