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El incendio de Universal de 2008 destruyó decenas de miles de grabaciones originales históricas

El 1 de junio de 2008, un incendio quemó parte de los estudios de Universal Music Group en Hollywood. La noticia original de The New York Times informaba que el incendio había destruido material de vídeo y televisión almacenado en una de las recámaras del estudio además de parte de una ruta turística, incluyendo la atracción «King Kong». Sin embargo, una nueva investigación llevada a cabo por el periódico sostiene que las pérdidas fueron mucho más importantes de lo dicho en un principio, si bien Universal lo ha negado.

Lo contaba hace unos días The New York Times en un artículo llamado «El día en que la música se quemó», sobre el que ahora realiza un resumen. El título puede parecer hiperbólico, pero el artículo explica que en el incendio se destruyeron unas 50.000 «master tapes» o grabaciones originales, por lo que llama al suceso «la mayor catástrofe de la historia de la industria musical». La razón por la que esta noticia trasciende ahora es que Universal logró entonces derivar la atención mediática en torno al incendio hacia pérdidas menores, sin embargo, ya en 2009 un documento legal sobre el que habla la investigación de The New Tork Times citaba una «enorme pérdida de patrimonio».

Así, perdidas para siempre se encontrarían «décadas» de grabaciones originales de artistas y grupos relativamente recientes en el tiempo como Nirvana, R.E.M., Elton John, Eminem, Joni Mitchell, John Coltrane, Janet Jackson, Aretha Franklin o Tupac así como otras mucho más antiguas y por lo tanto de incalculable valor histórico, de artistas de los años 30, 40 y 50 como Billie Holiday, Louis Armstrong, Duke Ellington, Al Jolson, Bing Crosby, Ella Fitzgerald o Judy Garland. Destruidas se hallan también las «masters» de dos canciones tan emblemáticas como ‘Rock Around the Clock’ de Bill Haley and His Comets y ‘At Last’ de Etta James.

Sin embargo, Universal ha negado que la envergadura de las pérdidas del incendio fuera tal, cuestionando el rigor del artículo publicado por The New York Times. En un ambiguo comunicado recogido por Pitchfork en el que sigue sin negar que decenas de miles de «master tapes» se perdieran en el incendio para siempre, la multinacional asegura que el incendio «jamás afectó a la accesibilidad de toda la música publicada comercialmente ni a la compensación económica para los artistas», y añade que el texto «contiene numerosas inexactitudes, declaraciones sesgadas, contradicciones y malentendidos fundamentales relacionados con el alcance del incendio y el de los objetos afectados». Según Universal, el artículo «ignora todas las reediciones en calidad audiófila» que han lanzado en los últimos años, de nuevo sin negar que las grabaciones originales se quemaran con el incendio.

Las «master tapes» son muy importantes ya no solo por su valor histórico, sino porque son los archivos a partir de los cuales se realizan el resto de reproducciones que después compramos o escuchamos. Sin ellas, las copias siguientes serán necesariamente de peor calidad. Lo explica así Adam Block, ex presidente de Legacy Recordings: «en cuanto al sonido, las grabaciones originales pueden ser impresionantes por el modo en que capturan un momento en el tiempo. Cualquier copia hecha después estará en un peldaño sonoro por debajo».

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Publicado por
Jordi Bardají