El comienzo, sin embargo, puede dar indicios de falta de ideas, de que sus creadores han decidido explotar la mítica franquicia exclusivamente por fines comerciales. Lleva algo de tiempo –quizá unos 15 o 20 minutos- descubrir que era una falsa alarma: las buenas ideas siguen y en esta entrega hay tanta imaginación e ingenio como en cualquiera de las otras. Nuevos personajes se incorporan a la pandilla de Woody (entre los que participan poniendo voz en su versión original Jordan Peele, Keanu Reeves o Christina Hendricks) y a su vez también hay otros que regresan como Bo Peep, la muñeca de porcelana de la que el vaquero estaba enamorado, ahora totalmente libre, valiente y decidida.
Sin duda, uno de los aspectos más destacables del filme es su apartado visual, quizá el más sofisticado y técnicamente impecable que ha realizado Pixar hasta la fecha (y eso es mucho decir). Desde que en 1995 revolucionaran la animación digital con la primera parte, el estudio no ha dejado de ser pionero en la técnica animada, logrando resultados cada vez más impresionantes a la hora de plasmar tanto emociones como movimientos. ‘Toy Story 4’ no tiene momentos tan memorables ni inspirados como la primera o la tercera, pero no deja de ser un capítulo de lo más estimable en un universo que sigue mereciendo la pena explorar. Es la película más madura y triste de ‘Toy Story’, sin que esto le impida ser siempre divertida y muy entretenida. El poso nostálgico que dejó la anterior, se arrastra aquí durante todo su metraje con el viaje personal de Woody -un personaje muy bien escrito cuyo arco nunca se ha descuidado-, hasta llegar a un final que sería un cierre perfecto para la saga. Aunque todo parece indicar que podría haber una quinta parte. No supondrá ningún problema si siguen haciendo las cosas como las han hecho hasta ahora. 7.