Música

La euforia de Bastille, el baño de masas de Vetusta y las anécdotas de Garbage, lo mejor del viernes en Cruïlla

En la tercera jornada de Cruïlla, los muñecos steampunk cobraron vida (lo podéis ver en nuestros stories de Instagram) y el rock fue el protagonista con los conciertos destacados de Garbage, Vetusta Morla y Foals. Fotos: Vicky Pérez Bello

Al calor del sol, es el cantante marfileño Tiken Jah Fakoly quien empieza a congregar un número importante de gente en la tercera jornada de Cruïlla, la del viernes (aunque es la primera gran jornada del festival en cuanto al volumen de su cartel). Muestra de que el reggae más clásico siempre tendrá su público entre quienes piden que su música no deje de lado la política, el set de Fakoly, que actúa junto a su banda frente a un gran mapamundi, reforzando el carácter global de su propuesta, es recibido con entusiasmo por sus fans pese al calor, el cual tampoco frenó a Bastille de entregarse por completo a su set. El cantante entró como una bala al escenario para presentar su repertorio de synth-pop y rock ochenteros. Llama la atención la dinámica puesta en escena de Dan Smith pese a no ser gran cosa: unas escaleras portátiles en las que Smith se sienta a cantar una canción, un sofá giratorio en el que ídem, un pequeño cambio de vestuario (el cantante se pone una chaqueta con capucha para cantar una de sus baladas)… Está claro que Bastille busca dotar a su espectáculo de cierta teatralidad pese a no contar con grandes recursos, y prueba de ello es que este está dividido en varios actos. Todo esto ayuda a mantener el interés en un show por supuesto no falto de buenos temas como ‘Things We Lost in the Fire’, ‘Happier’ o ‘Pompeii’, que Bastille interpreta con energía pero también con cierta introspección, como si el cantante actuara en su habitación y no ante cientos de personas. Bastille no deja pasar la oportunidad de darse un baño de masas a mitad de concierto, metiéndose a cantar en la pista y provocando tsunamis de fans histéricas por sacarle una foto de cerca.

La francesa Zaz congrega a una masa de gente importante ya llegada la anoche, prueba de que no es solo una estrella en Francia, sino que su música tiene mucho público en otros territorios. En su set conviven su gypsy jazz habitual con momentos más rockeros, aunque ella no es la cantante más carismática que se pueda ver en el escenario. Sus amagos de bailar o el momento en que se agacha durante un solo de guitarra en modo «rock star» parecen algo forzados. Eso sí, hay que encomiar su idea de invitar al escenario a la representante de una organización medioambiental: desde luego su preocupación por el futuro de la Madre Tierra no es de boquilla.

Poco que ver con la pasión desbordante que desprenden Vetusta Morla encima de las tablas, claro que a ella invita su música. Desde la disposición de todos sus integrantes en el escenario hasta la cambiante puesta en escena, que pasa de proyectar imágenes de estrellas a meter un juego de luces rojas, el concierto de Vetusta está diseñado para que en ningún momento quites ojo a lo que sucede en el escenario. La banda llena completamente el espacio. Y para variar, Pucho -con una camiseta de mitad ¿fluorescente?- y compañía suenan de maravilla, pasando de la arrolladora ‘Golpe maestro’ a la conmovedora ‘Copenhague’ con naturalidad sin dejar de sonar imponentes, emocionando al público con sus grandes melodías. Pucho también se da un baño de masas durante su apasionada interpretación de ‘Boca en la tierra’, pareciendo que va a ser engullido por el público en cualquier momento. Realmente los Vetusta no muestran signos de cansancio aunque parezca que cada año tocan en todos los festivales incluidos los que todavía no existen, pero incluso a esos valdría la pena ir a verlos.


El concierto de Garbage destacó por lo que no lo hicieron el resto con la excepción de Bastille: su interacción con el público desde el escenario. En concreto, Shirley Manson, con el pelo rojo y medio rapado y ataviada con un llamativo vestido plateado, parecía en su salsa contándonos anécdotas de su vida entre canción y canción. Por ejemplo, dedicó ‘Special’ a sus fans al recordar el primer concierto que Garbage ofrecieron en Barcelona «en 1995» (en realidad parece que Garbage no actuaron en España hasta 1999), tan memorable por la entrega del público que Manson aún lo recuerda pese al tiempo que ha pasado desde entonces. La cantante escocesa también recordó la vez en que vivió en Barcelona con su novio catalán antes de ser famosa. El chico resultó engañarla con otra joven, pero después de pasarse días llorando, contó, al menos «la siguiente vez que visité Barcelona lo hice convertida en una estrella del rock internacional». Con temazos como los que Garbage desplegaron a lo largo del concierto, como ‘Stupid Girl’, ‘I Think I’m Paranoid’ o ‘Why Do You Love Me’, está claro que el destino de Manson y del resto de sus compañeros de banda no podría haber sido otro.

¿Cómo puede haber sido un concierto del que no has tomado a duras penas algún apunte notable? Puede haberte dejado completamente hipnotizado o, por el contrario, aburrido hasta la médula. Foals estuvieron entre ambos extremos. Los de Yannis Philippakis tomaron la mejor decisión posible abandonando el sonido de su primer disco (aunque sus álbumes siempre han tenido de todo un poco), pero particularmente sus canciones más rockeras e incluso metaleras (que las tienen) no me pueden interesar menos. En cualquier caso es innegable que tienen toda una legión de fans a los que les apasiona su lado más duro tanto como el más próximo a su estética tropical (muy bien llevada al escenario con la presencia de palmeras y una pantalla que proyectaba una extraña imagen psicodélica de color rojo, muy cálida). Técnicamente un concierto impecable, sin peros tampoco en cuanto a un setlist que repasó temas de todas las etapas del grupo, desde ‘Numbers’ a la celebradísima ‘Spanish Sahara’, pero que difícilmente te habrá apasionado si no eras fan.

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Publicado por
Jordi Bardají