Música

Julia Michaels / Inner Monologue Part 2

Julia Michaels, compositora de éxito para Justin Bieber (‘Sorry’), Selena Gomez (medio ‘Revival’), además de Shawn Mendes, Fifth Harmony, Hailee Steinfeld o Britney Spears, tenía cosas que expresar (en forma de canciones) tan íntimas que quizá sería raro o incómodo escucharlas en voz de otro. Ese era el punto de partida de una carrera como solista que comenzó con un exitazo, ‘Issues’, y un ‘Nervous System‘ notable que dejaba caer en ella un halo de estrella del nuevo pop. Pero la primera parte de ‘Inner Monologue’ suponía cierta decepción al mostrar a una artista notablemente más impersonal –parece que su voz, más pulida, ha perdido entidad–, con canciones que, salvo ‘Anxiety’ (en la que compartía padecer con su cliente/amiga Selena) y ‘Happy’ (por su estilo vocal más agresivo), se veían envueltas en un halo de “randomness” que las hacía absolutamente intrascendentes.

Si alguien esperaba que ‘Inner Monologue Part 2’ –el disco en realidad se ha dividido en dos como una estrategia de marketing para atraer público a un tour también partido– paliara en parte esa impresión, mala suerte. Porque, aunque más extenso (esta vez se va a 8 temas), hay escasas señales de mejora en lo musical. ‘17’, ‘Work Too Much’ o ‘Body’ son absolutamente blancas y, de nuevo, inanes, mientras que apenas cabe destacar ‘Priest’ y ‘Fucked Up, Kinda’ por su lenguaje explícito y ’Falling For Boys’ (de verdad, ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir aguantando la modita del ukelele para introducir una canción?) por su divertida/fatal letra de absoluta decepción con los chicos que se “confunden con hombres”. No cabe culpar del todo a Michaels: a menudo el gran problema de esas canciones es una producción (a cargo de una ristra de nombres como Jesse Shatkin, Ian Fitzpatrick o Louis Bell, que no parecen implicarse demasiado) plana y muy poco trabajada, digna de cualquier aspirante a popstar de medio pelo. La diferencia con la cohesión y potencia de su primer disco, llevado a cabo por Mattman & Robin y benny blanco, es abismal.

En ese nivel de total irrelevancia, al menos se pueden rescatar por salirse del guión ‘Hurt Again’, una suerte de remake de ‘Somebody That I Used To Know’ de Gotye (que muestra que aquel hallazgo del belga pudo exprimirse más), y la final ‘Shouldn’t Have Said It’, una canción realmente preciosa en lo melódico y lo lírico (en ella esboza con explosiva verborrea un honesto “mea culpa” hacia una pareja), que brilla por sí misma, pero también gracias a la inesperada sutileza en las distintas capas de teclados, sin explosiones gratuitas, que plantea Jorgen Odegard (Imagine Dragons, P!nk, Little Mix). Son señales de que la apuesta por Julia Michaels no es equivocada, pero alguien (su compañía, ella misma) tiene que confiar de verdad en sus capacidades, en lugar de proyectarse hacia una aburrida homogeneidad. Julia Michaels presenta ‘Inner Monologue’ en el Teatro Barceló de Madrid el próximo 4 de octubre. Entradas ya a la venta.

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Publicado por
Raúl Guillén