Tomando su punto de partida (y de paso su título) de una canción de su último disco dedicada a sus hijos, ‘Precipicio al mar‘ es una lectura ligera y amena, no demasiado exigente pero que se antoja imprescindible para aquellos fans de sus distintas etapas musicales que tengan curiosidad por conocerle un poco más a fondo. Hablamos con él del cómo y el porqué de esta aventura literaria a la que, atención, le ha cogido el gustillo. David Otero actúa el próximo 9 de agosto en Torrelavega y el 10 en EWAN Festival, en Salinas (Asturias).
¿Cómo y cuándo surge la idea de hacer todo un libro a partir de una canción, ‘Precipicio al mar’?
La verdad es que me encanta escribir, no solo canciones sino también relatos, vivencias, experiencias… pero nunca me había planteado la idea de escribir un libro. Surgió cuando, la gente que conocía la historia de la canción, sobre mi relación con mis hijos, me sugirió «¿por qué no extiendes esto tan bonito un poquito más?» Pensamos en un vídeo animado, un cuento… Y de ahí salió la idea de escribir sobre mis hijos. Ahí fue cuando nos pusimos en contacto con Gonzalo Albert, el editor del libro, que es un ser maravilloso, y lo primero que dije fue «no sé si estoy preparado, tendría que probar». Estuve un mes escribiendo y la verdad es que mis sensaciones fueron increíbles, así que cuando les llevé dos o tres capítulos y me preguntaron si quería seguir, les dije que sí. Cinco meses después estábamos hablando de qué me quedaba por contar, ya lo tenía prácticamente terminado. Y me ha encantado la experiencia.
«Es una autobiografía pero desde un enfoque que igual no se esperaba de mí»
Aunque el punto de partida es ahondar en el personal significado de esa canción, dedicada a tus hijos y a la paternidad, el libro termina siendo casi más una autobiografía. ¿Fue esa la intención siempre?
Bueno, sí, es una autobiografía pero desde un enfoque que igual no se esperaba de mí. Lo típico hubiera sido escribir un libro desde un punto de vista más musical, o referenciada a mi experiencia con la música. Pero creo que precisamente lo interesante era contar algo que la gente no conoce de mí, expresar algo que es mucho más desde dentro, desde casa, al que muy pocas personas tienen acceso. Contar mi intimidad sin caer en lo «amarillo», sin hacer tu vida carne de la prensa rosa, sino de emociones, sentimientos, experiencias… y que el lector pueda conocerla e incluso juzgarla.
Sí, de hecho, creo que lo que consigue el libro precisamente es mostrar un poco cómo es David Otero en su vida real, fuera de la imagen pública.
Sí, porque somos muy frívolos hoy en día, y nos atrevemos a juzgar a cualquiera sin tener ni puta idea de quién y cómo es en realidad. Y yo el primero, ojo. Nos permitimos opinar de quien tenemos delante como si fuera fácil o natural, y yo creo que no (lo es).
¿Pero tú consideras que has salido retratado fielmente como tú eres en el libro?
Yo creo que sí, que el que lo lea me ha podido conocer un poco mejor, desde otra perspectiva. Es muy distinta la imagen que uno da en una televisión o en la radio a la que das en el tú a tú, y la idea era que la gente quiera pueda conocer un poquito cómo soy.
«Mi carrera profesional hay que tenerla ahí, sí, pero no era la protagonista. Los protagonistas eran mis hijos»
Aunque hablas en él del ejercicio creativo de escribir canciones o del directo, mi impresión es que has evitado un poco profundizar demasiado en tu parte profesional, que podría haber sido bastante jugosa, y has optado por hablar desde un punto de vista más personal e íntimo. ¿Era un poco meterse en un jardín hablar de tus experiencias con El Canto del Loco y tu carrera posterior? ¿O es que prefieres reservártelo para el futuro?
(Risas) Pueden ser las dos cosas. Yo creo que mi carrera profesional, a nivel musical-industria-discos-gira, etcétera, hay que tenerla ahí, sí, pero no era la protagonista. Los protagonistas eran mis hijos. Ellos han vivido esa parte de mi vida, pero como cualquier niño vive el trabajo de sus padres, sea el que sea, ellos no tienen protagonismo ahí. Aquí se trataba de hablar de mi vida, mis hijos y mi relación con ellos. Hubiera sido absurdo poner energía en esa parte porque no hubiera sido real. Aún así, cuento algún episodio de giras y demás, pero tiene el mismo grado de importancia que tiene para ellos en su día a día.
Cada vez más cantantes y compositores han escrito sus autobiografías. ¿Tienes algunos favoritos personales de ese subgénero? ¿Hay alguno que te haya inspirado en cierta manera?
Me encantó ‘Diarios de bicicleta’ de David Byrne, por ejemplo, que está mucho más centrado en la música. Pero autobiografías como tal no he leído, ni es ese el enfoque de lo que he escrito yo. No he tomado ninguna referencia de libros de artistas, como tampoco he tomado referencias de padres que hayan querido contar su experiencia, creo que se pierde mucha naturalidad. Además, cuando leo, me gusta leer otro tipo de cosas que no tienen que ver con lo musical. Más bien huyo de lo que tengo todo el día alrededor, me gusta leer aventuras, cosas alejadas de todo eso.
¿Cuál es el libro que tienes ahora mismo en la mochila o junto a la cama, por ejemplo?
Me apasiona la psicología, como cuento en el libro, y ahora estoy leyendo uno que se llama ‘Atrévete a no gustar’ (de Ichiro Kishimi y Fumitake Koga). Es de un psicoanalista que se pone en la piel de un filósofo y tiene conversaciones con un post-adolescente que está desencantado de la vida, y pone en contraste a dos personas que incluso podrían ser la misma pero en dos situaciones vitales diferentes. También acabo de leer un cómic que me ha gustado mucho, sobre historia de la filosofía pero desde un punto de vista didáctico y divertido. No recuerdo ahora el título… (Nde: concluyo que se trata de ‘Filosofía en viñetas’, de Michael F. Patton y Kevin Cannon.)
«(El libro) es un caos absoluto, pero mucha gente que lo ha leído me dice «qué fácil es de leer»»
La estructura del libro es algo caótica y libre, yendo del presente al pasado, con partes más anecdóticas, partes casi psicoanalíticas, episodios muy íntimos… Da la sensación que es una especie de puzzle. ¿Fue especialmente difícil organizar todo eso?
(Se parte de risa) Pues es que está estructurado en el orden exacto en el cual lo escribí.
¿En serio?
Es un caos absoluto, pero mucha gente que lo ha leído me dice «qué fácil es de leer». Y me sorprende, porque yo soy consciente de que es así. Pero cuando planteamos darle un orden, que yo no tenía ni puta idea ni cómo hacer, Gonzalo y su equipo de edición, que se dedican a eso, dijeron «dejémoslo así, está bien tal cual».
Bueno, el hecho de que parezca que está re-ordenado y no lo esté lo hace incluso más interesante, ¿no?
Sí, sí, pero de verdad que es así.
«La educación parental en general tiene mucho de feeling y de intuición»
Ahora hay cierta corriente no sólo literaria sino también en redes sociales y en general en los medios de comunicación sobre la educación infantil. ¿Era un temor llegar a parecer que estabas adoctrinando u orientando hacia un tipo concreto de educación?
Sí, sí, totalmente. De hecho, no hay entrevista que haga donde no me lo mencionen, como si fuera un libro de consejos. Me parece horrible, además, decir a la gente lo que tiene que hacer… salvo que vaya a darle lavavajillas a su hijo (Risas). La experiencia de la educación parental en general tiene mucho de feeling y de intuición, de ir manejando los tiempos como vayas creyendo. Y cada familia es un universo. Lo último que quiero es dar ningún consejo a nadie, sino mostrar mi experiencia por si a alguien le sirve como referencia, no como lo-que-hay-que-hacer.
¿Y tienes algún tipo de opinión sobre esa tendencia a juzgar a los demás por su manera de educar a los niños?
Bueno, yo hay cosas que veo y digo «madre mía». Pero igual hay gente que lee el libro y piensa lo mismo. Lo que no hago nunca es ir a alguien y decirle «oye, ¿qué haces con tu hijo?» A menos que me pregunten o me pidan opinión. Más que nada porque no sabes lo que hay detrás. Es inevitable tener juicios sobre lo que ves, es algo natural, pero no verbalizarlos y ponerlos en el centro de la mesa.
«He pedido permiso (a mi familia) pero no les he dejado leer hasta que ha estado acabado»
En el libro dices que quizá has traspasado algunas barreras al relatar situaciones muy íntimas no solo tuyas sino también de tus familias. ¿Ya te ha caído alguna bronca? ¿Cómo lo han recibido?
No, no. Han sido muy comprensivos y han entendido perfectamente que para contar esta historia había que profundizar, hablar del amor, que es de donde vienen los hijos. Y también de donde vienes tú mismo, de tu relación con tus padres. Y si no la cuentas, pues falta algo. Al final he pedido permiso pero no les he dejado leer hasta que ha estado acabado, así que no he sabido hasta qué punto estaba sobrepasando algunos márgenes.
¿Y tus hijos Luna y Gael, especialmente, qué te han dicho? ¿Han leído al menos alguna parte? ¿Qué opinan ellos?
Sí, mi hija lo ha leído entero. Le hizo mucha gracia, pero yo creo que lo va a disfrutar realmente cuando sea mayor. Es como cuando ves una foto tuya en el momento y cuando la ves veinte años después. Esto va a ser parecido. Lo que me apetece es que pasen veinte años y me diga «he encontrado tu libro y se lo he estado leyendo a tu nieto y ha flipado». (Risas) Me imagino ese tipo de situaciones.
¿Le has cogido el tranquillo a esto de escribir libros? ¿Te ves repitiendo la experiencia pronto?
Pues la verdad es que sí que me apetece, porque me ha gustado mucho la experiencia, ha ido bien, a la gente le ha llegado… No es un best-seller ni es lo que pretendo, pero sí me parece una buena vía de seguir expresando cosas, que es lo que más me gusta, ya sea con canciones o con historias. La gente de Penguin Random House está muy contenta y yo también, así que, ¿por qué no?
Antes me decías que estabas trabajando en el estudio, en nuevas canciones. ¿Cuáles son tus próximos planes? ¿Tienes ya en mente la continuación de ‘1980’?
Bueno, es algo en lo que aún estoy trabajando. No he contado qué va a ser ni cuándo ni porqué, pero ya estoy manos a la obra y dentro de unos meses podré contarlo. De momento, me lo guardo.