Música

Red Hearse / Red Hearse

Jack Antonoff, uno de los productores más cotizados del momento, ha sacado tiempo de entre sus sesiones de grabación con estrellas tamaño Taylor Swift o Lana Del Rey y de su trabajo en Bleachers para grabar un disco con sus colegas Sounwave -involucrado en varios álbumes de Kendrick Lamar- y Sam Dew (ha trabajado con Rihanna, P!nk o Zayn). El resultado de esta unión es un grupo llamado Red Hearse y un álbum de pop inclasificable y experimental que contiene la inequívoca impronta de Antonoff en la producción.

En algunos casos, ‘Red Hearse’ parece buscar una deconstrucción de estilos tan familiares como el soul, el funk, el rock alternativo o la música disco enmarcándolos en una producción densa, retorcida e industrial que, sin embargo, nunca abruma ni suena cocinada de más. ‘Half Love’, el primer tema, empieza con unas cuerdas muy Motown… a las que entonces les suceden unos ritmos semi industriales y unos vocoders que remiten a ‘MASSEDUCTION‘. Los ritmos ásperos y arreglos retorcidos de este tema se repiten a lo largo del álbum, destacando las crujientes percusiones de ‘Violence’, que dan ganas de morder (no en vano la letra dice «quiero juntar el dolor con el placer»), o el robusto ritmo disco de ‘You Make it Easy’, que suena extrañamente orgánico para bien. Mientras tanto, la voz de Sam Dew busca en todas las canciones de ‘Red Hearse’ melodías pegadizas a través de su falsete. A veces lo consigue, como en la anhelante ‘Honey’, que nos deja una cursilada tan clásica del pop como «no necesito razones para el futuro porque mi futuro eres tú»; pero en otras el intento le queda un poco desesperado, como en la olvidable balada ‘Everybody Wants You’ o en el intento de himno de ‘Born to Bleed’ (aunque es curiosa la letra «puedes cortarme, no pasa nada, mejor incluso, pues he nacido para sangrar»).

En cualquier caso, lo que termina brillando en el debut de Red Hearse es la producción. A veces recuerda al mencionado álbum de St. Vincent, otras a ‘reputation‘… pero por alguna razón el álbum suena completamente nuevo al mismo tiempo. Esto puede deberse a la buscada simplicidad del proyecto: Antonoff asegura que el largo suena exactamente al trabajo de las tres personas que lo han producido, ni más ni menos, en contraste con la enorme cantidad de autores que pueblan los créditos en el pop de hoy, y esto se nota en unas canciones que presentan cierto aire a maqueta sobre todo en relación a la claridad absoluta de la instrumentación y a la producción vocal. En ‘Violence’, la voz de Sam Dew no termina de integrarse del todo con la música, lo cual produce un efecto desconcertante, no necesariamente para mal. Pero si algo une a estas canciones es su búsqueda de la riqueza sonora a través de mil texturas, como las presentes en ‘Honey’, que entre lo orgánico y lo artificial, llenan los oídos de exquisitez sonora. Aunque las canciones no siempre resultan tan memorables como probablemente el grupo cree, desde luego no se puede decir que los 26 minutos de ‘Red Hearse’ no estén aprovechados.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Half Love’, ‘Violence’, ‘Honey’
Te gustará si te gusta: la producción de Jack Antonoff para St. Vincent, Taylor Swift; Broken Bells, Gabriel Garzón-Montano
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Jordi Bardají