Música

Ride / This Is Not a Safe Place

Continúa la segunda vida de Ride y después de aquel parón de 22 años, tenemos nuevo disco suyo tan sólo 2 años después de ‘Weather Diaries‘. Incluso entre medias nos han obsequiado con un EP llamado ‘Tomorrow’s Shore’ que, vale, no era lo mejor de su carrera, pero sí capaz de dejarnos una curiosidad como la electrónica ‘Catch You Dreaming‘.

Como mostraba esta, los Ride del siglo XXI no están aquí solo para reivindicar que en su momento formaron parte de la historia del shoegaze como los que más, sino para atreverse a hacer cosas nuevas, y a los mandos de la producción vuelve a estar Erol Alkan. Este, más que llevarles a su terreno, parece darles alas para experimentar y ‘This Is Not a Safe Place’ lleva al grupo a distintos extremos. El álbum se abre con un tema casi instrumental llamado ‘R.I.D.E.’ que parece querer llamarse en verdad ‘M.Y. B.L.O.O.D.Y. V.A.L.E.N.T.I.N.E.’. No es indicativo, en cualquier caso: después el álbum llega a jugar con el rock más rugoso (‘Kill Switch’), con el sonido Sonic Youth (‘Fifteen Minutes’), o con el folk de finales de los 60 y principios de los 70 (‘Shadows Behind the Sun’). Incluso tienen su momento ‘OK Computer’ en el obligado tema sobre las nuevas tecnologías, ‘Dial Up’, que contrasta acústicas con alguna virguería sintética como hacía aquella obra maestra de Radiohead que en su momento ya pilló retirados a los viejos Ride.

Pero donde el grupo de Mark Gardener, Andy Bell y compañía parece ahora realmente cómodo es en su faceta más clásica de indie pop. Como si se hubieran dado cuenta de que ya no queda ni Noel Gallagher buscando el nuevo himno de Brit Pop noventero, ‘Clouds of Saint Marie’ es un temazo que habría arrasado en Radio One a mediados de los 90. Los «na-na-na-nanananas» y los «she reigns over me» terminan armando una de las canciones más pegadizas de toda su carrera. Quizá todavía pueda arrasar si llega a caer en la playlist de moda adecuada.

Igualmente efectiva es esa ‘Future Love’ que, de manera naíf pregunta «¿podría verte cada día? / ¿me quieres como yo a ti?». El puente final en el que introducen el título de la canción («a future love can never fail») es estupendo. Justo a continuación en el tracklist, ‘Repetition’ presenta una base ochentera que recuerda sorprendentemente a New Order o a esos OMD que se han dejado renovar inspirados por Kraftwerk. Sin embargo, las armonías vocales son sesenteras, muy beatlianas, algo que ya habían manejado en ‘Leave Them All Behind’, por ejemplo, pero que aquí les hace parecer más luminosos que nunca, quizá debido a lo concisas que son estas tres canciones.

Sin embargo, la «repetición» termina siendo un problema en este disco, pues abusan de ella constantemente. Les funciona en ‘Jump Jet’, pues «This is life on the outside, yeah» es un estribillo muy FIB, pero a menudo más bien deja ver sus carencias como letristas y compositores. Por mucho que en ‘End Game’ se nos intente meter por los ojos la reiteración hasta la saciedad de ese «Looking back when I try to remember / I thought that we had something» la melodía no se convierte en algo mejor. Y el subidón es un poco facilón para un grupo de esta experiencia. Por otro lado, ‘Fifteen Minutes’ carece de la sensación de suciedad y decadencia de la banda de Thurston Moore y Kim Gordon. Por mucho que lo intenten, suenan muy limitados y casi «teenagers» en su texto («esto han sido tus 15 minutos / espero que te lo hayas pasado bien / que tengas una vida agradable / ahora estás acabado, básicamente»).

En el mundo de altibajos emocionales y compositivos de Ride, se llega a caer en la contradicción. ‘Eternal Recurrence’, a pesar de que proclama que «es fácil hundirse», asegura que «el amor ganará al final». ‘Shadows Behind the Sun’ nos habla de «vivir en las sombras» donde «ya no puedes vivir»; y en la línea el tristón tema final ‘In This Room’ contrapone un «siempre he querido estar aquí» a un «este no es un lugar seguro». Después de toda la tormenta no queda nada claro dónde están Ride, si en un lugar bueno o malo, pero al menos pueden decir que han hecho dos álbumes seguidos interesantes en un breve espacio de tiempo. Igual empieza a no ser tan justo compararles con los últimos Slowdive: ahora va tocando a estos mover ficha.

Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Clouds of Saint Marie’, ‘Future Love’, ‘Repetition’
Te gustará si te gustan: My Bloody Valentine, The Feelies, Slowdive
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso