‘Undone’ se centra en Alma, una joven de 28 años que, harta de la rutina, tanto la de su propia vida (misma casa, mismo trabajo, mismo novio) como la de los suyos (su hermana, niña de mamá, vive una vida convencional, está a punto de casarse y a emprender la típica vira marital de libro) empieza a replantearse su vida hasta que sufre un terrible accidente de coche. Tras despertar del coma, la joven profesora descubre que es capaz de hablar con su padre, fallecido años atrás en otro accidente de coche, e incluso de verlo perfectamente, pero no solo eso. Porque a partir del accidente, la realidad de Alma queda completamente alterada, y la joven empieza a sufrir alucinaciones, su realidad empieza a fragmentarse y su comprensión del tiempo a no tener ningún sentido. Parece que ha despertado en ella la misma esquizofrenia que sufrió su abuela (y la de la propia Purdy, la serie está parcialmente basada en hechos reales), pero la serie nos quiere contar en realidad otra cosa: Alma será a partir de este momento capaz de controlar el tiempo y por tanto su vida y la de sus seres queridos, con el objetivo de ayudar a su padre a descubrir quién cometió su asesinato.
Esta es la premisa de ‘Undone’, pero lo que hacen sus autores con ella no es una serie fantástica o de animación al uso. La serie «pasa fluidamente a través de varios estados de conciencia» porque lo que se ve en pantalla es exactamente lo que experimenta Alma en sus propias carnes, pero la virtud de ‘Undone’ no reside en su argumento, sino en cómo lo utiliza. El elemento onírico de ‘Undone’ es imposible de entender a menos que sea de manera metafórica, pues su función es dibujar múltiples realidades paralelas, cuando no completamente quebradas, para que los espectadores comprendan cómo funciona la mente de Alma tanto como lo haría ella misma. La naturaleza abstracta de la «mente» es por tanto trasladada a imágenes, y el resultado puede ser tan estomagante y mareante como lo debe ser para la propia protagonista, pero a menudo también fascinante y emotivo. ¿Es ‘Undone’ una serie sobre la esquizofrenia que parece heredarse en la familia de Alma? ¿O sobre la depresión que ha afectado a la protagonista desde la muerte de su padre? En este último caso, una de las primeras escenas de Alma en el hospital parece una epifanía («el plan siempre ha sido que estés aquí») a través de la cual comprender todo lo que sigue, pero la serie consiente otras interpretaciones, sobre todo llegados sus últimos capítulos.
Y más allá de su dramática historia, cabe destacar de ‘Undone’ un par de cosas. En la serie convive su técnica de animación rotoscópica con dibujo al óleo, de modo que a menudo parece que lo que está viendo el espectador en pantalla es un cuadro viviente. La animación rotoscópica es una técnica vieja que ya se usaba en los años 30 (‘Betty Boop’ o ‘Popeye’ son dos ejemplos), pero en ‘Undone’ está usada con mucha creatividad en tanto consigue reflejar el elemento onírico de la mente de Alma de una manera muy realista, por paradójico que suene. Es verdad que, como he mencionado, esta técnica puede resultar algo cansina para el espectador, pues los saltos de realidad en la serie son constantes y bruscos, por lo que quizá ‘Undone’ no es la serie ideal para devorar en un par de días aunque sus capítulos duren 25 minutos de media. Y al margen de sus interesantes referencias al chamanismo o del costumbrismo y por tanto el humor de muchas de sus escenas, es imposible no alabar las interpretaciones de sus actrices y actores, en concreto las de Constance Marie (Camila, madre de Alma) y muy especialmente la de Rosa Salazar. La actriz no es solo perfecta para el papel de Alma, sino que a veces ni siquiera parece que esté interpretando. La ironía, el miedo, la frustración, la rabia o la sorpresa expresados por Alma a lo largo de la serie dan lugar a un personaje multidimensional, complejo y terriblemente contemporáneo, por el que Salazar merece todos los premios que caigan en sus manos. 8