En ‘PANG’, Polachek es capaz de hacernos soñar en ‘Door’ o de divertirnos en ‘So Hot You’re Hurting My Feelings’, pero también de hacernos llorar a moco tendido en ‘Look at Me Now’. La balada que cierra la cara A del álbum -la «apática» donde la cara B es la del reencuentro con la ilusión- cede el protagonismo a la guitarra acústica y crea, llegada la mitad del disco, un momento de intimidad absoluto que recuerda al trabajo de gente como Alanis, Cocteau Twins o al de los Corrs más introspectivos (por cierto, la ex-Chairlift acaba de versionarlos en directo).
Polachek logra esa sensación de intimidad dirigiéndose a sí misma en una letra de la que se entiende que la cantante ha tocado fondo tras una dolorosa ruptura («dije que nunca te dejaría, pero aquí estamos»). De hecho, el título engaña, pues su imperativo es en realidad una negativa («tú no me puedes mirar ahora»), y de las palabras de Polachek se desprende cierto ánimo de autoengaño (dice que «no ha cambiado» y que sigue «siendo la misma», pero sus amigos le preguntan preocupados si ya duerme, pues cada vez está «más delgada»). En cualquier caso, Polachek vuelca todo este dolor en una canción conmovedora, tan brutalmente sincera como pueden haberlo sido Björk, Fiona Apple, Tori Amos o PJ Harvey en el pasado, y que ya sabíamos tenía en su interior tras escuchar ‘Crying in Public’, pero quizá no de esta manera.