Cine

Ni Jennifer Lopez ni su pole dance salvan ‘Estafadoras de Wall Street’ de la mediocridad

‘Estafadoras de Wall Street’ (o simplemente ‘Hustlers’), la tercera película de Lorene Scafaria, se inspira en un artículo escrito para la New York Magazine que se hizo viral sobre un grupo de ex strippers que decidieron montar un negocio timando a los peces gordos de Wall Street. El punto de vista de la cinta reside en Destiny (Constance Wu), una mujer chinoamericana que lucha por sacar adelante a su abuela ayudándola con el alquiler, y sueña con una vida mejor trabajando por las noches en un club de striptease. Allí conoce a Ramona, interpretada por Jennifer Lopez, que se convertirá en una especie de mentora para ella y con la que iniciará el mencionado negocio.

Mucho se ha hablado de la interpretación de Jennifer Lopez –y de la para muchos ya icónica escena de pole dance que puede verse en el tráiler-, incluso parece bien posicionada para optar a un premio de la Academia. Sin desmerecer en absoluto su trabajo, en el que está solvente, realmente da la impresión de que todo la aclamación crítica que está recibiendo viene de que es la primera vez que hace un papel serio y deja a un lado las mamarrachadas que ha ido haciendo a lo largo de toda su filmografía. No es ningún secreto que J Lo sabe bailar, y que está en forma, pero podría decirse que ahí reside toda la complejidad de su actuación. Su personaje no requiere demasiado esfuerzo dramáticamente, y tampoco nos desvela a la supuesta gran actriz que nos hemos estado perdiendo todo este tiempo. Para entendernos, su actuación no es como un Jim Carrey en ‘Olvídate de mí’ o un Adam Sandler en ‘Embriagado de amor’. Sin embargo, sí queda claro que tiene carisma, y probablemente sea todo lo que se necesite para realizar este rol de manera convincente.

En cambio, quien realmente merece muchos más elogios en ‘Estafadoras de Wall Street’ y está siendo eclipsada por la superestrella es Constance Wu, en una interpretación muchísimo más completa y difícil, en la que aprovecha para mostrar tanto su vis cómica como sus cualidades dramáticas. Por desgracia Wu está muy por encima de la escritura de su personaje, cuyas motivaciones siempre resultan planas, impostadas. Sabremos a lo largo de la película que tiene gente de la que hacerse cargo y que, en teoría, son una prioridad máxima para ella. Sin embargo el guion a menudo parece olvidarse de estos detalles, que van y vienen en la trama cuando a Scafaria le apetece sin ningún tipo de lógica interna. Así como el fuerte vínculo de amistad que se establece entre Destiny y Ramona parece solamente una imposición de guion en vez de quedar reflejado en la pantalla a través de la –poca- química entre ambas.

No se puede decir que la cineasta fracase a la hora de dirigir, pues si hay algo que su película tiene es estilo. Lo malo es que de poco sirve cuando este no va al servicio de un guion bien elaborado. Scafaria quiere que ‘Estafadoras de Wall Street’ sea siempre muy guay, con personajes de mujeres empoderadas que luchan contra el sexismo con bolsazos de Gucci y una tarjeta de crédito, pero se olvida de construir una estructura narrativa igual de potente que su mensaje. Tras un comienzo entretenido y con cierta fuerza, en el que además aparecen unas divertidas Lizzo y Cardi B, pronto descarrila en una amalgama de repeticiones, clichés y situaciones muy mal escritas (acompañadas por un montaje bastante deficiente).

El éxito crítico de la cinta solo puede tener explicación en la diversidad de su casting –sus protagonistas son de origen asiático, latino o africano, desgraciadamente algo inusual en la industria- y su equipo técnico está dominado por mujeres. Pero no deberíamos conformarnos con esto; por supuesto que es necesario que Hollywood dé visibilidad a las minorías, y que haya una paridad de géneros en oportunidades, pero que una cinta tan fallida tenga la repercusión que está teniendo solo por esto, no parece el camino más idóneo. ‘Estafadoras de Wall Street’ no es, ni de lejos, la vertiente feminista de ‘El lobo de Wall Street’ como se ha podido leer en algunos sitios: dista mucho en calidad cinematográfica la una de la otra. Simplemente es una película que puede resultar más o menos entretenida pero que nunca logra un alcance mayor que el placer de ver a Jennifer Lopez tan diva como delincuente caminando por Nueva York con ‘Royals’ de Lorde sonando de fondo. 4,5.

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Publicado por
Fernando García