Música

Orville Peck / Pony

Poco antes de que su álbum debut ‘Pony’ se publicara a finales de marzo, la web musical Brooklyn Vegan dio –aunque no ha sido ni confirmado ni desmentido– con el misterio detrás de la máscara del prometedor Orville Peck. La pista de que era un músico canadiense que había militado en grupos punk rock alternativos –además de los tatuajes que coincidían en los brazos de ambos, un pequeño detalle– llevó al medio a deducir que se trataba en realidad de Daniel Pitout, batería del grupo Nü Sensae y cantante en Eating Out. Pero lo cierto es que esto, en realidad, no tiene la más mínima importancia porque la mejor manera de disfrutar de Orville Peck es dejándose embaucar por el engaño, el misterio y toda la parafernalia estética que lo rodea.

De hecho, si ignoramos todo eso ‘Pony’ –editado por el sello Sub Pop– podría ser un disco tirando a convencional en lo musical. Es cierto que contiene estupendas canciones de country-noir-pop como ‘Dead of Night’ y ‘Take You Back (The Iron Hoof of Cattle Call)’, vibrantes arranques de indie-americana como ‘Turn to Hate’ y ‘Winds Change’ y, sobre todo, bonitos momentos de crooning clásico, al estilo Roy Orbison pero posteriores a la existencia de Mazzy Star, como ‘Big Sky’, ‘Roses Are Falling’ o ‘Hope To Die’. Pero también, en su propósito de actualizar a Johnny Cash y Chris Isaak, no evita caer en lugares comunes demasiado manidos –‘Queen of the Rodeo’– o contrapuntos más experimentales que tampoco acaban de cuajar –‘Buffalo Run’–. Así que, si cerramos los ojos y escuchamos, sin más, ‘Pony’ es en general un buen disco con momentos brillantes y otros más discretos, en los que siempre sobresale la muy especial voz del artista que, en su equilibrio entre la masculina gravedad de un Elvis y el ambiguo falsete yodel, nos recuerda con frecuencia a la de Martin L. Gore cuando se emplea en esa suerte con Depeche Mode.

Pero la historia del pop nos ha enseñado que dejar de lado el componente estético e incluso teatral de un artista –Orville es también actor y bailarín, y se nota– es despreciar una parte fundamental de su esencia. Y sin duda en este ‘Pony’ no solo es fundamental el hecho de que Peck/Pitout se oculte detrás de un sombrero de cowboy y una máscara de flecos que generan una fantasía en sí mismos. Sino también el hecho de que adopte los arquetipos del country americano para trasladarlos a una estética queer, y así reivindicar la universalidad de esta música y evitar que siga siendo monopolizada como icono de la heterosexualidad más intransigente.

Como homosexual, Orville siempre adoró la música country, pero nunca se sintió reflejado en ella porque no hablaba de personas como él, tal y como explica en esta entrevista. Así, plasmando historias personales de amor y sexo entre hombres y mostrándose como el auténtico «forastero» en ese mundillo, permite un enfoque distinto al que esta música ha tenido tradicionalmente, la acerca a la realidad de nuestros días y le da una nueva emoción.

Bien podría servir ‘Pony’ como banda sonora ideal para ‘Brokeback Mountain’, si sus imperdibles vídeos no abundaran ya en hermanar su sexualidad con toda la iconografía del Lejano Oeste y la América profunda. Orville Peck presenta ‘Pony’ la semana que viene en Madrid y Barcelona: será el martes 19 de noviembre en Wurlitzer Ballroom Sala Sol y el miércoles 20 de noviembre en la Sala Sidecar, respectivamente.

Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Dead of Night’,‘Big Sky’, ‘Turn to Hate’, ‘Roses Are Falling’, ‘Winds Change’
Te gustará si: te gusta el country pero no soportas su masculinidad recalcitrante, Chris Isaak, Roy Orbison.
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: orville peck