‘Yo soy Dolemite’: Netflix resucita a Eddie Murphy y lo coloca en la carrera de los Oscar

Rudy Ray Moore podría haber sido el Ed Wood de la blaxploitation. Tenía su mismo entusiasmo y fuerza de voluntad, y su misma falta de talento. La gran diferencia es que Moore tuvo éxito. Mucho. Aunque le costó. Con 40 años, Moore era un dependiente de una tienda de discos de Los Ángeles que había fracasado en su intento de convertirse en cantante y monologuista. Pero en 1970, su suerte cambió. Conoció a un divertido vagabundo que hacía rimas obscenas sobre un proxeneta llamado Dolemite y decidió apropiarse del personaje y de sus historias. En poco tiempo, gracias al boca-oreja, se convirtió en un cómico de culto entre el público afroamericano proletario. Grabó tres discos y actuó por todo el país.

Pero Moore quería ser famoso de verdad. En 1974 decidió invertir todo lo que había ganado en financiar su propia película. No sabía nada de cine ni de kung-fu, estaba medio calvo y bastante fondón. Sin embargo, escribió y protagonizó ‘Dolemite’ (1975), una película sobre un chuloputas con peinado afro y experto en kung-fu. Fue la primera de cuatro con el mismo personaje: ‘The Human Tornado’, ‘Shaolin Dolemite’ y ‘The Dolemite Explosion’. Aunque eran cutres y simplonas, la combinación de sexo, violencia, humor –muchas veces involuntario- y un genuino espíritu de barrio, funcionó. Conectó con el público negro de los guetos y se convirtió en la alternativa cómica y grosera de iconos del género como Shaft, Coffy o Priest, el traficante de ‘Super Fly’ (1972).

No es de extrañar que una figura de este tipo despertara el interés de la pareja de guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski. Juntos han escrito algunos de los biopics más interesantes de las últimas décadas: ‘Ed Wood’ (1994), ‘El escándalo de Larry Flynt’ (1996), ‘Man on the Moon’ (1999), ‘American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace

’ (2018)… ‘Yo soy Dolemite’, dirigida por Craig Brewer (‘Black Snake Moan’, ‘Footloose’), se centra en los años de ascenso a la fama de Ray Moore. Y lo hace utilizando un distendido tono cómico que le va muy bien a la historia y al personaje. Ese humor, junto a un ritmo narrativo estupendo y una banda sonora llena de temazos funk y soul, es lo que permite hacer digerible, incluso agradable, una propuesta que es bastante previsible y convencional. En ese sentido, la película recuerda a la reciente ‘The Disaster Artist’ (2018). Una mezcla de biografía bienintencionada, crónica de una época (los primeros 70), cine dentro del cine, y apuntes sobre la creación artística y la imprevisibilidad del éxito.

Pero ‘Yo soy Dolemite’ es sobre todo un traje hecho a medida para Eddie Murphy. Tras una década encadenando fracasos artísticos y comerciales (sus últimos títulos puede que ni te suenen, ‘Mr. Church’, ‘Mil palabras’, ‘Imagine’…), el actor negro más taquillero de la historia hasta la llegada de Will Smith ha resucitado de la mejor manera: explotando su indudable talento cómico en una película de gran solidez dramática. Murphy, que era fan de Moore en su juventud, es consciente de estar ante uno de los grandes papeles de su vida. Y no lo desaprovecha. Aunque el Oscar al mejor actor de este año lleva una sonrisa siniestra pintada en la cara, no sería raro que Murphy se colara entre los cinco nominados. 7.

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Publicado por
Joric