Una imaginería que ha cautivado a la mismísima Grimes, por ejemplo, o a la ya citada Melanie Martinez, con la que se fotografiaba hace poco. Pero no solo se relaciona estéticamente con la música, sino que Jazmin Bean autoeditaba el pasado verano su EP debut, titulado ‘Worlwide Torture‘, como su primer single. Una música que, como su imagen, equilibra dulzura melódica con estructuras pop (‘Princess Castle’), pero también esa faceta de guitarras metaleras que la aproximan al mundo del creador de ‘Mechanical Animal’ o, también, al de la última Poppy (en ‘Saccharine’ o ‘Hello Kitty’, por ejemplo).
Pero quizá lo más apasionante de Jazmin Bean sea observar esa imaginería que la rodea en sus trabajadísimos vídeos. Sin duda, no son aptos para el público más impresionable –tienen momentos realmente gore–, pero en ellos crea ideas y conceptos mucho más trabajados que los de grupos y artistas consagrados y populares. Solo por ver sus clips, merece la pena que siga publicando singles como los recientes ‘Pesticides’ o ‘Birthday Bitch’, que merecerían tanto una futura retrospectiva en el festival de cine de terror de Sitges como una visita de mano de los siempre valientes amigos de Valle Eléctrico. Yo lanzo el guante.