La banda destacó por sus delicadas melodías de guitarra mucho antes de que conociéramos la existencia de Real Estate o Mac DeMarco, así como por sus composiciones y ritmos de inspiración jazzy y por lo meticuloso de sus producciones. La estética de sus sencillas portadas animadas con fondo blanco y trazo negro reflejaba el espíritu minimalista y adorable pero cargado de significado de su sonido. The Whitest Boy Alive era la típica banda que sin ser masiva alcanzaba un considerable culto de fans que adoraban cada uno de sus pasos.
A falta de que un festival donde no pueden pegar más como Vida les confirme en su programación, y después de ofrecer de hecho sus primeros conciertos de regreso, The Whitest Boy Alive vuelven oficialmente con su primera canción desde 2009. Se trata de una ‘Serious’ en la que Erlend Øye y compañía continúan explorando su fórmula como si no hubiera pasado el tiempo. ¿Habrá disco en camino?