Cómic

«Solo sobreviven quienes permanecen en sus casas»: cómics que parecían hablar de esta pandemia

‘El Eternauta’, por H.G. Oesterheld y Francisco Solano López

Un fenómeno silencioso e invisible, el mismo que nos tiene recluidos estas semanas, barre la ciudad de Buenos Aires. No deja de nevar, los transeúntes caen fulminados al suelo y los accidentes de coche no dejan de sucederse. Solo sobreviven los habitantes que permanecen en sus casas. Este escenario tan reconocible hoy, ya fue creado a finales de los años 50 en la cabeza de Oesterheld como guionista y con las manos de Solano como dibujante. A pesar del paso de las décadas, sigue siendo uno de los relatos de ciencia ficción más apasionantes del género, alimentado por lo imperecedero que es el miedo a lo desconocido: Netflix prepara una serie sobre ‘El Eternauta’.

Publicado por entregas entre 1957 y 1959 -de ahí su uso de la repetición en algunas partes-, ‘El Eternauta’ ha sido reeditado en numerosas ocasiones, siendo la más sonada por su repercusión en Estados Unidos la de su 50º aniversario. El tono de producción cinematográfica incluye una ardua dialéctica entre sus protagonistas para llegar a acuerdos y tomar en grupo las decisiones que afectan al colectivo. La raza humana tiene que unirse, dejando patente que la política tiene que quedar fuera, y que ha de ser el sentido común o la ciencia, dependiendo del emplazamiento, lo que ha de tomar el relevo. Oesterheld desapareció en Argentina en 1977, siendo ejecutado en 1978 por los militares. En este libro aparecen algunas de sus agudas observaciones.

‘Un adiós especial’, por Joyce Farmer

Quien más, quien menos tiene unos abuelos o unos padres aislados en su domicilio o, para mayor incertidumbre, en una residencia. ‘Un adiós especial’, de la norteamericana Joyce Farmer, muestra los pormenores diarios de un matrimonio de ancianos. Una etapa de dependencia y pérdida de facultades que se agrava por el alejamiento del resto del mundo en primer término, para después acentuarse el de la propia familia.

Farmer retrata esa cuenta atrás con la precisión del tic-tac de un reloj, conmovedora en las tareas del día a día pero feroz en episodios como el de los disturbios de abril de 1992 en Los Ángeles. Entonces, la absolución de cuatro agentes de la policía tras propinar una paliza a un taxista negro supuso el confinamiento de su población durante una semana, con cortes de luz y teléfono por la oleada de incendios durante las protestas. Un silencio informativo tanto de la familia como de las revueltas que se suceden en la calle, que poco o nada tiene que ver con el desconcierto de estos meses de 2020.

Pero no todo son tristezas. El humor, la conexión interior de la pareja, la resistencia a la adversidad unidos complementando uno las deficiencias del otro, la complicidad ante lo inesperado y la ocultación de sucesos para no preocupar producen un torrente de sensaciones más curativas que la explosión de consejos y memes que recibimos en nuestro móvil desde que estamos en esta crisis del coronavirus. 

‘La Casa’, por Daniel Torres

Hace cinco años Daniel Torres coincidía en título con una obra de Paco Roca, y aunque ambos fueron habituales en las listas de lo mejor de 2015, Roca arrambló con el Premio Nacional al Mejor Cómic del Año y arrasó entre el público. En verdad, solo comparten el nombre de un espacio vital que se ha convertido esta primavera, sin nadie esperarlo, en un lugar de reconciliación con nuestro tiempo. El trabajo de Torres excava, en sentido literal aunque sin extenderse cual tratado de arquitectura, en esa propiedad privada que nos cuesta tanto mantener desde el Neolítico.

Estructurado en 26 capítulos, compagina ilustración, la labor enciclopédica y el cómic con un manto costumbrista para todos los públicos, siendo sus protagonistas personas anónimas que se funden generación tras generación. Abarcando de manera cronológica períodos que van desde la Edad de Hierro, la Antigua Grecia y Roma, La Edad Media, el Renacimiento, la Revolución Industrial, los rascacielos y la casa del siglo XXI, entre otros, con recursos que cambian en cada etapa de estilo gráfico, ‘La Casa’ hace de su autor otro con identidad en sus casi 600 páginas, con un formato que no escatima en esfuerzos. Aun administrado en pequeñas dosis, faltarán días de encierro para el disfrute de este trabajo de investigación.

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Publicado por
Sr. John