En dicho mitin ha sonado la célebre ‘I Won’t Back Down‘ («No me rendiré»), single del álbum ‘Full Moon Fever’, uno de los más vendedores y más alabados en la carrera de Petty. Esta mañana los herederos del músico de Florida han denunciado el uso no autorizado del equipo del presidente estadounidense, lanzando un «cease and desist», orden jurídica que solicita se detenga una acción, previa a una posible denuncia. «Tanto Tom Petty en sus últimos días como su familia se han manifestado en contra del racismo y la discriminación de cualquier tipo. Tom nunca hubiera querido que se usara una canción suya para una campaña de odio. A él le gustaba unir a la gente», dice el comunicado firmado por su mujer Dana, su ex-mujer Jane, y sus hijas Adria y Annakim. El texto añade que «Tom escribió esta canción para los marginados, para el hombre común y PARA TODO EL MUNDO. (…) Creemos en América
y creemos en la democracia. Pero Donald Trump no representa los nobles ideales de ambas», y añade «odiaríamos que los fans que son marginados por esta administración creyeran que somos cómplices de este uso».En cuanto al citado mitin, también hay que destacar que ha sido un rotundo fracaso de asistencia de público. Y no tanto porque sus seguidores temieran un contagio de la Covid-19 al acudir –mientras que Trump minimizó la pandemia, los últimos recuentos de fallecidos estadounidenses superan ya las cifras de la I Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam– a la llamada de su líder. Sino porque han sido objeto de un curioso boicot por parte de usuarios de Tik Tok y fans del K-Pop: según reporta NME, ambos se aliaron en secreto para hacer reservas de plazas en el estadio de Tulsa que no llegaron a ocupar, obviamente, dejando imágenes del estadio semivacío. Una estratagema que ha sido celebrada por, entre otros, la popular miembro del Partido Demócrata Alexandria Ocasio-Cortez.