Rigoberta Bandini es un nombre que no deja indiferente a nadie. Y su música, menos todavía. Entre sus seguidores están Javiera Mena, que la recomendó nada menos que en Los 40 Principales, o Javier Calvo, que la sigue en Instagram. Ha subido 4 singles a las plataformas de streaming, el último de los cuales puede hacerle dar un gran salto: sin el apoyo ni de una sola playlist que tenga más de 1.000 suscritos, suma casi 50.000 reproducciones en menos de 1 mes. Traduciendo, se está viralizando gracias al boca oreja, y más va a hacerlo tras haber sido fichada por Live In Dallas, la oficina de management de Pional, John Talabot o Sau Poler.
Hablamos de ‘In Spain We Call It Soledad’, un single que ya llama la atención por lo campechano de su nombre: ¿sonará a Lorena Álvarez o más bien a Rosalía? Ninguna de las dos es correcta. La canción comienza como un spoken word, está trufada de frases tan de nuestros pueblos como «ay, qué desastre», «me desangro, llama a alguien» o «te quiero, pero ay, que me muero», solo que en Spanglish; mientras que la música parece más bien en sintonía con Yelle y Delaporte o proyectos de electro tan olvidados como Begoña o That Girl with the Dark Eyes. ¿Correrá Rigoberta mejor suerte que estas?
Superando cualquier tipo de comparación, ‘In Spain We Call It Soledad’ va añadiendo capas y capas, préstamos de diferentes subgéneros de la música electrónica, más o menos deep, cosmic y trance, por momentos se convierte en una canción palmera, y cuando te pensabas que la grabación no se podía volver más locatis, Rigoberta Bandini se arranca a chillar palabras de amor a Mónica Naranjo, tal cual. Teniendo en cuenta el curso de la canción, por razones harto evidentes. La grabación ha sido producida por Esteban Navarro y Stefano Macarrone de Mendetz.
Rigoberta Bandini es el alias tras el que se esconde Paula Ribó cuando “escribe, actúa o dirige espectáculos”. Nacida en Barcelona hace 30 años, comenzó a componer a los 9 influida por Marisol y los artistas que ponían sus padres en el coche, según su biografía oficial: Jeanette, Mocedades, Serrat, Albert Pla, la Creedence y Roberto Carlos. Más tarde le influyó Franco Battiato porque “no solo crea canciones sino que con su universo musical te inspira y ayuda a conectar con lo misterioso, lo intangible y lo místico”. Como se puede apreciar en su página web, empezó a doblar películas en 1997 (esto es, con 7 años), en 2011 estuvo en el grupo The Mamzelles, en 2013 escribió su primera obra de teatro, en 2016 fue directora de teatro, y publicó su primer libro ‘Vértigo’ el año pasado. Asegura que su intención es «escribir canciones para celebrar la vida y encontrar un punto de comunión entre todos», para “unirnos en la vulnerabilidad a través de la música”.
En el resto de su discografía encontramos la épica synth-pop ochentera de ‘Fiesta‘, tan melódica; el dulce medio tiempo de corte religioso ‘Que Cristo baje‘, apto para seguidores de Lana del Rey; y ‘Too Many Drugs‘ que comienza como una canción a piano, de aroma tristón y estribillo igualmente tronchante («too many drugs / muy poco espíritu»), al final derivando hacia la cumbia y el synth-pop. Esta última fue la ganadora del XXVI Song Contest de nuestros foros, que este ya está celebrando una nueva edición.