Todos recordaréis el éxito de 2006 de Corinne Bailey Rae: el primer single de su exitoso debut era un dulce tema de pop-soul que sonaba tan plácido y veraniego como su videoclip rodado en medio de un campo de trigo. La primera frase de ‘Put Your Records On’, simple pero con un punto Disney adorable («tres pajaritos se posaron en mi ventana») era ultra memorable y la canción, que alcanzaba el top 2 de Reino Unido y lograba entrar en numerosas listas de éxitos de todo el mundo, se convertiría en el mayor éxito de su carrera cundo aún apenas nos sonaba una tal Amy Winehouse que ese año y el siguiente terminaría con el mundo a sus pies.
Otros éxitos de ‘Corinne Bailey Rae’ fueron ‘Like a Star’ o ‘Trouble Sleeping’, mientras ‘Enchantment’, ‘Choux Pasty Heart’ o »Til It Happens to You’ eran verdaderas preciosidades que nunca está de más volver a recordar, y desde entonces Corinne ha lanzado los álbumes ‘The Sea‘ y ‘The Heart Speaks in Whispers‘, ha sido nominada al Mercury Prize y ha ganado varios Grammys (entre ellos el de Álbum del año por su trabajo e ‘River: The Joni Letters’ de Herbie Hancock), sin igualar nunca el éxito de su primer single.
A todas luces, el trabajo de Corinne Bailey Rae siempre ha sido digno de reivindicación, y la versión de ‘Put Your Records On’ de Ritt Momney, mucho más oscura y lo-fi, tiene el potencial de revalorizarlo… o no. De momento, sus 53 millones de streamings en Spotify frente al millón que han solido sumar sus temas originales han logrado que el tema vuelva a entrar en listas oficiales como la estadounidense (top 98) gracias a la viralización de dicha versión en TikTok y después en las plataformas como Spotify, donde el tema aparece entre los 30 más escuchados en todo el mundo.
En una entrevista con Rolling Stone, Jack ha explicado que su versión de ‘Put Your Records On’ surgió de un «brote de depresión» que sufrió debido a la crisis del covid. «No podía soportar escribir una canción deprimente», ha indicado. «Empecé a coquetear con la idea de manifestar felicidad en lugar de proyectar mi propia tristeza». La cover es todo lo honesta que puede al haber sido hecha sin ningún tipo de expectativa comercial. Ahora que el disco de Curtis Waters ya ha salido, habrá que ver cómo se las ingenia Ritt Momney para que el éxito de una versión no condicione demasiado su carrera.