No es de extrañar que más de uno sienta a The Notwist como “los Radiohead alemanes”: hay una similitud bastante clara entre los inicios de ambas bandas. En 1991 The Notwist publican su debut homónimo, y tanto en ese disco como en ‘Nook’ (1992) y ’12’ (1995), especialmente en los dos primeros, su sonido era más cercano al grunge y al rock, antes del giro a la electrónica que se daría en ‘Shrink’ (1998) y sobre todo en su obra cumbre, ‘Neon Golden’ (2002). Temas como ‘Pilot’ o ‘Consequence’ encandilaron a la crítica de todo el mundo, y la indietronica (o “plinkerpop”, Thomas Morr dixit) que representaban tanto ellos como Lali Puna o The Postal Service parecía the next best thing.
Pero no fue del todo así, especialmente para ellos, que se quedaron estancadillos en sus siguientes trabajos; del último, ‘Close to the Glass‘ hace ya 7 años. Los que seguían siendo fans del grupo están de enhorabuena, porque tenemos nuevo disco de estudio, pero también lo están quienes les tuviesen ya olvidados o quienes se bajaran del carro con ‘Close to the Glass’: ‘Vertigo Days’ les puede ayudar a recuperar la fe en Markus, Micha y Andi –y a ellos les puede ayudar a conseguir nuevo público-.
Este disco no resulta en absoluto formulaico, y sí consigue más el equilibrio entre experimentar nuevos caminos y a la vez recordarnos el sonido propio de The Notwist. No sabemos hasta qué punto habrá influido la marcha de Martin Gretschmann y su sustitución por Cico Beck, pero desde luego parece haber una intención rupturista. Otra novedad es la decisión de contar con varias colaboraciones que ayudan a evitar la sensación de burbuja: Juana Molina en ‘Al Sur’, Saya (vocalista del grupo japonés Tenniscoats, con quien Markus ya había colaborado) en ‘Ship’ y en ‘Into Love Again’, Ben LaMar Gay en ‘Oh Sweet Fire’, y Angel Bat Dawid en ‘Into the Ice Age’.
‘Vertigo Days’ resulta bastante más accesible que ‘Close to the Glass’, por momentos demasiado intrincado y disperso, y son buenos ejemplos ‘Where You Find Me Now’ (con ese toque dosmilero casi de emotrónica), ‘Sans soleil’ (que puede recordarnos a Passion Pit o, por momentos, a Arcade Fire) o la cuidada melodía de ‘Night’s Too Dark’.
‘Into Love / Stars’, por su parte, empieza pareciéndose a unos Nada Surf o incluso a Belle & Sebastian, para acabar como una canción de ‘A Moon Shaped Pool‘, ya que hablábamos antes de Radiohead (de hecho, ‘Exit Strategy to Myself’ es un poco lo que los Radiohead actuales harían con ‘Bodysnatchers’). Si nos ponemos, incluso ‘Oh Sweet Fire’ puede recordarnos a MGMT. Pero la cosa es que, aunque se nos puedan venir otros nombres (desde coetáneos a gente que conocimos más tarde), al final siempre hay algo por lo que a quienes recuerdan es a ellos mismos, y la exploración no les hace perder su identidad sino expandirla.
Con momentos especialmente destacables como el tramo final de ‘Loose Ends’, el ambient de ‘Into the Ice Age’, los toques psicodélicos de ‘Ship’ o esa aire místico que imprime Juana Molina en su colaboración, podemos concluir que, aunque la sombra de ‘Neon Golden’ es alargada, ‘Vertigo Days’ recupera terreno respecto a los anteriores, y es probablemente el mejor disco que firman los alemanes desde entonces.