La música de Laura Mvula está sufriendo un cambio radical. La conocimos y adoramos gracias a un debut que llegamos a comparar con los hermanos Gershwin, un ‘Sing to the Moon’ que al menos yo entendí como uno de los discos clave del siglo XXI, aunque fuera en letra pequeña. Podía ser una de las herederas de Amy Winehouse, pero en su versión clásica.
Tras un segundo disco también notable, ahora vuelve con un tercero llamado ‘Pink Noise’, que no sale hasta el 2 de julio, y cuyos adelantos están revelándose como una sorpresa. El primero era un acercamiento a Grace Jones que descolocaba llamado ‘Safe Passage‘; el nuevo que conocemos hoy es más inmediato.
En el nuevo single ‘Church Girl’, nuestra “Canción del Día”, la producción está revestida de trucos ochenteros. Prince podría ser una referencia y, de hecho, en un comunicado, Laura Mvula indica que nació en 1986 y que por eso quería rendir homenaje a la “era de las hombreras”; pero a su vez la canción no suena retro en el sentido de Dua Lipa o The Weeknd. En absoluto va por ahí. Puede haber algo en sus ambientaciones que nos sitúen más bien en el entorno de Santigold o de gente retrofuturista como Twin Shadow, pero también pervive algo muy clásico que nos hacen continuar pensando en los Gershwin. ¿Será alguno de los cambios melódicos?
Laura Mvula explica cómo la música de baile se ha convertido para ella en símbolo de libertad, y dice que cree que este es “el disco que siempre quiso hacer”. En ‘Church Girl’ explica cómo quiere diferenciar su propio “yo” de su “historia”: “yo no soy los pensamientos en mi cabeza, ni las cosas que consigo, ni la forma de mi peinado. Ya no bailo con «el demonio a mi espalda». Disfruto a la luz de mi verdadero yo, un yo más profundo”.
En sintonía con todo este cambio, Laura Mvula publicó recientemente un EP llamado ‘1/f Version’, en el que revisitaba canciones antiguas como ‘Sing to the Moon’, ‘Show Me Love’ y ‘Green Garden’.