Cuando, en el análisis del fenómeno city pop que publicamos hace unas semanas, mencionábamos la existencia del city pop español no nos referíamos solamente a Luis Miguel. Ghouljaboy, el proyecto del jerezano Jordi Arroyo, ha dirigido su carrera hacia esta dirección sin que nadie realmente lo haya visto venir, pues el artista venía de editar proyectos de trap a través de La Vendición, el sello de Yung Beef, La Zowi o Kaydy Cain. Los dos volúmenes de su proyecto ‘Ciudad portuaria’ están dedicados a este sonido japonés, si bien Ghouljaboy no se cierra a otros estilos y hace unos meses editaba el single post-punk ‘El vigilante’. Más improbable es la fascinación de Arroyo por la literatura beat. En una nueva edición de «Meister of the Week», nuestra sección comisariada por Jägermusic, Ghouljaboy nos habla sobre este movimiento literario americano de los años 50 liderado por tres icónicos autores: Jack Kerouac, Allan Ginsberg y William Burroughs.
¿Por qué has escogido el tema de la literatura beat?
Es un tema que solo gente muy cercana a mí sabe y que ha influido mucho en mi visión artística y creativa. Me apetecía mucho compartir esto y hablar de algo que no había tratado de esta manera nunca.
¿De dónde viene tu admiración por este movimiento literario?
Es fruto de varios sucesos que tuvieron lugar en un mismo momento. Después de terminar bachillerato entré en una carrera en la que no me sentía a gusto, porque realmente no sabía lo que quería, así que entré en la escuela de arte. Por aquellas fechas estaba buscando cierto tipo de influencias que me despertaran un verdadero interés e iba mucho a las librerías a buscar algo. Recuerdo que de pasada leí un nombre que me resultó llamativo: “Kerouac”. Justo por esa misma época empecé a escribir un intento de libro que se basaba en sueños, con componentes así surrealistas, y justo buscando algo de inspiración llegué a un top de películas de Cronenberg que tenía como número 1 ‘El almuerzo desnudo’. Investigué un poco sobre el filme para acabar encontrando a Burroughs. El caso es que, para colmo, en esos momentos en la asignatura de Teoría de la Fotografía estábamos estudiando a Robert Frank y su fotolibro ‘The Americans’, que me encantó. Más tarde, en casa, rebuscando un poco encontré el libro en PDF y para mi sorpresa acabé por ver que la intro estaba escrita por nada más y nada menos que Jack Kerouac. Así que, de esta forma y por un cúmulo de situaciones, llegué a ellos de forma casi necesaria.
¿Cuál es la primera obra asociada al movimiento beat que cae en tus manos?
La primera que adquirí fue ‘El almuerzo desnudo’ y más tarde me regalaron ‘En el camino’ y ‘Yonki’.
¿Eres fan por igual de Kerouac, Burroughs y Ginsberg o te decantas por alguno? ¿Por qué?
Aunque todos tienen su momento y su estilo de escritura, podría decir que me decanto por Burroughs, esa figura tan controvertida y esa escritura tan propia, el tratamiento de los temas y ese punto grotesco me parece muy divertido a la vez que oscuro. Por otro lado disfruto mucho también de la narración de Kerouac o de los poemas que tiene recitados sobre jazz, como ‘San Francisco Scene’ u ‘October In The Railroad Earth’.
¿Qué obra es la que más te ha impactado a nivel personal?
Aparte de estas tres obras clave de la literatura beat ¿cuáles otras destacarías?
Destacaría ‘Going Down Fast’ de Marge Piercy y el relato combo de Kerouac/Burroughs ‘Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques’.
«Las referencias de Ian Curtis a Burroughs son continuas»
La relación entre la literatura beat y la música pop ha sido estrecha. ¿Por qué crees que se ha dado esta unión? ¿Qué tándem autor beat + músico destacarías?
Creo que las duplas que más me gustan están relacionadas con Burroughs y destacaría sobre todo el gusto de Ian Curtis por él, así como sus continuas referencias, el tema ‘Interzone’ del ‘Unknown Pleasures’ por ejemplo; y también destacaría el combo Kurt Cobain+Burroughs y la canción-pasaje que hicieron, ‘The Priest They Called Him’.
Y en tu obra musical, ¿cómo ha influido?
Ha influido muchísimo. Influyó en la época que los descubrí cuando tenía una banda que intentábamos hacer post-punk, en la que yo recitaba mi propia versión de ‘Aullido’ en todo el medio de una canción, y a día de hoy, ahora que el proyecto como Ghouljaboy ha evolucionado y lo siento más “mío” que nunca en todos los aspectos, he vuelto a notar esa influencia y ese carácter que imprimieron en mí cuando los descubrí. Es más, el álbum nuevo tiene más de una referencia por ahí.
Kerouac decía que era un «poeta del jazz». ¿Existe alguna conexión entre la literatura beat y las músicas urbanas actuales, como el trap?
En el trap seguro que no, en corrientes actuales claro, ha influenciado y seguirá influenciando hasta décadas en adelante. Pasa como con esos grupos que son tan únicos que, aún a día de hoy, resultan influyentes y de alguna manera servirán de combustible para lo más fresco.
En general ¿de qué manera ha influido la literatura beat en tu visión del mundo?
La literatura, entendiéndose en el contexto cultural y las diferencias de épocas, fue un movimiento de liberación, en la sexualidad, en la mujer, en la expresión, en minorías, etc. Leer y conocer todo esto desde una perspectiva crítica contemporánea ha influido de manera positiva en la concepción del mundo y, cómo no, de la visión del arte.
¿Crees que es posible un tipo de literatura beat hoy en día?
Siempre se puede imitar o hacer algo influenciado por ello como guiño o algo, pero no sé… Creo que es algo de su momento, pueden suceder revivals de esto adaptados a nuestro tiempo pero no es el momento histórico y cultural, ni la situación que se dio en su momento.