Moby pegó un pelotazo sensacional a finales de los 90 y principios de los dosmiles con ‘Play’ y ‘18’, dos discos de electrónica y ambient que sonaron hasta la saciedad y que, incluso a día de hoy, suenan vigentes. A partir de aquí, Richard Melville, Moby, fue escurriéndose hacia cierta irrelevancia, en parte por todos sus problemas personales (depresión, alcoholismo, adicciones), en parte por su creciente desinterés por el Show Business. Tras casi veinte años de atonía, de montones de discos de música ambiental y de activismo por los derechos animales, que parece ocupar la mayor parte de su tiempo, Moby ha vuelto la vista atrás, a sus mayores éxitos. Pero en vez de publicar un Greatest Hits al uso, Richard Melville se ha aliado con Deutsche Grammophon para editar ‘Reprise’, un álbum en que revisita mucho de su repertorio, esta vez en formato acústico y/o orquestal, con la participación de la Budapest Art Orchestra y algunos invitados como Gregory Porter, el pianista islandés Víkingur Ólafsson o Kris Kristofferson, amén de colaboradores habituales como Mindy Jones. Si ‘Reprise’ es un acto enfocado a recuperar su importancia tras años de intrascendencia o un muy interesante acto de revisitación y autorreivindicación, ya dependerá de cada oyente. Muy probablemente, sea ambas cosas.
Moby es un absoluto profesional. Su entrevista, vía Zoom, pero sin vídeo por petición expresa del artista, empieza cinco minutos tarde sobre el horario previsto y él se deshace en disculpas. Moby quiere ser comprendido. De manera clara y meridiana. Y esto se muestra en un discurso preciso, lingüísticamente hablando. En los más de veinte años que llevo haciendo entrevistas en inglés, jamás me había encontrado a nadie con una dicción tan clara y precisa, tan ausente de localismos, modismos y otros giros que pudieran dificultar su discurso a los no angloparlantes. Foto: Travis Schneider
En ‘Reprise’ presentas tu repertorio de música electrónica regrabado con orquesta e instrumentos acústicos ¿Por qué has repensado las canciones de esta manera?
Creo que, para mí, hay dos maneras de responder a eso. Una es interesante para mí, pero quizás para nadie más, que es el proceso real de grabar el disco porque, normalmente, cuando trabajo, básicamente estoy yo solo en el estudio con muy poca gente. Generalmente, nadie. Y este disco está creado de una manera muy diferente; si normalmente los discos los hace una sola persona con instrumentos electrónicos, este es con 130 personas y sin instrumentos electrónicos. Lo más relevante es el aspecto emocional. El objetivo de la música es crear y comunicar emoción. Y, desde pequeño, he estado enamorado de la capacidad de los instrumentos acústicos y de la voz humana para crear emoción. Así que aquí muestro el deseo de revisitar las canciones para ver si soy capaz de coger la capacidad emotiva de la música y hacerla aún más emotiva.
¿Qué criterio usaste para escoger las canciones?
Como nunca había hecho un disco con una orquesta antes ni con un coro góspel, pensé en escoger las canciones que quería escuchar tocadas con una orquesta porque, a lo largo de mi vida, he hecho música más bien enfocada a la diversión. Y eso no funcionaría con una orquesta. Por ejemplo, una canción como ‘Honey’ del álbum ‘Play’, seguramente sería interesante intentar rehacerla con una orquesta, pero tampoco sería mi primera elección. Así que las canciones que aparecen en ‘Reprise’ son aquellas que imaginaba que sonarían especialmente emocionantes o poderosas con una orquesta gigantesca.
Tampoco parece haber una pauta a la hora de recrear las canciones. Así como hay algunas cuyas versiones son muy diferentes a las originales (‘Porcelain’, ‘Natural Blues’), otras como ‘Everloving’ son muy similares.
Es una buena pregunta. Supongo que en realidad se debe a que una canción como ‘Everloving’, cuando se escribió, en realidad era una canción orquestal… pero la orquesta era un sintetizador. Y, en mi mente, siempre había escuchado que se tocaba con una orquesta real. Y, en realidad, esa es la razón por la que, en cierto modo, casi se podría decir que [las originales] son las versiones primerizas de las canciones. Me gustan, pero en mi mente estaban casi incompletas porque estaban hechas con sintetizadores en lugar de con orquesta. Y esa es una de las razones por las que creo que son bastante fieles al original. Es como si, de una manera muy extraña, casi estuviera finalizando la canción.
Sin embargo, no fuiste a Budapest a supervisar los arreglos. Aparte de por la pandemia, ¿hubo otros motivos?
Bueno, la primera vez que trabajé con una orquesta fue para la segunda película de Jason Bourne (o quizás la tercera) con mi canción ‘Extreme Ways’; nunca antes había trabajado con una orquesta. Y cuando llegó el momento de grabar la orquesta, lo que aprendí enseguida es que las únicas personas en la sala con la orquesta eran el director y los músicos. Yo, como compositor, me senté en la sala de control escuchando la reproducción a través de dos altavoces. Y, pensándolo bien, no necesito volar al otro lado del mundo para ir a Budapest, sentarme en una sala de control y escuchar a una orquesta a través de unos altavoces. Puedo hacer eso mismo quedándome en casa. Así que esa es la razón principal. Además, no se puede improvisar con una orquesta, cuando hay tantísima gente y todos tienen la partitura enfrente, no es como tocar con un par de músicos de jazz. No; en ese momento [los músicos de la orquesta] van a tocar lo que está escrito. Y por eso me quedé en casa.
No quería ninguna «disneyficación» en los arreglos
¿Y cómo hiciste los arreglos, pues? ¿Diste instrucciones, dejaste libertad, etc?
Yo ya había escrito los arreglos, los había preparado con una biblioteca orquestal. Para ser sincero, ya sabía cómo sonaría, ya lo habíamos preparado en Los Ángeles con una biblioteca orquestal en mi teclado. Así que básicamente la orquesta iba a hacer la versión «grande» de eso. Y la única regla que le di al director fue… Bueno, hubo dos reglas. Una, que las partes ruidosas fueran muy ruidosas y las partes tranquilas debían ser muy tranquilas. La otra era que no quería ninguna «disneyficación» en los arreglos. A ver, no tengo nada en contra de Disney, pero a veces en sus bandas sonoras agregan muchas florituras y, para este tipo de música, era algo que no quería. Me estoy encontrando que muchos directores, arreglistas e incluso músicos orquestales que están muy acostumbrados a tocar partituras de Disney, esta es la forma en que abordan la música habitualmente. Así que tuve que simplificar para que no sonara como una partitura de Disney.
Hay elecciones curiosas. En ‘Porcelain’, por ejemplo, mantienes las características notas de piano, pero sacrificas el sample vocal, que es lo más reconocible de la canción.
Francamente, cuando estaba trabajando en estas versiones, simplemente estaba tratando de crear música que resonara en mí emocionalmente, no estaba pensando en la fidelidad a los elementos que originalmente habían estado allí. Yo solo estoy tratando de decir que la única razón por la que hago música es porque puede ser muy poderosa para comunicar emociones, eso es todo en lo que estoy pensando.
Es sorprendente que te haya editado Deutsche Grammophon, que es un sello de música clásica. ¿Cómo ocurrió?
Bueno, hice mi primer concierto con orquesta aquí en Los Ángeles hace cuatro años con la Filarmónica de Los Ángeles. Y después del espectáculo, Hannah, de Deutsche Grammophon, vino al backstage y me preguntó si querría hacer un disco de grandes éxitos orquestales con ellos. Yo crecí escuchando sus discos, mi madre tenía discos de Deutsche Grammophon en su colección. Y cuando trabajaba en una tienda de discos, solía desembalar sus discos. Me sentí muy honrado y asombrado también porque, cuando era joven, tocaba en bandas de punk rock y era DJ en un bar. Nunca esperé tener un contrato discográfico. Nunca esperé hacer música que alguien pudiera escuchar. Y por supuesto, nunca esperé poder trabajar con una orquesta y hacer un disco para Deutsche Grammophon.
Tengo debilidad por las voces únicas. Está muy bien que alguien tenga una gran voz, pero lo que busco es que tengan personalidad
¿Y cómo escogiste las colaboraciones? Hay cantantes que son colaboradores habituales (como Mindy Jones), otros que repiten, como Mark Lanegan. Pero también hay elecciones sorprendentes, como Kris Kristofferson. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Tengo debilidad por las voces únicas. Está muy bien que alguien tenga una gran voz, pero lo que busco es que tengan personalidad y cualidad emotiva. Conocí a Kris Kristofferson hace veinte años y, cuando pensé en hacer la versión orquestal de ‘The Lonely Night’ [ndr: la versión original estaba cantada por Mark Lanegan, pero en la relectura se le suma, además, Kristofferson], pensé que sería increíble tener ahí su voz porque, como le ha ocurrido a Mark Lanegan, Kris ha luchado con la adicción y ha pasado por épocas muy oscuras. Y lo que quería para esta canción en particular eran voces que reflejaran humanidad y vulnerabilidad. Hubiera sido una tontería coger a un cantante de 19 años para que hablara de cómo es tocar fondo como adicto.
¿Fue complicado grabar el disco en plena pandemia?
Tuve mucha suerte, porque la mayor parte de la grabación se hizo antes de la pandemia. De hecho, la última de las cosas que hicimos fue grabar la orquesta en Hungría y se grabó en febrero del 2020. La mayoría de los cantantes fueron grabados sus propias ciudades y en sus propios estudios. Como Novo Amor, que vive en Gales; Gregory Porter grabó su voz en Nueva York. Kris Kristofferson grabó su voz en su estudio. Así que hubo mucha grabación a distancia. El único problema fue el coro de góspel, porque obviamente durante una pandemia no puedes grabar un coro de góspel. No puedes llevar a un montón de personas y hacer que se pongan una al lado de la otra y canten. Lo que tuve que hacer fue instalar un micrófono afuera y grabar a cada persona por separado y luego construir un coro de góspel en mi ordenador, porque era la única forma de tener un coro de góspel de forma segura durante la pandemia.
Bowie es mi músico favorito de todos los tiempos. Y en 1999 nos hicimos amigos, nos hicimos vecinos, nos fuimos de gira juntos, incluso de vacaciones juntos
¡Qué épico! Volviendo a las canciones, ‘Heroes’ de David Bowie es la única canción que no habías publicado anteriormente. He leído que la solías tocar con él en tu apartamento. ¿Bowie fue más una influencia como amigo o como músico?
Básicamente, Bowie es mi músico favorito de todos los tiempos. Y en 1999 nos hicimos amigos, nos hicimos vecinos, nos fuimos de gira juntos, incluso de vacaciones juntos… Y, una mañana, él estaba en mi apartamento y tocamos ‘Heroes’ con una guitarra acústica. Así que la versión de ‘Reprise’ es algo así como la unión de la canción con ese momento de estar sentado en mi sofá tocando la mejor canción jamás escrita con el mejor músico de todos los tiempos. Como amigo, era un buen amigo. Pero como músico, era lo más inspirador: como compositor, como músico de ambient, como alguien que ha experimentado con diferentes géneros… Por supuesto que adoraba tenerle como amigo… pero estaba influenciado por él como músico.
No haces giras masivas desde 2014, aunque en la hoja promocional explicas que hiciste conciertos en recintos muy pequeños que fueron una gran influencia para hacer este álbum, pero… ¿te ves reproduciéndolo en directo, con un montaje con orquesta?
No sé. En el pasado, cuando iba de gira, iba con una banda o con DJ. Nunca he hecho un concierto con orquesta, no sé qué implicaría. La verdad es que durante la pandemia ni me lo he planteado, porque hemos estado como quince meses en que no era posible realizar una gira. Y supongo que muchas salas, muchas orquestas, aún son muy cautos, porque nadie quiere programar una gira para que se cancele a la mitad por alguna nueva variante o algo por el estilo. Quizás, cuando acabe la pandemia, haga conciertos con orquesta. Pero para ser sincero, no me gusta ir de gira. Me encanta tocar, pero no quiero estar en tours interminables, no me gusta vivir en la carretera. Quizás cuando acabe la pandemia sea capaz de volver y realizar algunos shows ocasionales con orquesta. Pero es algo que aún no está ni programado.
Explicando tu propia historia aprendes mucho sobre ti mismo. También tenía la esperanza de que al contarla, alguien la pudiera escuchar
Pareces muy preocupado por entenderte y que te entiendan, ¿no? Has publicado ya dos autobiografías, ‘Porcelain’ y ‘Then it Fell Apart’ (aún inédita en castellano), el pasado 28 de mayo se estrenó ‘Moby Doc’, un documental en que repasas tu carrera de manera desmitificadora. ¿O simplemente quieres volver a tu pasado con ojo crítico?
A medida que me iba haciendo mayor, apreciaba de verdad a la gente que explicaba su historia de manera muy sincera. Me recuerdo siendo muy joven y leyendo autobiografías y memorias. Me encantaban. Hace doce años, volví a la sobriedad. Y una parte importante de estar sobrio es ir a las reuniones de los «doce pasos». Y yo iba a esas reuniones y escuchaba a extraños contando sus historias. Y eso significaba mucho para mí. Y luego me tocó contar mi historia en esas reuniones. Y descubrí que había un beneficio doble: tú cuentas tu historia y otra gente la escucha y la cree. Pero también explicando tu propia historia aprendes mucho sobre ti mismo. Así que esta es la razón por la que he escrito estos libros y he hecho el documental. Por supuesto que es algo egoísta, porque me ayuda a comprenderme a mí mismo. Es una forma de terapia. Pero la otra idea es simplemente coger mi historia y lanzarla al mundo con la esperanza de que alguien que necesite escuchar algo, que necesite conexión humana, que necesite escuchar la historia de otra persona, simplemente la pueda escuchar.
Aún no he podido ver el documental ‘Moby Doc’ (que se estrenó el pasado 28 de mayo), pero cuentas que ‘Play’ te hundió. ¿Qué sentiste, reviviendo/regrabando los temas de ese álbum?
La verdad es que para mí, en su mayoría, esas canciones, esa música, viven prácticamente aparte de ese período de mi vida en el que estaba luchando con el alcoholismo, la adicción a las drogas, la ansiedad y la depresión. Todos esos problemas psicológicos o personales estaban extrañamente separados de la música, como si la hubiera colocado en una categoría aparte. Es curioso, porque lo que recuerdo es estar escribiendo algunas de esas canciones, tocándolas, pero tampoco tengo mucha memoria, la verdad. Por ejemplo, recuerdo estar en Little Italy, donde vivía, componiendo ‘Natural Blues’… pero sinceramente, no gasto mi tiempo en pensar en todos los miles de veces que la toqué en la televisión, conciertos, donde fuera. Es raro, pero esta es la parte menos interesante para mí. Lo que más me interesa son los caminos extraños a través de los que algunas de las piezas vieron la luz.
Trump trató activamente de derrocar las instituciones democráticas de Estados Unidos (…) Dejó muy claro que quería ser un dictador
En tu segunda autobiografía relatas un episodio turbio con Donald Trump [Moby explicó que, en una fiesta en que ambos habían coincidido, antes de que Trump fuera presidente, el músico, bastante ebrio, se sacó el pene de los pantalones y lo restregó contra el magnate]. Y en tu twitter atacas al Partido Republicano en general y a Donald Trump en particular. ¿Qué opinas del fin del mandato de Trump?
No hace falta decir que Donald Trump no es sólo el peor presidente de la historia de Estados Unidos, sino también el más peligroso, porque trató activamente de derrocar las instituciones democráticas de Estados Unidos. De hecho, sigue intentándolo. Dejó muy claro cuando fue elegido que quería ser un dictador. Ya sabes, él se juntó con Duterte, con Erdogan y con Putin, como mostrando que estaba muy interesado en convertir a Estados Unidos en su propia dictadura. Afortunadamente, se fue. Pero podría volver. Y, desde luego, el Partido Republicano está intentando hacer su trabajo, están intentando acabar con la democracia en Estados Unidos. Y la gente puede creer que, como los EEUU han sido una democracia durante más de 200 años, va a ser siempre una democracia. Pero mira a Turquía, mira a Filipinas, a Hungría, mira a tantos países. Es muy fácil que la democracia desaparezca. Y es realmente aterrador que todo el Partido Republicano no tenga interés alguno en preservar la democracia.
¿Qué esperas de Biden?
Creo que Biden es lo que es: un tipo decente. Es un buen político, que sabe cómo funciona la política. Tampoco creo que sea el mejor presidente de todos los tiempos. Simplemente, es un buen político. La verdad es que está bien tener de presidente a alguien normal, no a alguien como Trump, que es un sociópata. Biden no es el mejor. Es, simplemente, un buen presidente.
El activismo por los derechos de los animales es lo más importante para mí
Eres un reconocido activista por el derecho de los animales. ¿Esperas algún paso Adelante de la administración Biden en ese sentido?
El activismo por los derechos de los animales es lo más importante para mí, más que hacer discos, más que cualquier otra cosa. Mi meta principal en la vida es ayudar a crear un mundo donde los animales no sean nunca más dañados y asesinados por los humanos. Lo que sí que he notado es que los políticos no pueden llegar muy lejos en relación a los derechos de los animales porque, obviamente, aquí los granjeros tienen un enorme poder político y, desde luego, los políticos no van a hacer mucho al respecto. Así que lo que tenemos que hacer es cambiar el mundo respecto a los animales a través de la ciencia, de películas, de libros, de las redes sociales e incluso a través de productos. Ya sabes, en EEUU ha habido muchos documentales que han abierto los ojos a la gente sobre lo que sucede en el mundo de los animales. Y hay una gran cantidad de productos alimentarios que hacen cada vez más fácil alejarse de usar a los animales como comida.