Música

Chico y Chica / Sí

Los discos que nos hicieron reír en 2001 también están de 20º aniversario, no todo puede ser sufrir o, peor, pensar. Antes de que cantáramos aquello de «no quiero más dramas en mi vida» hubo una música hedonista que parecía ya tenerlo por lema. Eran los tiempos en que nacía el Ochoymedio en Madrid, Barcelona bailaba en Mond Club, y la gente se disfrazaba de Jarvis Cocker y Heidi para posar en Fotolog. El germen de Chico y Chica, el dúo compuesto por José Luis Rebollo y Alicia San Juan, hay que situarlo a mediados de los 90, si bien es en el nuevo siglo, y después de pasar por el recopilatorio ‘Lujo y miseria’, cuando el grupo publicaba su debut en Austrohúngaro.

Su título, tan asertivo, es tan cómico como las propias canciones. José Luis había funcionado como Madelman en los 90, solía aparecer en las listas de lo mejor del año de Rockdelux y le llamaban para pinchar en el Sónar, pero él necesitaba un proyecto que no tuviera «el peso de la música electrónica» ni la presión del sello Cosmos por hacer un disco “serio”. Buscaba abiertamente hacer «canciones más intrascendentes». Paradójicamente, el público también necesitaba un disco «menos serio» con el que olvidarse de su vida, de las eras Bush y Aznar, del 11-S et al, por lo que ciertos proyectos lograron «trascender» -más desde luego que Madelman- sin habérselo propuesto. Como fuera teníamos a Felix Da Housecat, Miss Kittin, Ladytron y Stereo Total, en España teníamos a McNamara (esta semana reivindicados en un reportaje de ICON), a Astrud, a Ellos y a Chico y Chica.

Incluso enmarcados en un sello familiar como Austrohúngaro, una especie de «House of Pop» por la que sólo desfilan amigos y artistas afines a Genís Segarra y Carlos Ballesteros, Chico y Chica son totalmente sui generis. Los artistas españoles próximos al electroclash internacional tienen en común el DIY, la falta de pretensiones, el amor por el pop sintético de los años 80 y el rechazo de las normas del mercado. Si esto daba lugar a letras tan irreverentes como ‘Frank Sinatra’, Chico y Chica se burlaban de la industria musical a su manera, una nunca oída: con una suerte de radionovela, 4 en Alicante, en la que el grupo ficticio protagonista tiene que devolver el disco de oro que ha obtenido con las malas artes propias de aquellos tiempos.

No ha cabido el capítulo correspondiente de ‘4 en Alicante’ en la reedición de este vinilo de aniversario, pero da igual, porque los interesados ya nos sabemos toda la saga de memoria, y nadie está aquí para escucharla en 12″, ni tampoco por el cuidado del sonido en el mismo. Más bien para reencontrarse con las letras impresas de ‘Perdona que te diga’ («vas por la vida de guay, pero te lo montas fatal / si sigues así, te vas a quedar sin amigas») o ‘Es lo suyo’ («saca del armario ropa ultracañera / lo que menos te imaginas NO se lleva»). Costumbrismo cool, heredero directo de Carlos Berlanga -sobre todo de los relatos que escribió-, marcado también por la experiencia de Alicia como actriz y locutora en Radio Popular de Bilbao, que aporta un matiz muy cómico. Sólo ella pudo grabar aquella parodia de Moët Chandon en la que convertía a los clientes de la marca de champagne en un esperpento wannabe.

Inspirados menos en el techno y el electro y más en Saint Etienne, Madonna, Pet Shop Boys y en España metiendo en el mismo saco a enemigos como Dinarama y Mecano indistintamente (muy evidente en ‘De cintura para arriba’ y en ‘Aburrida de la vida’), Chico y Chica dieron con tres singles mayúsculos para este disco, quizá demasiado marcados (el segundo, ‘Status’, sería un álbum mejor equilibrado). En cualquier caso, fueron pincharrajeados hasta la saciedad: ‘Supervaga’, el gran himno que nadie había querido hacer a los holgazanes y a los muy mentirosos consigo mismos; la discoquetera ‘No me preguntes la hora’ y sobre todo ‘Tú, lo que tienes que hacer’. Esta surgió por accidente para la fiesta de cumpleaños de un amigo (Félix Daniel), y se inspiró demasiado abiertamente en ‘Who Do You Think You Are’ de Saint Etienne. Pero de su voluntad autoafirmativa («lo que tenemos que hacer es tener estilo propio, no dejar de hacer las cosas por lo que digan de nosotros»), de su repulsa de los consejos ajenos («tus consejos no me sirven para nada», «a mí los tuyos tampoco»), salió una pequeña gran tonada por la libertad, con parodia y todo.

SPOILER: Chico y Chica, que preparan nuevo disco, no marcaron el rumbo del pop español como los grupos «serios». Y sin embargo, cuesta pensar que las carreras de Las Bistecs, Ojete Calor, Rigoberta Bandini o Joe Crepúsculo hubieran sido las mismas sin ellos.

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Publicado por
Sebas E. Alonso