LUMP, el proyecto de pop experimental de Laura Marling y Mike Lindsay de Tunng, pareció que se iba a quedar en un primer disco interesante pero de que no se habló mucho. En los años que han pasado desde el lanzamiento de aquel debut homónimo en 2018, Tunng han publicado un ambicioso disco llamado ‘Tunng Presents… DEAD CLUB’ y Marling ha sido nominada a los Grammy por ‘Song for Our Daughter‘. ¿Qué sentido tenía recuperar un proyecto que se quedaba en anécdota?
Afortunadamente, Laura y Mike parecen haberse hecho otra pregunta en relación a este proyecto: ¿y por qué no? El dúo ha decidido volver este año con un segundo trabajo más audaz y aventurado que el anterior, en el que los sonidos folk-pop rarunos de Lindsay acompañan unos textos absurdos y surrealistas escritos por Laura e inspirados en sus estudios de psicoanálisis. A veces, ‘Animal’ parece no tener ningún sentido ni siquiera en lo musical, pero esa es la gracia.
El sentido de LUMP está en el contraste. Por un lado, la música de Lindsay suena visceral y salvaje, pero también elegante y refinada. Las bases suenan tan orgánicas que dan ganas de llevártelas a la boca. Por el otro, la voz de Laura suena inexpresiva, es pura tiza blanca para los oídos; pero sus letras nos hablan de deseos, sentimientos reprimidos, sueños espeluznantes, agonías y fantasías y secretos profanos. «Lo que hace que esta música funcione es el contraste entre lo «creepy» y lo adorable», ha contado Lindsay, y no puede explicar mejor de qué va todo esto.
Las canciones también son elocuentes en este aspecto. Si existe una cosa llamada anti-pop, ‘Animal’ sale representada en el diccionario. Es ultra pegadiza y, a la vez, da la sensación de que no debería serlo, pero su instrumentación gomosa se pega por todos los costados. Sucede lo mismo con la salvaje ‘Gamma Ray’, en la que el elemento raruno es elevado al cubo cuando aparece, como salida de un capítulo de ‘Twin Peaks’, una voz distorsionada que nos comenta «disculpe, creo que no nos han presentado». Según Mike y Laura, es el «personaje» de LUMP, ese ser misterioso que vive debajo de la cama o en nuestro subconsciente.
En ‘Animal’, el disco, el anti-pop de LUMP halla diversas maneras de sorprender. ‘Climb Every Wall’ desprende cierto aire a la Velvet mientras nos habla de «encontrar algo difícil en lo que creer», ‘We Cannot Resist’ es, como esta y ‘Animal’, otra «canción de pop rota» dedicada a los «hedonistas de sangre espesa» y el álbum se abre con una pista llamada ‘Bloom at Night’, dedicada a la necesidad de foquito, cuya base nos lleva al espacio exterior de Giorgio Moroder, pero que se mantiene en un segundo plano por detrás de los bajos y percusiones robustos de Lindsay.
La idea no siempre funciona: el momento balada de ‘Red Snakes’, inspirado en un sueño recurrente de Lindsay en el que ve a su madre en una piscina de noche y, cuando intenta alcanzarla, es atacado por una serpiente, no florece en una canción que se preste a demasiadas escuchas pese a su sonido sombrío e intimista, ‘Paradise’ es un momento de desafinación total en un trabajo que no necesitaba un solo de guitarra para nada ni tampoco su melodía medio gótica; y ‘Oberon’ es un descarte de ‘Song for Our Daughter’ que no debió haber salido de la libreta de Laura. Sin embargo, ‘Animal’ demuestra que LUMP mereció mucha más atención de la que quizás estuvimos dispuestos a darle en un primer momento.