La virgen galactrotofusa o “de la leche” es una de las representaciones marianas más populares del Medievo. Su origen es bizantino, aunque probablemente tenga una relación sincrética con las representaciones de la diosa madre del mundo antiguo. Este concepto de “diosa madre” es el que parece recoger Halsey en la iconografía que acompaña su nuevo disco -‘If I Can’t Have Love, I Want Power’- y, en concreto, en el título de la canción ‘I am not a woman, I’m a god’, hoy la Canción Del Día.
El videoclip, realizado por el prolífico Colin Tilley (autor de los últimos clips de Justin Bieber o J Balvin), comienza con Halsey dándose un baño en un escenario que tiene más de grecolatino, de terma romana, que de medieval. Limpia y fresca como la rosa que tiene tatuada en el hombro, la cantante es depositada por sus doncellas en el trono. La silla real remite a la portada del disco, y esta a su vez a una de las pinturas de la virgen más célebres del tardogótico francés: la tabla derecha del díptico de Melun, de Jean Fouquet.
A partir de esas dos largas escenas, el montaje se acelera. Tilley se tira definitivamente a la piscina del anacronismo pop, mezclando peinados y vestidos de diferentes épocas como si estuviera en un baile de disfraces. En la secuencia final aparece Halsey como una oscura Cersei Lannister, asomada a la tribuna de una iglesia gótica engalanada con pendones, presta a asistir a algún tipo de ceremonia. El clip es como un esqueje de ‘If I Can’t Have Love, I Want Power’, la película que acompaña el nuevo disco de Halsey.