CMAT es una cantante irlandesa que recibe su nombre de las iniciales de su verdadero nombre, Ciara Mary-Alice Thompson. ‘Diet Baby’ es el nombre del EP con el que ha debutado, disponible en 7″ con dos temas por cada cara, destacando de momento los dos que aparecen en la cara B, ‘I Wanna Be A Cowboy, Baby!’ y ‘I Don’t Really Care for You’. Este último ha sido el primer ganador de la 3ª Edición del JNSP Song Contest de nuestros foros y es hoy nuestra «Canción del Día».
Aunque su lugar de residencia pasó de ser Dublín a ser Manchester porque no podía permitirse su manutención en su ciudad soñada para escribir, Londres, la música de CMAT nos lleva más bien a la América de Dolly Parton o más recientemente Kacey Musgraves. La razón es que a menudo utiliza los códigos estéticos del folk, el blues, el country tan solo para cuestionar lo establecido. O como mínimo para resolver los problemas de salud mental de los que ha hablado en profundidad con Irish Times, recurriendo al viejo truco de servirse de la autoría de canciones a modo de terapia.
Eso es algo muy palpable en ‘I Don’t Really Care for You’, y también en su videoclip. Una canción que pasa del amor al odio en un santiamén, cuyo estribillo repite «te habría salvado pero dijiste que no me preocupo realmente por ti», y cuya estrofa más llamativa viene a decir así:
«he pasado 7 horas viendo viejas fotos mías
tratando de detallar cuándo empecé a ser una zorra
fue en algún punto después de ‘La pasión de Cristo’
y antes de tener Instagram».
En el vídeo, sencillo y teatral, se retrata una cita desastrosa en la que CMAT se siente ignorada por su acompañante, terminando realizando una coreografía. Es interesante cómo la cantante ha hablado en la citada entrevista de la feminidad, de cómo para ser una cantante alternativa de éxito en Irlanda sentía que se tenía que parecer a Dolores O’Riordan y Sinéad O’Connor, ambas de estética andrógina, y de cómo en la comunidad gay se percibe la hiperfeminidad.
Dice la cantante: «de pequeña, y todavía a día de hoy, hablaba mucho y muy alto. De niña, solía meterme en problemas porque hablaba mucho y a la gente no le gustaba. Está bien porque puede ser molesto, pero la primera vez que me sentí aceptada por ser como soy, donde sentía que no tenía que autocensurarme, fue en los clubs gays. Empecé a ir a los 15 y es la primera vez en mi vida que sentía que decir algo alto y claro era bueno, que se supone que puedes tener tu personalidad (…) La hiperfeminidad en el contexto de la comunidad gay es algo que se puede ver como algo radical o contra la norma. Especialmente en Irlanda ahora mismo, es ridículo que se critique la hiperfeminidad, pero la escena gay me hizo sentir envalentonada».