Andy Shauf es un tesoro del pop de guitarras más «atemporal» (adjetivo que en realidad suele describir el sonido del pop melódico de los 60 y 70). El cantautor canadiense se dio a conocer en 2009 con su debut ‘Darker Days’ pero no fue hasta 2016, cuando publicó ‘The Party‘, que su música empezó a recibir la atención merecida. En aquel disco, Shauf narraba la historia de una fiesta a través de una colección de bonitas e imaginativas viñetas, casi al modo de una película, y un concepto similar formó la base del siguiente álbum, el magnífico ‘The Neon Skyline‘ (2020), protagonizado por un personaje que sale a un bar a tomar algo con sus amigos de siempre después de haber roto con su novia.
La chica en cuestión, Judy, aparece como de costumbre en varios puntos de ‘Wilds’, el nuevo disco de Andy Shauf, que se compone de canciones escritas durante un descanso que el artista se tomó de la composición de ‘The Neon Skyline’ porque el concepto le había empezado a agobiar. El canadiense lo considera un disco menor, pues incluso ha llegado a afirmar que «no es más que una colección de maquetas», y aunque de hecho es un trabajo minoritario en su discografía, no deja de tener mucho encanto.
En apenas 26 minutos, ‘Wilds’ despliega muchas de las virtudes de Andy Shauf: su talento para capturar escenas cotidianas, su buen gusto para los arreglos, dando lugar a un sonido de soft-rock pausado, amable y ligero; la serenidad y elegancia de sus melodías y su carismática voz. Todas estas facultades están presentes en ‘Jaywalker’, la canción más redonda del proyecto, que no la única a la que vale la pena prestar atención.
Grabado en un cartucho de 8 pistas con todos los instrumentos tocados por el propio Andy Shauf, ‘Wilds’ presenta una serie de composiciones adorables que relatan situaciones del día a día a las que Andy y Judy se han enfrentado. El buen inicio de ‘Judy (Wilds)’ habla sobre comprar lotería, ‘Spanish on the Beach’ da ganas de tirarse en una tumbona como hace la mujer de la portada, pero relata el momento en que la relación de Andy y Judy cambia «para siempre» tras coger un vuelo de vuelta a casa; y ‘Believe Me’ relata una pedida de matrimonio fallida.
A menudo se nota que ‘Wilds’ es un álbum casi accidental. La melodía de ‘Jaywalker’ se repite en la miniatura de ‘Wicked and Wild’ y en la pista final, ‘Jeremy’s Wedding’, y el homogéneo sonido del disco provoca que a veces algunas canciones no se distingan demasiado de otras. Sin embargo, Andy Shauf no ha dejado de mimar estas composiciones como suele hacer, con exquisitos arreglos, y ‘Wilds’ vuelve a ofrecer una escucha harto agradable, mucho más valiosa que lo que puede dar a entender su condición de «disco de descartes».