Una semana después de la llegada de ‘The Sparks Brothers‘ a la cartelera de nuestro país, se estrena otra película del mismo director Edgar Wright, su gran apuesta por el suspense ‘Última noche en el Soho’, vista en el Festival de Sitges el pasado mes. Que Wright es un fanático de la cultura pop lo sabíamos desde el mítico guiño a New Order de ‘Shaun of the Dead’, en España conocida como ‘Zombies Party’, y en estas dos nuevas entregas se ha puesto las botas al respecto.
Tras la devoción a prueba de bombas exhibida por todos y cada uno de los álbumes de Sparks, ‘Última noche en el Soho’ reúne también decenas de vinilos solo que de diversos artistas, procedentes de los 60 británicos. Como excusa para mudarse a ese Swinging London, Wright se sirve de Eloise (Thomasin McKenzie), una estudiante de diseño de la actualidad, una de tantas alumnas de Bellas Artes, Moda o similar, obsesionada con la estética británica de la década de los Beatles.
‘Last Night in Soho’ es una chuchería para todos aquellos que alguna vez se sintieron fascinados por el que alguna vez fue el barrio de moda y el de las libertades de Londres, para todos los aficionados a la cultura pop, y a la estética de las girl groups. Para no tratar de quedarse en una bonita «fotografía», Edgar ha tratado de inyectar alma a una historia inverosímil más allá de su componente mágico (¿de verdad sobrevive alguien tan mojigato como Eloise en el Reino Unido de 2021?), lográndolo sobre todo a través de su potente reparto femenino, del juego de espejos entre unas y otras mujeres.
Por alguna razón Eloise es capaz de viajar en el tiempo al Londres de los años 60 y allí se encuentra con una de esas cantantes de la época que le fascinan. En concreto una llamada Sandy (Anya Taylor-Joy), casi como Sandie Shaw. Lo que parece una historia de glamour y lujos revela una realidad oculta. De la misma manera que una cosa era ‘Desayuno con diamantes’, la película feliz, y otra muy distinta ‘Desayuno con diamantes’, el libro; detrás del glamour caben la amargura y los secretos. ¿No habría detrás de tanto color y vestidazos una historia de cosificación y abusos?
Con una banda sonora eminentemente femenina que nos muestra vinilos de Petula Clark, Diana Ross y Dusty Springfield -de manera dramática se termina por hacerlos arder-, ‘Última noche en el Soho’ es una reflexión sobre el acoso que ha sufrido la mujer en la industria del espectáculo a lo largo de las décadas (varios personajes parecen Harvey Weinstein), llevando la sororidad hasta el extremo. En última instancia, la película es también un homenaje a viejos actores tan destacados como Terence Stamp, que tiene un papel importante, e igualmente Diana Rigg, que falleció poco después del rodaje.