Según cuenta C. Tangana, escribió esta canción con Jorge Drexler en mitad de la pandemia, “en un momento donde interacciones habituales como abrazar o besarse, de repente se convirtieron en acciones de riesgo”. El videoclip, dirigido por Joana Colomar (autora de vídeos para Amaia o Maïa Vidal), parece seguir ese mismo argumento.
‘Tocarte’ está articulado por medio de dos líneas narrativas que se cruzan en mitad del vídeo: una protagonizada por una chica que corre por las calles de Madrid para llegar a tiempo a la estación, y otra por Drexler y Tangana interpretando a dos empleados de un bar castizo. Este tipo de local entronca con esa estética bocadillo-de-calamares con la que “El Madrileño” ha rebozado parte de su trayectoria (vídeo)musical.
Entre medias, la directora intercala imágenes de parejas haciendo lo que dice el título de la canción: tocarse. Estampas fotografiadas en colores cálidos, muchas de ellas con planos detalle de manos, que ensalzan lo táctil como manifestación del amor y el deseo, y celebran la sensualidad y el contacto físico como anhelo de un mundo poscovid (el clip está rodado en 16mm para privilegiar lo material frente a la asepsia de lo digital).
Acciones tan cotidianas hace unos años como compartir un cigarrillo, echarle vaho a un vaso para terminar de limpiarlo (bueno, esto ya era un poco guarrete antes), o tocar superficies sin lavarnos después las manos con chorrazo de gel hidroalcohólico, que hoy nos parecen tan antihigiénicas como meter la cabeza en un cubo de basura.