Fleetwood Mac habían funcionado desde finales de los 60 con tal macedonia de formaciones que daría para una serie de Netflix o dos. El núcleo duro de la banda, por nombre, era el del batería Mick Fleetwood y el bajista John McVie, pero habían sido tan tontos que ni siquiera lo habían registrado, perdiendo su derecho de uso durante unos interminables momentos de 1974. En principio el líder Peter Green y el guitarrista Jeremy Spencer completaban el grupo orientado al blues, logrando ya pequeños hits como ‘Albatross‘ -con el añadido de un joven guitarrista llamado Danny Kirwan- y ‘Black Magic Woman’, que Santana convertiría en éxito en 1970.
El mismo año en que Peter Green, por aquellos tiempos autor principal de la banda, tuvo un viaje muy malo con el LSD en Munich y «nunca volvió a ser el mismo» según su mánager, abandonando la banda poco después, si bien sobreviviendo hasta 2020. Christine McVie, que ya había editado en solitario y tocaba en ocasiones con ellos, no siempre acreditada, pasó a tener mayor protagonismo, pero la deriva de Fleetwood Mac durante aquellos primeros 70’s era errática. Publicaban religiosamente disco cada año -en 1973 dos-, pero eran un hervidero de alcohol, drogas y malos rollos que provocó que en 1974 colapsaran.
Lindsey Buckingham y Stevie Nicks se conocieron en un instituto de Palo Alto y empezaron a flirtear pese a que ella era un año mayor, con todo lo que eso puede conllevar cuando se tienen 15 años. Él estaba en una banda de rock psicodélico llamada Fritz y le pidió a Stevie que se sumara. Finalmente ambos abandonaron el grupo y se mudaron a Los Ángeles en 1972. Su biógrafo Stephen Davis los definía así: «Enseguida se les percibió como una pareja sexy y con estrella. La gente que los conocía veía un aura en ellos, un brillo. Eran el Sr y la Sra Intensos, él con sus ricitos en bucle y ojos de azul glacial, y ella con su pelo largo y liso y su mirada penetrante cuando te hablaba».
Llegaron a sacar un álbum de folk-rock homónimo como Buckingham Nicks -con portada un poco porno-, un grave fracaso comercial que les dejó sin discográfica. Pero, necesitado de nuevos músicos, alguien le puso a Mick Fleetwood una canción de aquel álbum llamada ‘Frozen Love‘ que le encantó, y Mick terminó pidiendo a Lindsey Buckingham que se uniera a su grupo. Este tenía sus dudas dado el historial profundamente inestable que tenían Fleetwood Mac, pero aceptó con la condición de que su novia pudiera acompañarle como miembro oficial. No salió mal teniendo en cuenta que sería Stevie Nicks quien escribiría dos de las canciones principales del disco homónimo de los remozados Fleetwood Mac (1975). Nicks aportó ahí nada menos que ‘Rhiannon’ y ‘Landslide’. A la postre serán las dos composiciones más importantes del álbum pese a que el single principal fue el también notable ‘Over My Head’ de Christine McVie.
El todo en el núcleo compositivo se estaba convirtiendo ya en algo más que la mera suma de las partes, produciendo por competitividad o alineación de los astros que el talento de los tres autores principales se disparara. Y digo esto último sin confiar demasiado en la suerte, pero lo cierto es que durante la grabación de ‘Rumours’ (1977) se estaba produciendo o se había producido la ruptura sin vuelta atrás entre John y Christine McVie, entre Lindsey Buckingham y Stevie Nicks, y entre Mick Fleetwood y su esposa Jenny, en este último caso con un pequeño intento de reconciliación que duró un suspiro. Lo habitual es que en un grupo haya un compositor principal, a lo sumo dos brillantes, muy rara vez tres. Por eso es lo habitual que un álbum se presente con una obra maestra de single principal, a lo sumo dos, muy rara vez tres. Aquí Stevie Nicks, Lindsey Buckingham y Christine McVie dejaron muy corta cualquier expresión del tipo «estado de gracia» con tres canciones sobresalientes entre las que hubo de ser muy difícil elegir cuál era realmente el sencillo principal.
La ganadora inicial fue ‘Go Your Own Way‘, publicada en un diciembre como este, pero de 1976, después de que el álbum previsto para aquel otoño, hubiera de ser retrasado numerosas veces por problemas en su mezcla. Lindsey Buckingham quería expandir el sonido de Fleetwood Mac y construir un disco de música pop muy alejado de los inicios blues de la formación original, y esta canción es un buen camino para ello. Las estrofas apenas contienen cuatro frases cada una, el estribillo tiene literalmente dos, es decir, la letra al completo no puede ser más fácil de recordar; los punteos no pueden ser más embriagadores, ni la sección rítmica apelar más a que acompañes con un pie. Estaba inspirada en la deliberadamente caótica ‘Street Fighting Man’ de los Rolling y hay quien vaticinó que no sonaría en la radio precisamente por emplear un patrón de batería tan particular. El coproductor Ken Caillat, que trabajó mano a mano con la banda y con Richard Dashut, no la vio venir, al menos en formato demo. Le pareció «no musical» y tenía dudas de que «pudiera ir hacia algún sitio».
‘Go Your Own Way’ ha de aparecer con letras grandes en todo libro de las grandes canciones de ruptura, con la peculiaridad de que incluye a los dos ex cantando a la vez. La canción está liderada por Lindsey Buckingham, siendo su primera aportación al álbum y marcando toda su línea artística con la primera frase «quererte no es lo más correcto que puedo hacer». El guitarrista reta a Stevie Nicks a que se quede «sola» tras haber sido abandonado, pero la invita a hacerle los coros a su vez, creando un trauma en ella muy especialmente en la frase «hacer las maletas y rehacer tu vida es todo lo que quieres hacer».
Ella, a quien de manera misógina llamaban «bruja», condición de la que supo reírse en su cameo en ‘American Horror Story’, pidió sin éxito que esa frase fuera retirada del tema, y confesaría más tarde en Rolling Stone: «Me enfadé muchísimo con él por decirle al mundo que «rehacer mi vida» con diferentes hombres era todo lo que quería hacer. Él sabía que no fue así. Lo escribió por el enfado del momento. Cada vez que esas palabras aparecían sobre el escenario, quería acercarme a él y matarle. Él lo sabía y de verdad me apretó las tuercas con eso. Se le ocurrió algo así como «te voy a hacer sufrir por haberme abandonado». Y lo consiguió de verdad». Las desavenencias entre los dos han llegado hasta nuestros tiempos, cuando Lindsey Buckingham fue expulsado de Fleetwood Mac en 2018 por una «sonrisa de superioridad» a destiempo
mientras ella presentaba ‘Rhiannon’ durante un concierto.El segundo single fue ‘Dreams‘ de Stevie Nicks, últimamente revitalizada por un viral de TikTok, pero desde siempre asentada en la imaginería popular, pues fue realmente el único número 1 de singles en Estados Unidos de Fleetwood Mac, como grupo de rock, más bien una banda de álbumes. No es exactamente una canción respuesta para ‘Go Your Own Way’, pues ofrece una visión más calmada y abstracta del amor. El texto es mucho más poético y está más abierto a las interpretaciones. Aquí no está tan claro que sea ella quien se ha ido, y toma la posición de burlarse de la «soledad» a la que apelaba él. El estribillo es realmente mágico y evocador en sus referencias a tormentas, «mujeres que vienen y van» y «jugadores» que solo te quieren cuando quieren jugar, si bien no contiene la palabra ‘Dreams’, que proviene de la segunda estrofa, una rara avis en la música pop.
Stevie Nicks, a diferencia de otros miembros del grupo, solo tocaba la pandereta. En un momento en que sus servicios no hacían falta, se fue a otro estudio próximo que pertenecía a Sly Stone, se sentó en una cama con un teclado, y escribió ‘Dreams’ en 10 minutos. Emocionada, le mostró el tema a sus compañeros y les pidió por favor que lo grabasen, pese a su reticencia inicial, incluida la de Christine McVie, que despreció la canción por tener «solo tres acordes y una nota a la izquierda», siendo quizá esta última el cambio melódico en el que finalmente aparece la palabra «Dreams». La canción se grabó con un ritmo completamente hipnótico de puro repetitivo, sobre el que Ken Calliat bromeó en Music Radar: «hicimos un loop de 8 compases de la percusión de Mick (…) Es divertido que la gente ponga como ejemplo esta canción para hablar de la sección rítmica de Mick Fleetwood y John McVie, porque están hablando de un loop de batería».
Unas vibraciones parecidas tiene el último sencillo tras ‘Don’t Stop’, ‘You Make Loving Fun’, ambos de Christine McVie, siendo esta última su gran obra maestra. Interpretada con un clavinet con un pedal wah-wah, suena jazzy y es una canción más celebratoria del amor. Christine ya se ha divorciado de John, con el que venía años arrastrando problemas en torno a sus excesos con el alcohol, y mira aquí hacia una nueva relación en la que todo vuelve a ser bonito. La guitarra de Lindsey Buckingham lleva ‘You Make Loving Fun’ a otro nivel cuando emerge en la segunda mitad, elevándola definitivamente dos palmos por encima del suelo, aunque la anécdota está en los coros que grabaron Lindsey Buckingham y Stevie Nicks entre insulto e insulto. «Se estaban llamando «cabrón», «puto bastardo» y cosas así. Empezaba la grabación y se ponían a cantar «Yoooooou make loving fun» como dos pequeños ángeles, era precioso. Paraba la grabación y empezaban a insultarse otra vez. No perdían el viaje», relata Ken.
Que Christine McVie pensara que su tema ‘Don’t Stop’ funcionaría mejor a modo de dueto con Lindsey daba buena cuenta de que la formación de la banda y su conciencia como tal se estaba asentando pese a lo tumultuoso de una grabación que se solía realizar de madrugada, entre una tonelada de drogas y alcohol, aún influida por el movimiento hippie californiano. El coproductor del álbum cuenta que fue paradójicamente durante ‘Rumours’ cuando Fleetwood Mac dejaron de ser tres británicos y dos americanos para convertirse en una banda de verdad. El grupo escribía in situ en el estudio, presentando sus ideas a los demás, en lugar de introducir ideas cerradas, y pese a que los temas van firmados en solitario. Pero es que ya hay una excepción, un ‘The Chain’ que firmado por los cinco terminará también convertido en un gran éxito incluso en la era streaming, representando el carácter conjunto de la banda con todas sus personalidades a rebosar. Lindsey recicló la intro de un tema suyo antiguo, Stevie aportó la letra, se incluyó una idea melódica de otro tema viejo de Christine, y John y Mick introdujeron el cambio rítmico final que hace a la canción cabalgar.
También está entre las favoritas del público una ‘Songbird’ que Christine McVie construyó a piano y que se quiso registrar con un gran ramo de flores y 15 micrófonos en un teatro, siguiendo los pasos de una grabación de Joni Mitchell en el Berkeley Community Theatre, siendo esta composición otra cúspide en el tratamiento de la ruptura que tiene todo el disco ‘Rumours’. «Por ti no lloraré más», comienza diciendo, tratando de representar un mensaje para la esperanza. «Te deseo todo el amor del mundo, y sobre todo, me lo deseo a mí misma», proponía llevando a las lágrimas a su destinatario, John McVie.
Como ‘Songbird’, podrían haber sido singles la tremebunda ‘Never Going Back’ y la alegre canción de apertura, tan liberada, ‘Second Hand News’, ambas con el sello de Lindsey Buckingham. Al final, el álbum se va apagando, en pequeño, virando hacia territorios country. ‘I Don’t Wanna Know’, una vieja composición de Stevie Nicks, fue escogida porque su aportación ‘Silver Springs’ no terminaba de encajar. Les parecía demasiado larga, pues era habitual que la artista presentara tomas de hasta 10 y 12 minutos sobre las que el resto tenía que trabajar y editar. A la postre puede encontrarse en el disco en diversas ediciones como «bonus track».
Y por último, ‘Oh Daddy’ está dedicada por Christine a la ruptura de Mick y su novia y la final ‘Gold Dust Woman’ habla sobre cocaína, como reveló Stevie Nicks a Courtney Love -a quién si no- durante una entrevista en 1997. Puede ser la grabación que mejor representa esa sensación de estar despierto a las 4 de la madrugada, trabajando, tanto por el color que va adquiriendo la toma vocal de Stevie Nicks como por ese olor desértico de los detalles de producción.
‘Rumours’ vendió 10 millones de copias en un mes y más de 40 millones a la larga, siendo uno de los discos más vendidos de todos los tiempos. Estuvo en el número 1 del Billboard 200 exactamente 31 semanas y ganó el Grammy a Álbum del Año. A día de hoy continúa en las listas, acumulando 452 semanas de permanencia en el caso de Estados Unidos y 916 semanas de permanencia (casi 18 años) en el caso de Reino Unido, donde ahora mismo ronda el top 40 como si hubiera salido hace dos meses. Tendrán que renovar mucho el sistema de elaboración de las listas para sacarlo alguna vez de ahí.