Rocco Ritchie es un joven de 21 años, fruto del matrimonio entre Madonna y su segundo marido Guy Ritchie. Bajo el pseudónimo de ‘Rhed’ ha conseguido que sus pinturas, influidas por nombres como Lucian Freud, Francis Bacon, Paula Rego y Helmut Newton, se vendan por hasta cinco cifras y se expongan en varias exposiciones como en la galería Tanya Baxter Contemporary en Londres, desde 2018.
Esta galería comenta que Rhed “utiliza óleos densamente aplicados y pinceladas gestuales para sus representaciones de la forma humana”. Además habla del pintor de la siguiente manera: “Rhed es un joven artista emergente cuyo background cultural es diverso y nada convencional. Al tener un origen cultural ecléctico, y al haber pasado su infancia entre Nueva York y Londres, sus pinturas desprenden una atractiva mezcla de inocencia y confianza”.
Otros expertos como el escritor de arte Godfrey Barker le calificó como “un producto auténtico, puro y sin diluir del siglo XXI” que “realiza una poderosa declaración sobre la ansiedad actual y apunta hacia el futuro”.
Sin embargo, el pasado diciembre la revista Page Six desveló la verdadera identidad de ‘Rhed’, lo que ha provocado que expertos como el crítico de arte de The Guardian, Jonathan Jones, describiese sus pinturas como “torpes intentos de un adolescente sin ningún rastro de originalidad o vigor. Obviamente, eso no significa que no se convertirá en un mejor artista con el tiempo”.
También se lamenta del momento en el que Rhed se ha dado a conocer cuando todavía “no es un verdadero artista”. “Estos manchones son trabajos de aficionado, imitando vagamente a Picasso o Modigliani, que podrían haber sido realizados por un millón de jóvenes”, añade.
Además, ha cargado contra la galería Baxter declarando que “debería avergonzarse de haber puesto cínicamente en el mercado a este jovencito que no está preparado. Lo comparan con los artistas callejeros Banksy y Basquiat pero, para ser sincero, la única calle a la que me recuerdan es King’s Road, donde sin duda se vende este tipo de arte malo a los tontos refinados”.
En este momento el debate recae en si debería dejar de usar su pseudónimo ahora que su identidad real ha sido desvelada.