Música

David Bowie / Toy (Toy: Box)

El interés artístico de un disco como ‘Toy’ es muy limitado, incluso aunque escuchar a David Bowie sea un placer en cualquier forma, por desgracia no una obligación en todos los centros educativos de secundaria. Por un lado, es una confusión para el público generalista encontrarse todo esto como novedad en 2021 o 2022 en las estanterías de las tiendas físicas o en las sugerencias de “novedades viernes”. Esto no es un disco de canciones inacabadas de la última etapa de Bowie (cosa que existe), ni siquiera del año 2001, cuando realmente se llegó a planear su edición. Estos temas rechazados por una discográfica, EMI/Virgin, que no vivía su mejor momento organizativo, no expresaban su sentir después de haber arrasado en Glastonbury 2000.

Por otro, sus fans ya saben perfectamente qué es ‘Toy’, y no representa gran novedad para ellos: el álbum se filtró hace más de 10 años. Se trataba de un proyecto que Bowie quiso publicar para que sus seguidores pasaran el rato, regrabando canciones de sus inicios en torno a 1966, junto a temas de otras épocas que sus seguidores conocían como caras B y descartes. Algunos han dado tantas vueltas por recopilatorios, cajas y ediciones deluxe que necesitaríamos varios croquis para explicar su procedencia. Rechazado como disco, ‘Toy’ fue perdiendo cada vez más sentido cuando Bowie empezó a concentrarse en ‘Heathen’ (2002) y ‘Reality’ (2003), recuperando a Tony Visconti, y ahora se ha editado como parte de la gigantesca caja ‘Brilliant Adventure (1992–2001)’ y también de manera independiente.

Volver a mediados de los 60 supone reencontrarnos con el Davie Jones adolescente, que en torno a los 18 años ya comenzaba a lanzar sus primeros sencillos sin ningún tipo de éxito. Reencontrarse con descartes o temas que llevaron al infravalorado debut ‘David Bowie’ es encontrarnos con un David Bowie olvidado: el cautivado por el pop barroco de la época, y por el folk de arreglos orquestales muy vistosos. Flautas, oboes y tubas sobreviven en ‘Toy’, pero la regrabación de los 2000 de David Bowie lleva las canciones al rock que practicaba en la época y tan buenos resultados le había dado en Glastonbury. Con alguna salvedad como la destacable ‘Shadow Man’, que en verdad es una balada acústica que procede de las sesiones de ‘Ziggy Stardust’, si la escucha de ‘Toy’ llega a ser agradable es por la cierta pegada comercial de sus canciones guitarreras.

Son temas de letra tan machacona como ‘You’ve Got a Habit of Leaving’ (su estribillo es simplemente «a veces lloro, a veces estoy triste, a veces estoy tan contento»), y tan directos como ‘I Dig Everything’. De hecho, en cierta medida el CD2 con tomas alternativas funciona algo mejor con una secuencia diferente en la que ‘Can’t Help Thinking About Me’ -que avanzaba ya los intereses narrativos y desarraigados del joven Bowie, que habla sobre un personaje que va a misa, teme ir a la escuela y huye de algo- y ‘Baby Loves that Way’ aparecen en la primera mitad y no en la segunda. Algo que podría ser definitivo de no abrirse ese segundo disco con una versión de ‘Liza Jane’ de sus tiempos rhythm and blues alargada hasta los 5 minutos cuando la original, el primer single de Bowie, duraba exactamente la mitad.

El CD 3 rescata versiones acústicas de estas canciones, lo que beneficia especialmente a piezas como ‘Hole in the Ground’, la balada ‘Silly Boy Blue’ o a ese punteo luminoso tan indie-pop de ‘Conversation Piece’ (que lo mismo podría sonar a The La’s que a R.E.M.), pero el grueso de ‘Toy’ se caracteriza por estar grabado por la que era la banda en vivo de David Bowie en la época: Earl Sick a la guitarra, Mike Garson a los teclados, Mark Plati al bajo y la co-producción, y Sterling Campbell a la batería. No fue la mejor idea de un Bowie que en aquella época simplemente producía canciones apañadas en lugar de ofrecer ideas realmente vanguardistas como había hecho todos y cada uno de los años que conformaron la década de los 70.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: david bowie