El director tailandés Apichatpong Weerasethakul, autor de obras tan celebradas como ‘Tropical Malady’ o la atrevida y preciosa Palma de Oro ‘Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas’ presentaba el año pasado en Cannes su primera aventura fuera de su país natal. Este proyecto llevaba años gestándose, más concretamente desde que Tilda Swinton, miembro del jurado en el certamen francés de aquel año, quedase prendada del estilo y narrativa de ‘Tropical Malady’.
Ambos artistas han estado en contacto, coincidiendo en diferentes festivales hasta que surgió ‘Memoria’, donde Apichatpong nos lleva a Colombia, un país culturalmente en las antípodas del propio. Allí, una botánica británica viaja desde Medellín a Bogotá para visitar a su hermana enferma. Durante los primeros minutos de este viaje sensorial que es ‘Memoria’, la cámara se sitúa en una habitación oscura. En la cama, Jessica (Tilda Swinton) duerme hasta que es sobresaltada por un ruido extraño. De esta manera, el director ya ha presentado el elemento principal sobre el que gira la película: ¿qué es este sonido y de dónde viene?
Durante todo el metraje Jessica intentará encontrar el origen de este sonido que solo ella es capaz de oír. Bajo esta premisa tan poética acompañamos a su protagonista y emprendemos un viaje inmersivo y profundo por los bosques colombianos. Era fácil ser escéptico ante la posibilidad de que Apichatpong se abriese al público internacional con una actriz famosa de protagonista y se desligase del habitual folklore tailandés tan arraigado a su cine, pero el director ha sabido no solamente trasladar su inimitable estilo a tierras extranjeras sino que ha logrado la que es probablemente su mejor obra. En ‘Memoria’ reside todo lo que hace especial a su cine, y sus obsesiones temáticas como la muerte y la reencarnación, están aquí presentes adquiriendo, quizá, más hondura que nunca.
Lo que hace Apichatpong es básicamente inventar un tipo de cine. Si la singularidad de sus obras anteriores nos dejaba claro que el cineasta es un auténtico visionario, ‘Memoria’ se encumbra como el más impresionante despliegue de imaginación, coherencia y audacia narrativa que se ha visto en tiempo. La pantalla respira con la misma fuerza con la que el estruendo sobresalta repentinamente a la protagonista. Es una de esas películas capaces de parar el tiempo, de transportarnos a un lugar mágico y desconocido del que saldremos siendo distintos. La intensidad con la que sacude su excelente tramo final nos recuerda que no solo hemos presenciado una obra maestra sino que su impacto nos va a acompañar durante semanas.
A la fuerza de sus imágenes y de la compleja narrativa del tailandés se suma la impresionante labor de una Tilda Swinton más allá del elogio. La suya es una interpretación que no parece tal cosa. A través de Jessica transmite la incomprensión y la soledad de un alma perdida y herida, que no comprende su lugar en el mundo. La actriz británica es una de esas intérpretes sin miedo a nada. Es una muestra infinita de amor por el cine y respeto hacia su profesión que se atreva a realizar –ella es la productora- películas con cineastas tan alejados del gran público como Apichatpong, y que además se aventure a actuar completamente en español, un idioma que no habla.
‘Memoria’ es cine eterno, cuyas cualidades cinematográficas apelan directamente a nuestros sentidos. Dejarse llevar por su ritmo pausado y ser recompensado con sus bellísimas imágenes y sus sugerentes sonidos es uno de los mejores regalos que nos ha dado el cine actual. Digna de verse y disfrutarse en la pantalla más grande y con el mejor equipo sonoro posible.