Nevver son uno de esos grupos nacionales que no conocen límites a la hora de afrontar géneros. El trío de Getafe compuesto por Javier Aparicio (voz), Borja Aranda (teclados y guitarras) y Raúl Serrano (bajo) busca los puntos en común entre la introversión inherente al post-punk y el ensimismamiento del trap en un disco de debut que comienza hablándonos de «las veces que nos han hecho daño». Tanto en ‘Amaneciendo y anocheciendo’ como en ‘Tu boca mordiéndome el labio’.
El poeta canario Félix Francisco Casanova, fallecido a los 19 años a principios de 1976, es quien inspira los títulos de las composiciones de ‘999’, un lanzamiento que sucede a su EP ‘Disforia’, que ya incluía temas como ‘Malos hábitos’ y ‘Varsovia’.
En ellos podíamos encontrar influencias como Joy Division y Agorazein, lo cual es quizá lo mismo que decir que la banda madrileña podría ser prima hermana de VVV[Trippin’You] o Depresión sonora. ‘Cuando la noche me aprisiona’ comienza como una producción de pop sintético medio italo, en la que irrumpe una batería desbocada. ‘Te veo en cada vaso de agua’ incluye un rapeado/recitado de Claudio Montana, y se acelera también en última instancia.
Respecto a esta última pista, no es -o no solía ser- tan común ver editado en Elefant un álbum con su punto de rap, donde caben versos como «Getafe, Madrid, Moratalaz / Ciudad hueca, matar a alguien». Ni una canción como ‘Atrapando olores en el aire’ en la que lo mismo se repite hasta la saciedad una frase tan Alejandro Sanz como «sólo cuando tú me miras» como esto: «Tienes sábanas blancas, pensamientos impuros / El diamante lo parto, como parto tu culo».
En esta misma canción, a continuación la frase «dicen que voy de duro, contigo soy un blando» vendría a resumir el universo de desamor, inseguridad y el lirismo que encontramos en las canciones de Nevver. Un universo que encuentra su mejor expresión en el reciente single ‘Amaneciendo y anocheciendo’, de producción ondulante, de bucle hipnótico; o en ‘Tiernos maullidos eléctricos’, en la que podemos hallar restos de indietrónica y de la impredecibilidad de Fuck Buttons. Canciones que pululan entre el trap y el pop-rock como ‘Siempre triste y azul’; que se atreven a ser instrumentales, como ‘Hacemos el amor con la ropa puesta’; o que citan a Lola Flores como ‘Espero que nos crucemos al doblar una vida’; y en las que es indispensable el acabado de los productores Leftee y Rare, del colectivo valenciano Toxic Pop.